EL TEATRO CERVANTES DE ALMERÍA
Artículo: Milagros Soler Cervantes ©
PRECEDENTES Y TRADICIÓN
Durante el periodo comprendido entre los años 1840 y 1880 en el que se vive la crisis del Antiguo Régimen, Almería mantiene todavía una imagen de ciudad conventual, enclaustrada en sus murallas árabes. Su centro está ocupado por iglesias, conventos, jardines y huertas que entorpecen el desarrollo funcional de la capital según las necesidades del momento. Los franceses, en sus intermitentes periodos de ocupación, inician remodelaciones cuyo objetivo era solucionar urgentes problemas de sanidad e higiene. Una de esas reformas será la creación de un cementerio en la periferia para evitar que los entierros se sigan produciendo dentro del espacio urbano. También emprenden las primeras demoliciones de la muralla y desamortizan bienes eclesiásticos.
Foto antigua de Almería, con la alcazaba al fondo.
Todas estas iniciativas se paralizan con la llegada de Fernando VII, produciéndose incluso una regresión al quedar suspendido el uso del alumbrado público, financiado por los almerienses (1815). Durante el Trienio Liberal, como consecuencia de la consolidación del liberalismo político en el reinado de Isabel II, se produce un cambio conceptual que empuja a una modernización del paisaje urbano.
El alcalde Francisco Orozco, hermano del latifundista Ramón Orozco, comienza una entusiasta campaña a favor de la destrucción del patrimonio histórico. Al grito de "¡Abajo las murallas!" anima a los vecinos a que contribuyeran en las demoliciones de los restos medievales. Esta política municipal y las leyes decretadas en la desamortización de Mendizabal señalan el nacimiento de lo que entonces se entendió como la modernización de Almería. Sólo se libraron de esta furia expansionista aquellas zonas carentes de valor económico. Afortunadamente entre ellas se encontraba la Muralla de Jairán con sus torreones (Barranco de la Hoya) y las del Cerro de San Cristóbal.
Durante el siglo XIX Almería era una ciudad conventual encerrada en sus murallas medievales árabes.
La zona de la Alcazaba podía ser adquirida por cualquier particular con el único compromiso de derribar sus murallas. Se trataba de convertir la fortaleza en edificio ruinoso para poder demolerla sin necesidad de justificación. La dificultad de su acceso desanimó a quienes podían comprar los terrenos. La Puerta de Purchena y el Paseo del Príncipe Alfonso se convirtieron en los lugares más prestigiados y cotizados de la capital. Los solares que iban siendo liberados eran adquiridos por las familias más adineradas de la provincia. Por el contrario, los barrios obreros como el de la Caridad se desplazan a la periferia. La emergente clase burguesa quería tener sus domicilios próximos al lugar en el que se desarrollaban sus actividades comerciales.
Una vez asentados en el centro del casco urbano se les plantea la necesidad de reservar, para ejercitar su ocio, algunas de las parcelas en las inmediaciones de sus domicilios. La nueva burguesía pretendía tener un espacio en el que proyectar su lujo. A la vez, buscan legitimación como aristocracia a través una estética de refinamiento. Los nuevos ricos y los antiguos terratenientes se vinculan a través de la cultura, en un intento de consolidase como nueva clase dirigente. Edificios como la plaza de toros o el teatro Cervantes no surgen con la idea de mejorar las condiciones de esparcimiento de las clases populares. Bastante menos con el propósito de acercar la cultura al pueblo.
Puerto de Almería cuando la producción de la uva era fuente importante de riqueza.
Cable Inglés o embarcadero de minerales en el puerto.
La idea de construir el Teatro Cervantes fue patrocinada por un grupo de personalidades notables de la provincia, especialmente de la capital. Presumían de su amor por la ópera y la zarzuela; sin embargo, no se tiene constancia de una tradición melómana en sus círculos. Sencillamente necesitaban un lugar de encuentro para reuniones comerciales y desarrollo de tertulias. Bajo estas premisas, en el año 1862 se acuerda reunir fondos para que se iniciaran las obras, creándose la Sociedad en 1864. Dos años después se procede a la colocación de los cimientos (1866). El proyecto fue encargado a un arquitecto francés para que lo realice con amplitud y todo lujo de detalles. Será en 1898 cuando Enrique López Rull, arquitecto provincial vinculado a las altas jerarquías económicas y eclesiásticas, consolida y forma los planos de una forma más realista. El verdadero impulso para su edificación se produce ya entrado el año 1910, inaugurándose en 1921.
