SECADEROS DE TABACO EN LA VEGA DE GRANADA
Sierra Nevada desde
el bosque del Zaragatillo (Santa Fe)
La Vega de Granada ocupa una extensa
llanura delimitada por las cadenas montañosas de Sierra Nevada,
Sierra de Huétor, Sierra de la Alfaguara y Sierra Elvira.
Contiene las cuencas hidrográficas de los ríos Genil, Darro, Monachil, Beiro y Dílar
con un
abundante entramado de afluentes menores, fuentes, arroyos
y grandes acequias, que a su vez se subdividen en un complejo
tramo de ramales regulados por compuertas. Esta notable red hidráulica de regadío por
inundación es el resultado de la explotación agrícola a través
del tiempo.
Al importante patrimonio natural, arqueológico y
etnológico documentado en la Vega hay que añadir una singular red hidráulica con reminiscencias romanas y árabes
cuyos trazados han llegado hasta nuestros días. También cabe
destacar un importante legado sobre arquitectura industrial de
los siglos XIX y XX con restos de fábricas harineras,
azucareras, de alcoholes y productos químicos, así como de
manufacturas de tejidos (seda y algodón) o las controvertidas
explotaciones tabaqueras. Por lo que supuso en cuanto a engaño
social y especulación económica en este sector citaremos la
empresa CETARSA. De especial relieve y belleza es el
complejo industrial de la Azucarera de San Isidro.
Fábrica azucarera de
San Isidro, en Granada. Importante complejo industrial en
peligro de desaparición.
Acequia Gorda a su
paso por la fábrica azucarera de San Isidro. La redes de regadío
de la Vega ya eran utilizadas por romanos y árabes.
Otra singularidad que conforma la identidad de la Vega de Granada es la de los secaderos de tabaco insertos en la frondosidad de sus paisajes. Hasta ellos se transportan las hojas de tabaco cuando éstas empiezan a cambiar el color verde por el amarillo, indicando que han alcanzado su máxima madurez. La recolección y el secado, cuando se realizan de forma manual, son los que requieren de mayor dedicación y tiempo. Una vez que la planta ha llegado al secadero se inicia una nueva fase de procesado que se inicia con el curado adecuado, es decir, por la pérdida de la humedad de las hojas del tabaco bajo el control de los agricultores. Finalmente las plantas son trasladadas a los secaderos, donde se inicia un nuevo protocolo de procesado, colgado y empaquetamiento.
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1.- Secadero de la
Casería de San Agustín (Peligros) 2.- Secadero de la
Casería de Nuestra Señora de la Concepción (Pulianas).
Las plantas llegan al secadero
sin que las hojas hayan sido separadas del tallo.
Esa tarea suelen delegarse en los equipos femeninos
de trabajo, sin que sea exclusivo de las mujeres, ya
que en un momento dado, todos pueden llegar a asumir
esta tarea. Aunque el monopolio del tabaco lo
tenían y controlaban los grandes empresarios,
existía en la Vega una infraestructura agrícola
fundamentada en pequeñas explotaciones familiares.
En ellas participaban todos los miembros del grupo,
desde los niños de cinco años (que podían actuar
como plantadores de matas) hasta los ancianos. En
cada una de estas pequeñas haciendas se construyeron
sus propios secaderos, que en algunas ocasiones se
alquilaban entre los vecinos. En poco tiempo este tipo de
estructura había proliferado por toda la comarca, y
si bien seguían directrices comunes determinadas por
la funcionalidad, se añadían características propias
aportadas por la experiencia del agricultor
propietario.
Planta del tabaco (Nicotiana
tabacum) durante los primeros meses de su crecimiento.
FASES DEL PROCESADO DEL TABACO
Secuencias del
documental "Secaderos del tiempo"
Proyecto "Mirarte". Financiado por
la Diputación de Granada
Cosechado el tabaco, se llevan los
tallos al secadero donde se produce el
deshojado o "descogolle"
Suele
realizarse por personal femenino, pero
también participan los hombre en estas
tareas.
