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EL TEATRO APOLO DE ALMERÍA.

· LA MASONERÍA COMO TELÓN DE FONDO ·

 

Artículo: Milagros Soler Cervantes © 

 Fotografías: Jesús Vílchez. Año 2009 ©

 

 

 

 

Teatro Apolo fotografiado en el año 2009

 

 

El Teatro Apolo de Almería es el espacio escénico más antiguo de la capital. Aunque su proyecto se atribuye al arquitecto municipal Trinidad Cuartara Cassinello, y así parece desprenderse de algunos artículos de la prensa del momento, no existen datos en los archivos ni documentos oficiales que lo demuestre. El historiador Emilio Villanueva, en su obra “Urbanismo y Arquitectura en la Almería moderna” nos informa que estaba en construcción en el año 1881, sin especificar la fecha en la que se iniciaron las obras. Constituye uno de los edificios más misteriosos de la ciudad, tanto por las dudas que se ciernen sobre su autoría así como por el perfil masónico de los personajes que lo propiciaron.

 

Algunos investigadores afirman que se levantó sobre un solar en que con anterioridad estaba el “antiguo” Teatro Calderón. Sin embargo, otros autores niegan la existencia de un teatro anterior en ese lugar. Argumentan que el nombre “Calderón” estaría relacionado con el nombre de la parcela que ocuparía el Apolo y no con un lugar para espectáculos, ya que una ubicación tan periférica en su momento no tendría mucho sentido. Máxime, existiendo otras posibilidades más céntricas y de más cómodo acceso.

 

 

 

ANTIGUO TEATRO APOLO DE ALMERÍA.

(1880 - 1940)

 

 

 

 

 

 Fotos cortesía de Don Juan Zapata expuestas en el teatro, cedidas por J. Vílchez.

 

 

 

Su construcción fue promovida por una agrupación que se definía como promotora de actividades recreativas (bailes, conciertos, teatro…) llamada "Sociedad de los Veinte". De ella fue gerente y personaje de gran influencia  Sebastián López Muñoz, miembro de la logia “Unión y Justicia” y por lo tanto, vinculado a la masonería almeriense como Trinidad Cuartara. Algunos investigadores proponen a Sebastián López como el principal instigador de la construcción del teatro. Vinculado al republicanismo y al pensamiento liberal, se implicará en el desarrollo de algunas sociedades populares que propiciaban la protección de las clases más desvalidas. Entre ellas, la "Sociedad Cooperativa de Obreros de Almería", la "Bienhechora" o "La Lealtad".  

 

Sebastián López Muñoz, cuyo nombre simbólico era "Milton", sostenía que las ideas democráticas no podían estar vinculadas a la religión. Era partidario de la creación de Ateneos y de la conciliación pacífica entre las distintas clases sociales. Esta visión de una comunidad participativa y armoniosa, sostenida por algunos masones republicanos que propiciaban el reformismo, les llevó a potenciar recursos que permitieran la divulgación de tales ideas. Pretendieron una didáctica facilitada a través de las representaciones teatrales, las conferencias y la participación en foros intelectuales entre los distintos niveles sociales. Conviene aclarar que en esta interrelación planteada por la aristocracia almeriense no tenían cabida las clases populares, ante las que tomaron una actitud de protección paternalista pero excluyente.

 

 

Trinidad Cuartara Cassinello, arquitecto y urbanista de Almería.

Sello de la logia masónica "Unión y Justicia" a la que pertenecía Sebastian López Muñoz.

Fotografía de Trinidad Cuartara, miembro de la masonería almeriense.

 

Estos puntos de encuentro de capitalistas y burgueses locales, para desarrollar sus propios paraísos intelectuales, cumplían el objetivo de liberalizar costumbres y proporcionar actividades ajenas a la influencia de la encorsetada moral de la iglesia. Centros de barniz progresista y sociedades recreativas fueron duramente atacadas por la derecha conservadora, en un momento en el que la burguesía capitalina buscaba formas culturales de expansión. En pleno auge del periodo protagonizado por la desamortización de bienes eclesiásticos, la "Sociedad de los Veinte" adquirió solares en la conocida huerta de Los Arcos.

 

El solar se compró con la pretensión de levantar un edificio en el que pudieran tener lugar diferentes actividades lúdicas. Se emitieron acciones para poder financiar el proyecto, siendo propietarios de la empresa los socios contribuyentes. De hecho, el teatro fue pensado para el uso exclusivo del grupo de socios que lo financiaban; de ahí las reducidas dimensiones del mismo. Esto le confirió, desde sus orígenes, un marcado carácter elitista que entraba en contradicción con el ideario liberal y aperturista que pretendía practicar sus patrocinadores.