LOS TEATROS DE ALMERÍA
En Almería, más que el gusto por los grandes conciertos, existía un público vinculado a las representaciones poéticas y ensayistas así como a teatrales dramáticas. Había locales donde se recitaban poesías o se leían ensayos. Estaban vinculados a las clases medias (abogados, médicos, profesores, etc.). López Rull intenta conciliar en su proyecto estas manifestaciones culturales con aquellas que pretendida la alta burguesía. En la última década del siglo XIX existían en Almería varios locales dedicados, de forma permanente, a las artes escénicas como el Teatro Principal (también conocido como Teatro Campos), el Teatro Apolo (conocido igualmente como Teatro Calderón) o el Teatro Novedades, sobre cuyo solar se levantó el Cervantes.
Los estrenos teatrales, sobre todos aquellos que habían sido representados previamente en las grandes capitales como Madrid y Barcelona, constituían un importante acto social. A principios de siglo el precio de las funciones estaba en torno a las dos pesetas en butaca y a media peseta (cincuenta céntimos) en general. El acceso a estos espectáculos solo podían tenerlo las clases medias y altas, ya que para un trabajador de las minas, por ejemplo, le suponían tres jornadas de trabajo realizadas en en régimen de semi-esclavitud.
Cuadro en el Teatro Cervantes con la lista de precios de las distintas localidades. Foto: Jesús Vílchez
Círculo Mercantil y Teatro Cervantes de Almería en el Paseo del Príncipe. Principios del siglo XX.
Las reuniones entre intelectuales estaban fuertemente arraigadas en la capital. Solían juntarse para sus tertulias en cafés o locales vinculados a la cultura. Gustaban intercambiar ideas sobre cuestiones de actualidad, políticas, poéticas y artísticas. El famoso indalo paleolítico que se ha tomado como imagen-totem de la provincia, surgió precisamente al adoptarlo como icono uno de los círculos culturales almerienses encabezado, entre otros, por Jesús Perceval y Eugenio d´Ors. Como es sabido, se trata de una imagen encontrada en un abrigo neolítico de la cueva de Los Letreros, en el pueblo de Vélez Blanco. Recibió ese nombre en honor de San Indalecio, precursor del cristianismo en el sureste peninsular y patrón de la ciudad de Almería.
A lo largo del siglo XIX y principios del XX estos encuentros se producían en lugares de la capital como la Federación Local de las Sociedades Obreras, el Círculo Republicano, el Círculo Literario o en su concurrido Ateneo. Sin embargo, tanto las clases medias como la burguesía local aspiraban a tener un espacio estable en el que poder realizar y asistir a este tipo de eventos con carácter permanente. A mediados del siglo XIX surgen una serie de locales dedicados a estos acontecimientos, como el Teatro Principal, también conocido como “Teatro Campos” que albergaría la sede de la Colonia Artístico Literaria, editora de las revistas "La Caricatura" y "El Organillo". Derribado en el año 1906, en su lugar se levantó la Antigua Casa de los Rodríguez en el Paseo de Almería, según planos del arquitecto Trinidad Cuartara. Posteriormente esta vivienda burguesa fue adquirida por el Banco Español de Crédito, pasando a ser propiedad durante el siglo XX del banco Banesto; a partir de ese momento se le conocerá como "Edificio Banesto".