En la
temporada de la recolección participaba
toda la familia, desde los más jóvenes a
los mayores.
Secadero en Vegas del Genil con las
gavillas de tabaco en su proceso de
secado.
Detalle
de la forma en que son colgadas las
gavillas en el secadero.
A esta
forma de colgar las gavillas de tabaco
para su posterior secado se le llama
"ahorcamiento".
Trabajador del secadero con
gavillas de tabaco.
Lanzado de
las gavillas de tabaco para ser colgadas.
Lanzado de
las gavillas
Entre las tirantes del secadero se
colocan tablones para facilitar a los trabajadores el colgado de
gavillas.
|
Un antiguo trabajador de las plantaciones de tabaco muestra los troncos de las plantas tras haber sido desprovistas de sus hojas.
Es evidente que el monocultivo
del tabaco influyó en la economía de la región de
forma determinante, pero además incidió en la
aceptación de un nuevo patrón de relaciones
interfamiliares. Desde que se produjera la primera
histórica cosecha de 1923-1924 hasta que la
producción del tabaco en la Vega de Granada se
convirtió en la primera de España pasaron cerca de
cuarenta años. Cuando a mediados del siglo pasado se
iniciara su declive ya era tarde para retomar
cultivos tradicionales como el de los cereales, el
cáñamo o los que eran característicos de su huerta.
La ruina económica que supuso la caída del tabaco
modificó drásticamente el paisaje humano de la Vega
granadina.
El método de secado puede
seguir distintas fórmulas, siendo preferente el
realizado al aire libre para tabacos negros y Burley, al sol en tabacos de tipo oriental o al fuego para los de tipo Kentucky.
En la Vega de Granada el secado se hace en
dependencias que, a través del tiempo y la
experiencia, han ido evolucionando y adaptándose a
las necesidades de sus propietarios. Luís
Manuel Puente Martínez y Ángel Patricio García
Serrano de la EUAT de la Universidad de Granada han
intentado una aproximación al tema en su artículo
"Los secaderos de tabaco en la provincia de
Granada". Según estos autores, los primeros secaderos que se construyen en la Vega son los llamados "secaderos de paja" o "garibolos". No eran de grandes dimensiones, podían tener dos pisos de altura y apenas quedan dos ejemplos de ellos, muy deteriorados en el termino municipal de Chauchina. Se construían con rollizos de chopo, paja, tomizas o cuerdas de esparto y piedras para consolidar la cimentación. Así es como los describen:
"Los rollizos se disponían formando una cruz de San Andrés atravesando el ancho del secadero, ayudándose de un puntal en el centro del vano. Para la estructura de la cubierta se colocaba un entramado de pares y parecillos con una separación entre sí de 20 a 30 cm., con el fin de que sirvieran de sustento al rastrojo".
(http://www.guillenderohan.com/ACCESITGRI/secaderos-memoria.htm).
Otro tipo de secaderos serían los denominados: - Secaderos de palos
- Secaderos de ladrillos
- Secadero de tabaco amarillo. Típico de Valderrubio.
- Secadero de Mirador
- Secadero de hormigón armado.
- Secadero de estructuras metálicas.
Por nuestra parte hemos
considerado oportuno establecer una tipología de los aspectos
formales de los secaderos encontrados en la vega atendiendo a
otras variables que reflejan, además del material de su
construcción, su ubicación espacial en el entorno y las
distribuciones interiores de sus estancias. Establecemos tres
grandes grupos:
· Por sus materiales de
construcción:
- Estructuras vegetales
- Estructuras mixtas
- Estructuras artificiales
· Por la
distribución interior de su planta:
- Simples
- Complejos
· Por su
ubicación espacial con respecto a otras estructuras:
- Aislado único
- Aislado múltiple
- Adosado único
- Adosado múltiple
Hablaremos de
secaderos de estructura vegetal cuando
estén construidos totalmente por paja, troncos,
cañas o cualquier tipo de material de origen
botánico. Fueron los primeros en levantarse en la
vega por los propios agricultores. Eran de pequeñas
dimensiones y planta poligonal. La cubierta se hacía de troncos o cañas, bien trabados para
obtener la máxima impermeabilidad. Los
soportes verticales eran hincados en el suelo
directamente, solían tener un piso de altura y
en la zona próxima al suelo se reforzaba el
perímetro con un zócalo, también de entramado
vegetal. Los secaderos de
estructuras mixtas combinan materiales de origen
vegetal con otros como piedras, uralitas, láminas de metal o
ladrillos. Los secaderos de estructuras
artificiales son aquellos que se han edificado con
los modernos materiales de construcción (metal, cristal,
ladrillo, etc.).