 

A finales del siglo XIX el Ayuntamiento organiza las antiguas huertas en las proximidades de la Rambla de Belén, parcelándolas bajo el término de “cuadras” con el propósito de urbanizarlas. Es en este momento cuando se inicia la construcción del Mercado de Abastos y otros edificios emblemáticos de la capital, la mayoría de ellos palacetes y casas señoriales, sobre solares adquiridos a bajo precio por la aristocracia almeriense. Podemos citar como ejemplo la casa-palacio de Juan Lirola, capitalista uvero miembro del Partido Liberal y alcalde de Almería en distintas ocasiones. La residencia del adinerado empresario fue realizada también por Cuartara y es actualmente sede de la Diputación Provincial.

 

 

Casa- palacio de Juan Lirola, capitalista del Partido Liberal vinculado al negocio uvero, varias veces alcalde de Almería.

 

 

La colocación de la primera piedra debió producirse durante el año 1881. Fernando Ochotorena en su libro “La vida en la ciudad de Almería. Siglo XIX” nos cuenta como en la feria de Agosto del año 1882 ya se realizaron actuaciones en el Apolo, que contaba con más de 450 localidades. En el periódico “La Crónica Meridional” (Abril, 1881) podía leerse:

 

"Debemos poner en conocimiento de nuestros abonados que el teatro que se está levantando en la Rambla de Los Hileros sigue muy adelantado en su construcción, pues además de haberse empezado a colocar los sillares sobre los cimientos de los muros exteriores, se está trabajando con gran actividad en la parte que ha de formar el escenario."

 

En febrero de 1882 el Ayuntamiento de Almería informa a la "Sociedad de los Veinte" que, por su parte, el local cumple con todos los requisitos legales de seguridad y ordenamiento urbanístico y que para su apertura definitiva sólo estarían pendientes los permisos necesarios cuya emisión corresponde al Gobierno Civil. Según el historiador Antonio Sevillano en su artículo “El Teatro Apolo. Desde sus orígenes hasta la restauración” (elalmeria.es), el jueves 27 de abril de 1882 fue inaugurado por la compañía del actor Rafael Calvo, representando la obra “La vida es sueño” de Calderón de la Barca y el paso de comedia en un acto, en verso, “Esos son otros López” de Emilio Álvarez (1869). Fue un éxito absoluto de público y crítica, continuándose el programa con creaciones de autores clásicos como Tirso de Molina, Lope de Vega y Shakespeare, entre otros. También actuará el compositor y guitarrista Francisco Tárrega el 8 de febrero de 1890.

 

 

 

ANTIGUO TEATRO APOLO DE ALMERÍA.

(1940 - 1960)

 

 

 

 

 Fotos cortesía de Don Juan Zapata expuestas en el teatro, cedidas por J. Vílchez.

 

 

 

Fue centro de reuniones y conferencias de la burguesía progresista. En una de las conferencias que celebró en este local la "Federación Local de Sociedades Obreras" en el año 1899 surgió la Agrupación  Republicana-Socialista “Germinal”, que entre sus primeras reivindicaciones plantearon la revisión del proceso de Montjuich y la derogación de la Ley del  96 contra el movimiento anarquista. Propugnaban la lucha contra el caciquismo, la moralidad administrativa, el sufragio universal real, separación de los poderes del estado pero, sobre todo, la obligatoriedad de extender la enseñanza primaria a todos los niños de la provincia.

 

Cuando el teatro cambia la dirección, los nuevos gerentes dan un giro al tipo de espectáculos que se representaban en él. Se convierte en un café-cantante, contra el que se pondrá de forma inmediata la sociedad conservadora capitaneada por la iglesia católica. Se afirma que el local es un antro en el que se cometen todo tipo de actos inmorales y se practican juegos de azar prohibidos. A pesar de tal batería de acusaciones, el gobernador civil autoriza su apertura, hecho que se produce el mes de octubre de 1896. Para esa ocasión contratarán al cantante flamenco de origen malagueño Juan Breva. Le acompañan en el cartel otras vocalistas famosas como La Garabita Chica y La Gaditana.

 

 

Frontispicio del Teatro Apolo conjugando la estética clásica y la simbología masónica.

