EL MERCADO DE ABASTOS DE ALMERÍA
Artículo: Milagros Soler Cervantes Reportaje fotográfico: Jesús Vílchez y Carlos Úbeda
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El día 17 de Mayo de 2009 cerró sus puertas al público el Mercado Central de Abastos de Almería, obra emblemática del arquitecto municipal Trinidad Cuartara Cassinello. Desde el mismo momento de su construcción fue uno de los edificios fundamentales para comprender la identidad urbanística de la ciudad.
Formó parte de los proyectos más importantes que se desarrollaron a mediados del siglo XIX, cuando la burguesía local, desamortizando los terrenos que la iglesia tenía en el casco antiguo, decidió remodelar el centro de la capital a imagen y semejanza de los gustos y necesidades propios de su clase.
Como consecuencia de esta ocupación del centro de la urbe, surgió la necesidad de dotar a este núcleo de población de un mercado público de abastos. Tras una serie de vicisitudes políticas y económicas, se encargó finalmente la ejecución de la plaza a Trinidad Cuartara Cassinello, aprobándose su proyecto por el Consistorio en el año 1893.
CONTEXTO HISTÓRICO DE LA UBICACIÓN Desde que en el siglo VIII se fundara en las proximidades del río Andarax el asentamiento de Bayana (la actual Pechina), Almería ha tenido como lugar por excelencia de intercambios comerciales la zona que se extiende desde la Puerta de Purchena hasta las proximidades de su puerto marítimo. La zona se vertebra en torno a la Rambla, la Calle de las Tiendas y la Calle de la Almedina.
Fotos antiguas de la Puerta de Purchena.
Aunque en principio fueron varios los lugares que se pensaron para ubicar el nuevo mercado, terminó imponiéndose el que tradicionalmente ha convocado durante siglos a los almerienses para este tipo de actividades. Inserto en un contexto de antiguos zocos árabes, el mercado de abastos seguía así la tradición de los patrones de asentamiento que le habían precedido. En sus inmediaciones encontramos la calle de la Almedina, que unía Bayyana (Pechina) con una de las murallas de Almeriya (Almería) y que los árabes llamaron “Puerta de Pechina”. En torno a ella se organizaba el zoco musulmán.
Abderrahman III potenció este lugar como zona de encuentro para ferias y mercados con objeto de enriquecer su medina. El nombre de “Puerta de Purchena” surgió por tergiversación de los conquistadores cristianos del topónimo “Puerta de Pechina”, como se había conocido hasta entonces entre sus habitantes de origen árabe. La Calle de Las Tiendas, también cercana al mercado, responde al esquema de vía típica musulmana, que tuvo su especial idiosincrasia durante el siglo XVI, pues ella se concentraban todos los locales en los que se vendía lencería. En la Plaza de la Constitución también existió otro zoco árabe, que mantuvo su actividad comercial hasta mediados del siglo XIX.
Puerta de Purchena y muralla de la Alcazaba.
Paseo del Príncipe Alfonso XIII. Une la Puerta de Purchena con el puerto de Almería.
Ubicación del Mercado Central en el plano de Almería.
En este entramado de calles y plazas que habían ido surgiendo de forma orgánica y sin ninguna proyección racionalista del espacio, el edificio del mercado de abastos se convirtió en un elemento de referencia para las edificaciones que le seguirían. En sus inmediaciones estaba enraizada la tradición histórica de actividades bancarias, de intercambio de mercancías y todo tipo de transacciones comerciales. Fue ideado por Cuartara en un momento en que la economía almeriense protagonizaba uno de sus momentos más florecientes. A mediados del siglo XIX la burguesía local inicia un proceso de renovación urbanística que dará lugar a importantes cambios en el casco antiguo. Se pretende crear zonas amplias, con ensanches y jardines, en los que se situarán sus residencias.