Si nos referimos a
secaderos simples estaremos
describiendo a aquellos que su interior se ordena en una sola
nave. Por el contrario, si se trata de un
secadero complejo entenderemos
que su planta interior se distribuye en distintas cámaras.
En lo concerniente a su ubicación espacial,
será un secadero aislado único
cuando esté edificado como estructura independiente y contando
con planta de una sola nave. Cuando esté aislado, pero su planta
contiene varias estancias dedicadas también al laboreo del
tabaco lo llamaremos secadero aislado
múltiple. Si el secadero se levanta lindando con
otros edificios conteniendo una sola nave entraría en la
clasificación de secadero adosado único.
Finalmente, si se construye lindando con otros edificios, pero
su planta contiene varias naves, lo denominaríamos
secadero adosado múltiple.
Entramado para facilitar la ventilación en los secaderos de tabaco construidos en ladrillo.
En cada uno de estos tipos
veremos como se incorporan características
diferenciadoras, en función a su ubicación, el
tamaño de la propiedad, la clase de de tabaco, etc.
Los secaderos de estructura vegetal fueron los
primeros en levantarse en la vega por los propios
agricultores. Hay quien afirma que su modelo se
importó de Cuba, entrando en contradicción con lo
que afirman la mayoría de los campesinos
entrevistados para este artículo. Según ellos, en la
Vega se crearon modelos propios siguiendo el
conocimiento y la experiencia de los trabajadores
del campo. Es más, una inmensa mayoría eran
construidos por los mismos cultivadores del tabaco.
Avanzando el tiempo surgieron especialistas en
levantar este tipo de estructuras.
Eran de pequeñas dimensiones y
planta poligonal. La cubierta se hacía de troncos o cañas, bien trabados para
obtener la máxima impermeabilidad. Los
soportes verticales eran hincados en el suelo
directamente, solían tener un piso de altura y
en la zona próxima al suelo se reforzaba el
perímetro con un zócalo, también de entramado
vegetal o de piedras. Tenían aspecto de cabaña y aunque se
siguieron utilizando durante algún tiempo, no
tardarían en evolucionar hacia formas más compactas
y permanentes que requirieran menos esfuerzo en su
mantenimiento. Estos primeros secaderos eran
conocidos como garibolos. Según nos
informaron en Chauchina, dónde parece ser que se
conservaban dos o tres de ellos y uno parece que ya ha
desaparecido. No era frecuente, pero en ocasiones el
techo tenía sólo una vertiente.
Secadero próximo al
cortijo de El Ciego en Belicena (Foto: Francisco José Luque
Navarro, 2010)
Los secaderos de estructura
vegetal sirvieron a su propósito cuando el cultivo
de tabaco en la vega era todavía experimental e
incipiente. Al consolidarse la producción en
forma de monocultivo y las cantidades de tabaco
fueron considerablemente mayores, quedaron
obsoletos. Pronto fueron sustituidos por los
secaderos de estructura mixta, es decir,
los que
combinaban en su elaboración troncos de árbol o
cañas, abundantes en la región, con otros materiales de construcción
(piedras, ladrillos, tejas, plásticos, placas
de metal, etc.). En su primera fase, la fórmula más empleada
era la de una estructura vertical vegetal de troncos
o cañas, con techo de tejas o láminas metalizadas.
