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1.- Antigua Casa de los Rodríguez, actual Edificio Banesto (Foto: año 2009). 2.- Paseo del Príncipe Alfonso XIII a principios del siglo XX con la casa de los Rodríguez. |
OBRA E IDENTIDAD DE TRINIDAD CUARTARA.
En ocasiones se ha criticado con demasiada vehemencia la forma dramática en la que se abordaron las reformas que habrían que convertir la capital almeriense en una ciudad que abandonara definitivamente su estructura medieval. Sin embargo hay que considerar la cantidad de intereses que se tuvieron que enfrentar en ese momento para poder llevar a cabo una trasformación inevitable por necesaria. En la provincia se vivía un florecimiento económico que propiciaba la inversión en grandes obras de infraestructura. El dinero se movía un un dinamismo frenético. La especulación estaba a la orden del día. Iglesia, ayuntamiento, terratenientes y empresarios, capitales extranjeros y fortunas recién adquiridas entraron en competición para conseguir los mejores solares en el casco urbano.
Evitar acciones expeditivas con los edificios históricos era un reto difícil. Cuartara se enfrenta a él de forma decidida adoptando soluciones radicales que, sin embargo no garantizaron los resultados deseados. Cuando se plantea los ensanches de las grandes vías sus proyectos se hacen desde un realismo tal, que no dejan lugares para la duda en lo que se refiere a su realización. Actuó como urbanista creando nuevos barrios (Santo Domingo, Catedral, Hospital) y reestructurando otros (Almedina y Poniente); asumió la dirección del encauzamiento de la Rambla del Obispo Orberá y la prolongación del Paseo del Príncipe. Edificó casas para los obreros y mansiones para la alta burguesía local utilizando conceptos estéticos y funcionales absolutamente opuestos.
Puerta de Purchena con el edificio de La Casa de las Mariposas.
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1.- Antiguo palacio de los Vizcondes del Castillo de Almansa, sede del Archivo Histórico. 2.- Casa Consistorial. Ayuntamiento de Almería. 3.- Casas unifamiliares en la calle Martínez Campos, actual local comercial. |
Trinidad Cuartara tratará de aplicar en Almería las modas arquitectónicas que triunfaban en Europa, principalmente las que implantó en París Georges-Eugène, Barón Haussmann. Fueron adoptadas en otras ciudades como Moscú, Londres, Viena, Florencia o Bruselas. El arquitecto andaluz fue acusado. como lo fuera Haussmann, de ser el responsable de la destrucción de la antigua capital. El incremento de la población exigía unas concepciones urbanísticas en las que las condiciones de comunicación y de salubridad se incluyeran como elementos fundamentales en la realización de los nuevos proyectos. Sin embargo, y a pesar de las notables mejoras que se llevaron a cabo en este sentido, Cuartara fue señalado como el responsable de la desconexión entre las clases sociales que hasta entonces habían compartido el mismo espacio físico en la ciudad. Las élites adineradas veían con buenos ojos este desplazamiento de los barrios populares hacia zonas de la periferia, apropiándose las familias de gran poder adquisitivo del centro histórico tradicional.
Puerta de Purchena y Paseo de Almería desde la cúpula de la Casa de las Mariposas. Estatua de la Caridad en la Rambla de Belén
Se pretendió diferenciar espacios en función a su posterior utilización, separando zonas comerciales de las de ocio o vivienda. En el caso de las viviendas, las burguesas se concentraron en torno al Paseo y la Puerta de Purchena y las populares en los suburbios de la ciudad. En aras del funcionalismo moderno se desterró a la mayor parte de la ciudadanía almeriense a barrios periféricos para que los grupos de élite ocuparan el sitio del que ellos habían sido desalojados.
Desde sus primeros años como arquitecto municipal, Cuartara tuvo en mente llevar a cabo el ensanche de la ciudad. En 1888 presentó a la Corporación Municipal el primero, orientado en sentido transversal a la Rambla ( E-O) y mirando en paralelo a las vías del ferrocarril. Tenía como eje una gran avenida que partiendo desde una plaza circular en el centro de la Rambla desembocaba en otra plaza cuadrangular de grandes dimensiones que continuaba su proyección hacia el actual barrio Nueva Andalucía. Tendría un kilómetro de longitud y cincuenta y cuatro metros de ancho. En 1900 se aprueba otro proyecto modificado que respondía a las exigencias de la Comisión Regia y que quedó subordinado al encauzamiento de la Rambla. La influencia del Plan Cerdá de Barcelona era evidente.
Puerto de Almería a mediados del siglo XIX.