Por su parte, el Teatro Novedades era utilizado por el Círculo Literario para realizar juegos florales y sus famosas sesiones musicales. Se representaban obras de distintos géneros, como zarzuelas, dramas y comedias. En el lugar donde se asentó en su día se levantó con posterioridad el Teatro Cervantes. Ambos se ubicaron sobre terrenos en los que se constató la existencia de un yacimiento árabe medieval del que salieron a la luz distintas sepulturas de la época. Fue el de mayor capacidad de aforo para espectadores. Por él pasaron las más importantes compañías de España. Se celebraron mítines y todo tipo de actos políticos. Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español se dirigió desde su escenario a los almerienses que fueron a escucharle en su primera visita a la capital, en octubre de 1892. También fueron de gran éxito popular el Teatro-Circo Variedades y el Teatro Apolo.
DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO Reportaje fotográfico: Jesús Vílchez
El exterior.
El Teatro Cervantes está ubicado en una de las vías principales de la capital, conocida como Paseo de Almería (antiguo Paseo del Príncipe Alfonso), que transcurre desde la Puerta de Purchena hasta el mar. Se construye exento sobre planta rectangular, colocándose la primera piedra del edificio en Julio de 1867 en un solar perteneciente a la familia Duomovich. Las obras se iniciaron en el año 1898 y no pudieron finalizarse hasta el año 1921 por problemas económicos. Se encargó el proyecto al arquitecto Enrique López Rull, que lo diseñó según los parámetros de moda en ese momento, consiguiendo una bella muestra del eclecticismo imperante.
Círculo Mercantil y Teatro Cervantes . Paseo del Príncipe Alfonso desde la Puerta de Purchena a principios del siglo XX.
Integrado en el conjunto arquitectónico se encuentra también el Círculo Mercantil de Almería. Fundado en 1887 tuvo su primer centro en la Plaza de San Pedro, compartiendo local con el Ateneo. Presidente notable fue Don Ramón Orozco, miembro de una de las familias más importantes de la industria minera de la provincia a finales del siglo XIX. El Círculo cambiará su sede en distintas ocasiones ocupando finalmente la del Paseo (1920). De gran monumentalidad, sus escaleras de acceso y su Salón Noble siguen siendo todavía un magnífico ejemplo de las aspiraciones burguesas almerienses al disfrute del refinamiento que ostentaban otras capitales españolas y europeas.
Utilizado como centro de reuniones por los impulsores del desarrollo económico en la provincia, también sirvió como lugar de encuentro para actividades musicales, literarias y lúdicas (carnavales y fiestas de fin de año). A finales del siglo XX y principios del XXI inició una nueva política cultural que permitía celebrar en sus dependencias eventos de especial importancia. A pesar de este intento de revitalización, los resultados no fueron los esperados. De ahí que su Junta Directiva se haya planteado la posibilidad de realizar una concesión de explotación a entidades financieras como Unicaja o al mismo Ayuntamiento de Almería.
Círculo Mercantil y Teatro Cervantes de Almería en el Paseo del Príncipe. Año 2009.
Sin llegar al extremo de tener que vender la propiedad, sí se han llegado a establecer negociaciones para ceder el edificio durante un periodo de ochenta años, según declaraciones de su presidente, Don Francisco Balcázar al periódico local Ideal de Almería. Otra posibilidad sería la prestación de una ayuda pública para financiar la rehabilitación del edificio. La idea de una Fundación financiada por capital público y gestionada de forma privada por los propietarios del Círculo también sería posible, según Francisco Balcázar. No la consideran muy probable ni Unicaja ni el Ayuntamiento, cuyo interés es comprar en su totalidad y con carácter definitivo el edificio. * (1)
Han sido muchos los avatares que se han producido en el teatro Cervantes desde su inauguración. Seguramente el que más impacto causó en la ciudad de Almería fue el del asesinato en su escenario de la famosa actriz Concha Robles y el niño Manuel Aguilar en el año 1922. Toda la prensa nacional se hizo eco de los llamados crímenes del teatro Cervantes. La Guerra Civil también dejó su huella de destrucción en este templo de Talía. Desde entonces, sin interrupción, ha sido centro de la actividad cultural almeriense. Conferencias, mítines políticos, festivales de todo tipo, bailes de carnaval, concursos de belleza y un largo etcétera. Su platea podía convertirse en salón de baile retirando las butacas.