Progresivamente se irán añadiendo tabiques y
compartimentos que harán que la estructura, en sus
orígenes de base rectangular, se vaya haciendo
compleja. Próximos a Torre Abeca y la Huerta de la
Sartén, en el pago Tarquina Alto (Pinos Puente) y en apenas 800 metros,
podemos encontrar varios ejemplos de este tipo de
secaderos. Los secaderos de
estructura artificial están edificados
con materiales modernos, con hormigón, elementos
plásticos y otros tipos de elaboración industrial.
Bosque de choperas
en Vegas del Genil (Granada). La madera, abundante en la región,
se utilizó para la construcción de secaderos.
Cañaverales junto al
puente de Vegas del Genil. Cañas y chopos fueron elementos
fundamentales para edificar los secaderos.
Secadero hecho con
cañas y estructura levantada con troncos de chopos próximo a Fuente
Vaqueros.
Secadero en el pago de Tarquina Alto
(Camino de las Maravillas, Pinos Puente).
De
estructura mixta, con habitáculo de
troncos y cubierta de teja. La
ampliación que vemos a la izquierda se
cubrió con láminas de metal.
Secadero de tabaco del barrio de La
Bobadilla (Granada).
La cubierta es de láminas de metal, de
colocación más fácil y menos elaborada
que las de tejas.
En el Camino de
las Maravillas de Tarquina Alto nos damos cuenta
de que cada secadero, más que responder
a una tipología rígida y estandarizada,
era resultado de la experiencia del
agricultor que lo erigía. Este principio
puede extenderse a los que encontramos
en toda la Vega. Si bien es cierto que
existían unos conocimientos que marcaban
las pautas esenciales a la hora de
levantar un secadero, en lo que
podríamos llamar "variantes", cada cual
los interpretaba de forma diferente. En
algunos casos, la ubicación podía
justificar esas diferencias
constructivas; en otros casos no,
siendo el criterio del agricultor el que
determinaba la orientación y las formas.
En las dos fotografía anteriores vemos
como el secadero de Tarquina Alto de
Pinos Puente tiene el
zócalo vertical y el segundo nivel
horizontal, completamente al revés que
el secadero del barrio de la Bobadilla.
Uno tiene la cubierta de tejas y el otro
de láminas metálicas.
Conjunto de secaderos de tabaco en el
Camino de las Maravillas en Tarquina
Alto (Pinos Puente).
A pesar de la poca distancia entre
ellos, su orientación, sus estructuras y
tamaños son totalmente diferentes.
La mayoría de
los secaderos pequeños y medianos apoyan
sus cubiertas sobre estructuras de
madera. Con ella se consigue un
considerable aislamiento térmico, costes
reducidos y una ejecución relativamente
sencilla, con inversión de poco tiempo
en su construcción. A todas estas
características hay que añadir la
ligereza proporcionada por los
materiales, menos pesados que los de
hormigón o hierro así como la abundancia
de cañas y madera en la región. Su conservación
apenas requiere gastos de mantenimiento
y su durabilidad aseguraba buenas
condiciones de envejecimiento, sobre
todo si se utiliza en la construcción
chopo negro de la zona. En
ocasiones, el techo se hacía solamente de
madera, aunque era más frecuente que
sobre la armadura se colocaran tejas o
láminas de metal. Eran levantados por
los propios agricultores, si bien
existían entre ellos algunos
especializados en construir este tipo de
estructuras.
Elementos de una cubierta de madera
Mapa de la Vega de Granada
Si los clasificamos por la distribución
interior de su planta encontramos los de
estructura simple,
cuya nave consiste en un sólo módulo
unificado, generalmente de forma poligonal.