Las buenas intenciones del arquitecto apenas lograron los objetivos que se había planteado. Se esforzó por establecer vías de contacto entre los distintos sectores de la ciudad, mejorar sus condiciones de salubridad y dotarla de plazas y monumentos que la embellecieran. Intervino en la remodelación de barrios antiguos y proyectó otros de nueva planta como las del huerto de Jaruga, el de mayor envergadura en la capital durante el siglo XIX. Allí situaría la plaza de toros, de la que también es autor. Algo parecido sucederá en el sector de Almedina, donde el lugar conocido como el Reducto había sido un vertedero al pie de la alcazaba desde la Edad Media. Cuando este barrio empezó a ser ocupado por casas puerta-ventana (1840) el municipio encargó su organización al arquitecto Joaquín Cabrera. Posteriormente Cuartara incorporará catorce manzanas conformadas en módulos rectangulares recorridos por diez calles que habrían de contener un total de 243 viviendas. Estaban pensadas para albergar a los trabajadores y sus familias. Se distribuían en torno a una amplia plaza (actual plaza e Pavía) y su modelo se repetirá en otros grupos de viviendas sociales como las encargadas por la empresa La Unión Almeriense.
Casas populares "puerta-ventana" en el Barrio de la Caridad, según proyecto de Trinidad Cuartara (1891-1892)
Plaza de Pavía en el barrio del Reducto.
Cuartara se puso incondicionalmente al servicio de la clase a la que pertenecía. Si bien se preocupó de rescatar algunos de los restos arqueológicos que iban apareciendo en aquellos solares en los que levantaba sus edificios, es mínima la proporción de la gran riqueza arqueológica que fue destruida. Realizar acciones de rescate suponía un retraso considerable en la finalización de sus proyectos en un momento en el que la prisa era condición sine qua non. Para acercarnos al perfil psicológico del arquitecto nos hacemos eco de las declaraciones del catedrático de la Universidad de Almería, Fernando Martínez.
En Almería ha habido cerca de mil masones a lo largo de los siglos XIX y XX. Entre los políticos destacaría los alcaldes republicanos de la ciudad de Almería: Antonio Campoy Ibáñez, dueño del café Suizo, el comerciante Miguel Granados Ruiz y el catedrático Uldarico del Olmo. Asimismo fueron masones los diputados en Cortes durante la II República: Juan Company, Antonio Tuñón de Lara, José Salmerón García, el socialista Benigno Ferrer Domingo... Hombres claves de la masonería almeriense fueron el médico José Litrán López, Venerable maestre de la logia Amor y Ciencia, el notario Rosendo Abad Sánchez, Venerable Maestre de la Logia Unión y Justicia, el farmacéutico José Enciso Amat, Venerable de la Logia Evolución y Antonio Marín Cadenas, Venerable Maestre de la Logia Salmeroniana de Alhama. Tampoco se puede olvidar a Trinidad Cuartara, importante arquitecto y urbanista.
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Con la reciente restauración del Edificio de las Mariposas, también conocida como Casa Rapallo, a salido a la luz una anécdota sobre un acontecimiento sucedido el día que finalizaron las obras. En la primavera del año 1911 el arquitecto compró una arroba de vino y un vaso para celebrar la terminación de la obra. Los propietarios del inmueble, Don Bernardo Campos y del empresario naval Don José Rapallo* junto a los trabajadores y el arquitecto bebieron y brindaron en él. Después de hacerlo, decidieron dejarlo en el castillete de la cúpula. Se habla de la posibilidad de que uno de los niños que había participado como peón de albañil fuera alzado para que lo depositara en ella. Allí ha permanecido durante noventa y nueve años, soportando las inclemencias del tiempo y los furiosos bombardeos de la aviación franquista que vivió la ciudad durante la Guerra Civil. Los técnicos de la Dirección de Infraestructuras de Cajamar, actuales dueños del edificio, decidieron recogerlo y ponerlo a salvo para volverlo a colocar en su sitio una vez concluidos las tareas de rehabilitación.
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1.-Manuel Gutierrez Navas, de "Cajamar", entidad propietaria del edificio, muestra el vaso hallado en la Casa de las Mariposas en el que brindó Cuartara.
2.-Momento en el que es retirado el vaso del castillete en la cúpula del edificio.
Entre los reconocimientos que la ciudad de Almería ha rendido a uno de sus arquitectos más ilustres, se encuentra el premio "Trinidad Cuartara" concedido por el Departamento de de Geografía y Ordenación del Territorio del Instituto de Estudios Almerienses, organismo autónomo de la Excelentísima Diputación de Almería.
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* José Rapallo estaba casado con Dolores Campos promotora del edificio y hermana de Bernabé Campos, que también contribuyó económicamente para su construcción,
10.03.10