Con la llegada del cine, en 1977 en su escenario se instaló una pantalla en la que se proyectan películas. En los días que redactamos este artículo es propiedad de la familia Asensio, que lo adquirió en 1985. En él se han venido produciendo sucesivas modificaciones para su modernización, que incluyen aire acondicionado, cambio del patio de butacas y por supuesto, el adecuado alumbrado eléctrico. Desde el año 2000 se celebra el Festival de Cortometrajes de Almería y sirve de marco para la entrega de los premios “Almería, ciudad de cine”.
Concebido a la forma de los teatros italianos, su creador se preocupó de cuidar los ángulos de visibilidad y la acústica. La planta se ordena con forma de herradura, a la que se superponen tres pisos con palcos de balcón rematados en arcos de medio punto. Estos palcos palaciegos eran adquiridos por las grandes familias almerienses que los mantenían en su propiedad, transmitiéndolos por herencia a través de distintas generaciones. La fachada principal está orientada hacia el Paseo de Almería. De la decoración interior se encargó Teodoro Villalba, que contó con los tapices de Aldehuela Andújar. La embocadura del escenario y los frentes de los tres pisos de palcos se ornamentan con escayola dorada. En el centro del techo que corona el patio de butacas se puede ver un gran rosetón en relieve.
Vista aérea del teatro y plano del mismo (pulsar imagen para ampliar plano)
De las cuatro fachadas que conforman el edificio, la principal linda con el Paseo de Almería, próxima al mar. En sus orígenes, por ella se accedía al interior del teatro. Está dotada de tres cuerpos horizontales con niveles de pisos a distintas alturas diferenciados por cornisas, siendo de mayor metraje el primero y disminuyendo los dos siguientes a medida que se elevan. Los huecos de luz se delimitan con pilastras y falsas columnas. La decoración se compone en su primera planta de cinco puertas dinteladas en arco, elaboradas en madera y cristal. La parte superior de estas se adorna con enrejados de hierro forjado, con un escudo también de hierro, en el centro de cada una de ellas.
Entrada al Círculo Mercantil por la fachada principal. Balaustradas y farolas-flor modernistas.
Dintel de una de las puertas de acceso. Escudo y barrotes hechos con hierro de fundición. Farola-girasol.
En el segundo nivel se abren cinco balcones. Los tres centrales forman un uno corrido antecedido de balaustrada. Los otros dos se sitúan uno a la derecha y otro a la izquierda. Todos tienen el cerramiento en madera y cristal. Las cinco del conjunto están alineadas verticalmente, tanto con las situadas en la primera planta como con las ventanas del tercer piso. Los balcones de los extremos se adelantan ligeramente sobre el plano de la fachada, dando profundidad al cuerpo central. Sus huecos de luz están limitado por falsas columnas de capitel cuadrado y dintel adornado con gotas al que se superponen cornisas pecho de paloma.
Dinteles de las puertas de acceso, balcón con balaustrada y tondo con imagen de Cervantes.
Ala derecha de la fachada del Paseo, con balcón adintelado adelantándose sobre el principal.
El balcón central está terminado con arcos de medio punto adornados en su clave con tondos enmarcados. Se apoyan sobre medias columnas adosadas de capitel cuadrado rematadas con volutas, en cuyo centro se adornan con alegorías a las artes escénicas (musas y liras). En el centro de la balaustrada un tondo con la imagen laureada de Miguel de Cervantes justifica el nombre del teatro. La iluminación exterior se resolvió con lámparas de hierro fundido y cristal con forma de girasoles que le confieren un aire modernista. Alberga la sede de la Sociedad del Círculo Mercantil de Almería, actual propietaria del edificio.
Arco de medio punto con tondo central con el que se rematan los tres balcones centrales de la fachada principal. Cerramiento en cristal y madera. Sobre las falsas columnas, alegorías de musas e instrumentos musicales.
Detalle del tondo con la imagen laureada de Miguel de Cervantes en el centro del balcón principal.