Por el contrario, los
secaderos de estructura compleja
distribuirían su espacio interior en distintos
compartimentos diferenciados, destinados a la
realización de diferentes tareas relacionadas con el
curado de la planta del tabaco. Atendiendo a su
ubicación espacial o entendiéndolos en relación con
su entorno, podemos encontrar
secaderos aislados,
es decir, como elemento único inserto en los campos
de cultivo. Los secaderos
aislados múltiples serían aquellos que se
construyen próximos entre sí formando agrupaciones
exclusivas y pertenecientes al mismo grupo, sin otro tipo
de edificio en su conjunto. Los
secaderos adosados
serían aquellos que se construyen junto a la casa de
campo, cortijo o casería. Los secaderos adosados
múltiples tendrían las mismas características que
los anteriores, pero formarían conjuntos de varias
estructuras. Vemos en las imágenes siguientes algunos
ejemplos de estas clasificaciones tipológicas.
Secadero de la casa "Villa Mary":
Estructura artificial, adosado único de
distribución simple.
Secaderos en el Camino de las Maravillas
en Tarquina Alto (Pinos Puente).
Secadero mixto, aislado único de
distribución simple.
Secaderos del cortijo "Dos Hermanas" en
Tarquina Alto (Pinos Puente).
Secadero mixto, adosado múltiple de
distribución compleja.
La producción masiva del
tabaco en la Vega de Granada modificó, como ya había
sucedido con otros monocultivos, las tradiciones
agrícolas en la zona. Considerada una de las más
fértiles de la Península, su tierra irrigada por
canales de agua procedente del deshielo de Sierra
Nevada propiciaba una gran variedad de cosechas. En
primavera y verano no escaseaba, circulando por el
territorio a través de canalizaciones y ramales cuya
tradición se remonta al tiempo de romanos y árabes.
Será en época musulmana cuando se consolida el tipo
de riego por inundación, creándose normativas para
la utilización racional del agua. Las horas de riego
en las inmediaciones de la capital estaban reguladas
por los toques de campana que se escuchaban desde la
Torre de la Vela de la Alhambra de Granada. Del
reparto equitativo se encargaban los acequieros.
Acequiero vigilando el buen estado de
los canales.
Muchos fueron los pleitos
que surgieron por el mal uso de las mismas, sobre
todo en lo referido al abuso de las grandes fincas
con respecto a otras más pequeñas. Para su control y
mantenimiento existían autoridades que regulaban el
uso entre la comunidad de regantes. Aunque esta
figura ya existía en tiempos de los árabes, en el
año 1501, tras la conquista de Granada por los Reyes
Católicos, se dispone por parte de los soberanos la
creación de un cargo de Administrador de aguas que
reorganizara los sistemas anteriores con el salario
de 15.000 maravedíes que pronto pasará a ser de
20.000 pagados por los propios Principales de la
ciudad.
Libreta antigua con el control de riego.
Fuente: Mª Teresa de Diego
Este administrador podía
elegir ayudantes (acequieros) que eran ratificados
en su cargo por el Ayuntamiento y el Cabildo. Los
ciudadanos podían denunciar las irregularidades en
el Juzgado Privilegiado de las Aguas que se reunía
periódicamente. Como curiosidad y ejemplo
significativo del respeto que tenían los habitantes
de la ciudad por el agua, María Teresa de Diego
Velasco, en su artículo “Las ordenanzas de las Aguas
en Granada” nos comenta:
"A veces eran
sorprendidos chiquillos jugando en las
acequias, fuentes y cuchiles, que
frecuentemente dañaban. A este respecto se
ordenó que fueran castigados con un día de
cárcel como escarmiento." |
Bando de acequieros al cuidado de
mantener limpios los canales.
Mecina Bombaron, 1962
Fuente: Mª Teresa de Diego
La vida de los agricultores
de la vega se supeditó a las tareas del campo.
Participaban todos los miembros de la familia,
repartiéndose los trabajos según sus posibilidades
físicas. Los niños de cinco años eran los encargados
de ir colocando las plantas de tabaco en la tierra
durante la siembra. Los adolescentes también
asumían tareas auxiliares. Los ancianos no quedaban
al margen del laboreo y de esa forma todos
contribuían a la economía del grupo. En las
celebraciones locales también se celebraban fiestas
en torno al tabaco, dando lugar a manifestaciones
folclóricas prácticamente desaparecidas.
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