 

 

Puertas principales de acceso al interior del teatro. Puede leerse sobre ellas "ENTRADA DE PÚBLICO"

 

 

A principios del siglo XX fue punto de encuentro de los activistas republicanos de la provincia. Durante los años veinte alojó la sede de la "Cooperativa de Funcionarios Públicos", que duraría hasta el inicio de la Guerra Civil. Una vez finalizada la contienda, la dictadura de Franco instala allí las oficinas de la Obra Sindical de Educación y Descanso de la Organización Sindical española. En los años 1940 y 1941 se llevan a cabo algunas modificaciones de poca envergadura, construyéndose un foso para la orquesta.

 

 

 

 

ANTIGUO TEATRO APOLO DE ALMERÍA.

(1960 - 1987)

 

 

 

 

 

 Fotos cortesía de Don Manuel Faces expuestas en el teatro, cedidas por J. Vílchez.

 

 

 

 

Será el arquitecto Antonio Góngora Galera quien en 1960 realizará una transformación de mayor importancia con el propósito de adaptar el local para sesiones cinematográficas. Aunque mantiene el escenario para poder seguir celebrando representaciones teatrales, suprimirá los palcos para dejar espacio a la pantalla y poder ampliar la sala de butacas. También creará una cabina de imagen y sonido en el piso superior. Finalmente el teatro será adquirido por el Ayuntamiento, que lo dedicará al Área de Cultura.

 

 

Entre las volutas de las columnas clásicas se sitúan unas liras, asociadas al dios Apolo, las Artes y la Cultura

 

 

Actualmente, de lo que fuera el antiguo Teatro Apolo de Almería apenas queda la fachada. Protagonizó el último capítulo de su rehabilitación durante el año 1987 bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Almería. La actuación comenzó en enero del año 1984, cuando la Dirección General de Arquitectura y Vivienda del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente encargó la realización de los estudios preliminares al arquitecto Ángel Jaramillo Esteban. En 1985 el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo le encarga la redacción del proyecto básico de ejecución y rehabilitación, con una dotación de 105 millones de pesetas. La subvención se distribuyó asumiendo el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) 60 millones de pesetas; la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, 25 millones y el Ayuntamiento de Almería los 20 millones restantes.

 

 

Óculo de la fachada situada en la calle Juan Lirola con almohadillado punta de diamante.

 

 

  

Esquina del teatro en la que confluyen las calles Juan Lirola y Obispo Orbera y detalle de la fachada.

 

 

La obra se adjudica a la empresa "Fomento de Obras y Construcciones, S. A." (F.O.C.S.A.) el 22 de septiembre de 1986 con una dotación de 99.5 millones de pesetas. En noviembre del mismo año esta empresa tiene que paralizar las obras por problemas de infraestructuras relacionadas con las líneas eléctricas de la "Compañía Sevillana de Electricidad" y con las de la "Compañía Telefónica Nacional de España" (C.T.N.E.), así como con la existencia de un kiosco próximo al solar de la obra. El 13 de marzo de 1987 se vuelve a solicitar la paralización por un problema de medianería con un edificio propiedad de la "Organización Nacional de Ciegos Españoles" (O.N.C.E.). En septiembre de ese mismo año se redacta un nuevo proyecto recogiendo esas incidencias, además de otras surgidas durante el proceso de reconstrucción que implican un muro de carga en mal estado y la aparición de fotos antiguas del estado original y primigenio del teatro.

 

Esta aportación de documentación gráfica de la época obliga a incorporar nuevos palcos en el nivel del patio de butacas, con la consiguiente modificación de estructuras. Además se estima oportuno mejorar los trabajos de carpintería y otros acabados. El nuevo total asciende a 119.26 millones de pesetas, alza notable con respecto a la presupuestada en 1976. Las diferencias económicas, según el convenio, tenía que asumirlas el Ayuntamiento por lo que de 14.5 millones pasará a responsabilizarse de una suma de 34,26 millones de pesetas.

 

 

Planta y alzado del Teatro Apolo después de su restauración en el año 1993.

 

 

Aunque estos cambios cuentan con el visto bueno desde el 19 de noviembre de 1987 no se aprobará oficialmente hasta octubre de 1988. Esta demora en la actuación oficial obliga a la empresa constructora a pedir la paralización total temporal de las obras. El arquitecto se ve en la obligación de introducir modificaciones en el primer proyecto, que queda redactado en su totalidad  en el mes de abril de 1989 cuyo coste vuelve a ascender a la cantidad de 266,17 millones de pesetas. Es decir, 161,17 millones más del proyecto primero. La Consejería asumirá el 56% de los gastos, Cultura el 24% y el Ayuntamiento el 20%. Así consta en el Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía nº 71,Sevilla, 7 de Junio de 1991. (1)*

 

 

Placa conmemorativa de la inauguración del teatro tras la restauración de 1993.