En la fachada del tercer piso se abren cinco vanos alineados en vertical con las puertas del primero y los balcones del segundo. Una cresta formada en arco de medio punto se sobrepone a cada una de ellas separadas por una cornisa y rompiendo la línea horizontal de la cubierta. Los tres centrales conjuntan un falso balcón con baranda antepuesta, siendo los situados en los extremos ventanas. Otra baranda corrida, menor en proporciones a la del piso inferior, recorre toda su parte inferior, separando el segundo piso del tercero.
Balcón principal del teatro sobre la puerta de acceso.
Las tres fachadas laterales restantes adoptan aire funcional, carentes de la profusión ornamental de la principal, localizada en el Paseo de Almería. Mantienen los tres niveles de altura separados con cornisas. Se prescinde de balcones y balaustradas siendo ventanas y puertas dinteladas las que conforman sus huecos de luz. Solamente en el lado opuesto a paseo se eleva un cuarto nivel con óculos. La que limita con la calle Poeta Villaespesa es la que permite actualmente acceder al cine-teatro. Como curiosidad destacamos la existencia de unas esculturas con forma de dragón situada en la cubierta.
Fachada de la calle Poeta Villaespesa desde el Paseo de Almería. Ubicación de un dragón sobre el tejado.
Puertas de acceso al teatro-cine desde la calle Poeta Villaespesa.
Carteleras y ventanilla para la venta de localidades en la fachada de la calle Poeta Villaespesa.
Fachada de la calle Poeta Villaespesa desde la plaza de Pablo Cazard.
Ventana y óculo en el cuerpo superior de la fachada situada en la calle Poeta Villaespesa. Puerta de salida
Fachada de la calle Poeta Villaespesa desde la plaza de Pablo Cazard.
Fachada opuesta a la principal desde la plaza Pablo Cazard.
Distintos tipos de ventana que repiten el diseño en las calles Poeta Villaespesa y General Tamayo.
El interior.
Cuando se inauguró el teatro, la puerta principal de entrada se situaba en la fachada localizada en el Paseo de Almería. Una vez en el interior del recinto, para llegar al patio de butacas se ascendía un nivel sobre el suelo, salvado con un tramo de escalera con cinco peldaños. Éstas desembocan en un pasillo semicircular paralelo al espacio que dibuja el aforo. Distribuye habitáculos privados, palcos y platea. Las luminarias eléctricas pendían de una moldura de yeso situada en el techo. Sobre cada una de las puertas también se colocaron luces para facilitar su localización. Las paredes de todo el recinto se adornaban con pinturas murales y cuadros de actores y actrices de la época. Con la llegada del cine se incorporaron algunas de las estrellas más famosas de Hollywood. Habían algunos bancos y asientos para hacer más cómodas las tertulias que se producían en los entreactos.
Al entrar al teatro, para acceder a la sala de butacas hay que salvar un pequeño desnivel de cinco peldaños.
A la derecha, una de las puertas de acceso al patio de butacas. A la izquierda, rampa que conduce a los "Servicios" de señoras.
"Servicios", detalle.
Detalle de los escalones y de la decoración del pasillo semicircular que corre paralelo al aforo del teatro.
Las luminarias estaban colocadas en una moldura de yeso con forma de rosetón. También había molduras en el ángulo pared-techo.
Pasillo semicircular desde el otro extremo. Permite el acceso a plateas y palcos. Había luces sobre cada puerta para facilitar su localización.
El pasillo de los pasos perdidos estaba decorado con bancos y cuadros alusivos a la historia del teatro.
Entrada principal al patio de butacas. A sus lados aparecen pinturas publicitarias del Teatro María Guerrero (Madrid) y del Liceo (Barcelona).
EL ESCENARIO responde al aspecto formal de los teatros a la italiana. Tiene planta de herradura con el escenario situado frente a la clave de su arco. Se conforma en dos áreas diferenciadas: la correspondiente a los actores o caja escénica, limitada por la embocadura del escenario y la dedicada al público, compuesta de palcos y patio de butacas o platea.
La fachada de la caja escénica está decorada con estuco de yeso y adornos de guirnaldas doradas. Exento de muros, a cada uno de sus lados (hombros) se sitúan los palcos principales de balcón en una secuencia vertical de tres pisos. Los correspondientes a los dos primeros son semejantes en proporciones, siendo el tercero de cubierta más baja. El escenario está enmarcado en dos arcos deprimidos rectilíneos; entre ellos se ubican los palcos principales. En el centro del que está más próximo al patio de butacas unas musas tenantes sostienen una lira laureada, símbolo de la música y las artes escénicas. El bambalinón, plano y de color granate, está decorado con detalles dorados conteniendo en su centro las letras "T" y "C" (Teatro Cervantes). El telón principal es de apertura griega (a la americana); es decir que sus dos hojas, partiendo del centro abren de derecha a izquierda.
Partes de un teatro.
Bastidores y bambalinas de la caja escénica.
Carteles cinematográficos entre bastidores. Lamparilla con restos del cableado eléctrico antiguo. Sobre la puerta, un letrero en el que se lee: "Cupletistas"
Parrilla y diabla sobre el escenario.
LOS PALCOS estaban divididos en dos zonas separadas por una cortina. La interior tenía como objetivo dotarlo de un espacio que permitiera cierta privacidad. En el centro del balcón principal del tercer piso, un mascaron alegórico y el escudo de Almería informan sobre las señas de identidad del edificio. En la parte superior de las columnas que sostienen los arcos deprimidos, dos querubines sostienen un jarrón que contiene las esencias artísticas. En el balcón del segundo piso las protagonistas son guirnaldas florales formando una parábola en el centro. En el palco de platea y en la base de las columnas, varias máscaras alegóricas modernistas completan la decoración.
EL PATIO DE BUTACAS está coronado en su tercer piso con una galería de arcos deprimidos sostenidos por columnas. Los balcones del segundo y primer piso presentan decoración diferenciada, siendo el del primer piso de motivos vegetales encerradas en cartuchos y el del segundo de guirnaldas florales en semicírculos colgantes, siempre en yesería blanca con resaltes dorados. Los palcos de platea tienen igualmente molduras de yesería, pero en este caso sin ningún tipo de policromía. Los asientos, tanto en los palcos como la platea están tapizadas en granate, siendo del mismo color las cortinas que separan los espacios en los palcos y las que cubren las puertas de acceso.
Patio de butacas con palcos centrales y entrada principal de la sala.
Al aforo se podía entrar por varias puertas secundarias para facilitar el acceso y desalojo de la sala.
Asientos tapizados en color granate a juego con las cortinas separadoras de los palcos. Al fondo, puerta de acceso secundaria.
Suelo de parquet y fila de butacas en la platea con asiento plegable. Detalle del muro bajo de separación entre los palcos de platea.
Debido a su evidente estado de deterioro, a mediados del año 2009 se planteó la necesidad de iniciar obras de restauración en el inmueble. A estos efectos, la Comisión Provincial del Patrimonio dictó informe favorable para la actuación sobre las fachadas que se cifró en la cantidad de 954.270 euros. Declarado Bien de Interés Cultural. según decreto 104/2002 de marzo*(2), el edificio quedó protegido por el Plan General de Ordenación Urbana de Almería. El proyecto fue encargado a los arquitectos Luís Fernández Martínez, Luís Pastor Rodríguez y a la firma "G y S, Arquitectos, S.L.". Se intervendrá sobre las cuatro fachadas, procediendo a la retirada de restos publicitarios y restauración de muros. Proponía la construcción de un antetecho para evitar el agua en la fachada y devolverle el aspecto original con la recuperación de tres figuras escultóricas. Así mismo se restaurarán los cerramientos (puertas y ventanas), reduciendo en la calle General Tamayo quedando sólo tres de las cinco que contaba en el proyecto original. Las dos puertas suprimidas serán transformadas en ventanas.
Según se informó en la prensa local:
Uno de los cuatro grifos en la cubierta del teatro.
(2) Decreto 104/2002, de 12 de marzo, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, el edificio del Círculo Mercantil e Industrial y Teatro Cervantes de Almería. Publicado en B. O. E. nº. 117 de 16 de mayo de 2002, que se encuentra en dominio público (BOJA nº 47, de 23 de abril de 2002).
07.07.2011 |
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