 

Manuel Chávez y la reina Sofía en la inauguración del Teatro Apolo. (2)*

 

 

El 24 de Noviembre de 1993 fue abierto nuevamente al público, asistiendo a la inauguración de su nueva singladura el presidente de la Comunidad Autónoma de Andalucía, Manuel Chávez  y la reina de España, Sofía de Grecia.

 

 

 

 

DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO - INTERIOR / EXTERIOR (en preparación)

 

Teatro Apolo después de ser restaurado en el año  1993.

 

 

El interior del teatro.

 

La primera concepción estética del teatro Apolo presentaba un aspecto diferente al que podemos contemplar después de la restauración efectuada a finales del siglo XX. Contaba con espacio para palcos en sus dos pisos. Eran de arco elíptico sostenidos en delgadas columnas de tendencia gótica y adornos modernistas. Estaban separados entre ellos por muros bajos, lo que impedía la privacidad. Techos y paredes estaban adornados con molduras en yesería adornada con policromía.  Alrededor de toda la herradura de palcos corría una balaustrada de hierro fundido.

 

 

 

Puerta de entrada central vista desde la calle.

 

 

Las tres entradas al interior del teatro vistas desde el interior.

 

 

Espacio de los pasos perdidos. Reflejada en el espejo, la barra de la cafetería.

 

 

Barra de la cafetería.

 

 

 

A la izquierda, las tres puertas de entrada que permiten el acceso desde la calle. Frente a ellas, las que acceden a palcos y patio de butacas. 

Detalle de la distribución de las luminarias.

 

 

 

Sobre las puertas de acceso a la caja del teatro la cartelería  distribuye los distintos tipos de localidades.

 

 

 

 

 

RÓTULOS SOBRE LAS PUERTAS DE ACCESO A LAS LOCALIDADES DEL PRIMER PISO

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Distintos aspectos del vestíbulo de la entrada principal.

Las modernidad de alguno de sus elementos sincroniza perfectamente con el espíritu del siglo XIX.

 

 

Capitel de estilo modernista  en una de las columnas que adornan el vestíbulo de la entrada principal.

 

 

 

  

Consola modernista sosteniendo programas de actuaciones. Espejo con molduras acordes con la cartelería.

 

 

 

    

Entrada principal vista desde las escaleras de acceso al primer piso.  Escaleras de mármol de Macael (Almería) con luminarias en sus peldaños.

 

 

Aspecto general del primer piso.

 

 

 

Interior del teatro Apolo. La rehabilitación ha conseguido recrear el ambiente del siglo XIX.

 

 

 

Techos y paredes se presentan decorados con molduras doradas en relieve.

 

 

 

Sobre el escenario, como único elemento decorativo, aparece el escudo de Almería. Focos sobre el escenario.

 

 

 

Las luminarias se integran en la decoración de techos y paredes.

 

 

 

Lámpara principal en el centro del patio de butacas y cabina de proyección.

 

 

 

Molduras de círculos y rectángulos interrumpidos son los motivos minimalistas que decoran la sala del teatro.

 

 

 

Los juegos de columnas han recuperado la sensación de espacios que tuviera el primer teatro Apolo.

 

 

 

Parte del arco que conforma la herradura del primer piso sobre los palcos de platea.

 

 

 

  

Palcos de platea con muros bajos y detalle de las butacas numeradas. Siguen el gusto estético de la época decimonónica.

 

 

 

        

Cortinajes, tapicería de butacas y telón armonizan en color. Sobre los palcos de balcón del primer piso se sitúan los cañones de luz

 

 

 

Conjunto de la sala del teatro.

 

Escaleras de madera que permiten el acceso al escenario desde el patio de butacas.

 

 

Perspectiva desde el primer piso del escenario y el patio de butacas.

 

 

 

Palcos y patio de butacas desde el primer piso.

 

 

 

Butacas del primer piso frente al escenario, en el centro del arco-herradura de la sala .

 

 

 

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*(1) http://www.parlamentodeandalucia.es/webdinamica/portal-web-parlamento/pdf.do?tipodoc=bopa&id=11191

*(2) http://www.elalmeria.es/article/almeria/541053/teatro/apolode/sus/origenes/la/restauracion.html

 

23.07.2011

 

 

 

© Artículo - Milagros Soler. Culturandalucia.com

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