Estos edificios de nueva planta deberían dejar de manifiesto el estatus de riqueza que disfrutaban las grandes familias que vivían en la capital. Para hacer posible esta reestructuración fue necesaria la demolición de parte de las antiguas murallas (1845), así como de algunas iglesias y conventos que eran propiedad de la Iglesia. Todos les fueron comprados por importantes sumas de dinero. En 1856 se presenta el proyecto de abrir una gran avenida que recorriera desde la Puerta de Purchena hasta la Puerta del Sol, con solares reservados a viviendas señoriales. Tras pagar las cantidades oportunas a Don Ramón Orozco (1865) propietario de esos terrenos, dos años después quedará finalizada la obra, inaugurándose en el mes de marzo de 1867 el alumbrado de hidrógeno. Será sustituido en 1892 por el alumbrado eléctrico.
Inspirándose en los modelos europeos de las ciudades más modernas, una de las consideraciones que más fue tenida en cuenta fue la de ordenar el tráfico de personas y vehículos por medio de vías rápidas de trazado lineal. Bajo estas directrices, en el año 1860 el arquitecto José Marín Baldó llevó a cabo la prolongación del Paseo de Almería (Paseo del Príncipe Alfonso XIII), contemplando en su proyecto la reserva de un espacio para la construcción de un mercado público. Bordeando ese Paseo se irían incorporando las nuevas viviendas. Bajo la influencia del modernismo y siguiendo las tendencias de grandes metrópolis como París, Madrid y Barcelona, los arquitectos de Almería realizaron obras tan insignes como la Casa de las Mariposas, propiedad de la familia Rapallo. Se dio en llamar así por adornarse con mariposas de gran tamaño realizadas en hierro, adosadas en la parte superior de su fachada.
TRINIDAD CUARTARA CASSINELLO, ARQUITECTO (1847 - 1912)
Trinidad Cuartara Cassinello fue uno de los arquitectos que, junto a Guillermo Langle Rubio y Enrique López Rull, han contribuido a configurar el perfil urbanístico almeriense. De estilo elegante y refinado, su obra se ve influenciada por el gusto francés y los grandes edificios señoriales madrileños de finales del siglo XIX. Utiliza con frecuencia el cristal y el hierro, dándole a los edificios su personal concepción del estilo modernista. Evolucionará hacia formas más eclécticas, como vemos en el edificio del Mercado Central de Abastos de la capital, que constituye sin duda, una de sus obras más emblemáticas.
Cuartara será también el artífice del Ayuntamiento de Almería, construido al final del siglo XIX en el lugar en el que estuviera un antiguo zoco musulmán. En una plaza porticada al estilo castellano, el edificio consta de dos plantas concebidas bajo las influencias del gusto burgués de la época. En su centro se ubicó el “Monumento a los Coloraos” que en su origen estaba situado en la Puerta de Purchena (1868) hasta que fue trasladado a la Plaza Vieja o del Ayuntamiento en 1900.
Cuartara es también el encargado de construir la Antigua Casa de los Rodríguez (1906), conocida en nuestros días como “Edificio Banesto” por estar las oficinas de este Banco en su planta baja. Fue el más importante de su tiempo por sus grandes infraestructuras, ocupando el solar del desaparecido Teatro Principal, edificado a principios de siglo XIX y demolido apenas noventa años después.
Edificio de las Mariposas de Trinidad Cuartara en la Puerta de Purchena. Detalle de la cúpula.
EL EDIFICIO DEL MERCADO
A principios del siglo XIX las autoridades municipales se plantearon la necesidad de construir un nuevo mercado que recogiera y centralizara todas las actividades de abastecimiento, tanto de los habitantes de la capital como de las poblaciones cercanas. A partir de ese momento son varios los proyectos que se irán presentando, sin que ninguno se acepte como definitivo. En un principio se pensó ubicarlo en el casco antiguo, pero finalmente se desplazará hacía el levante de la ciudad, donde se realizarían las reformas urbanísticas que permitirían alojar las casas señoriales de la burguesía almeriense. En 1892 se adjudican por primera vez las obras a Don Antonio Martínez Pérez. Sin embargo, se le asigna la realización de estos trabajos al arquitecto municipal Trinidad Cuartara Cassinello.
El solar en el que se levantó el edificio albergaba unos jardines particulares, que fueron adquiridos por el Ayuntamiento. De planta rectangular y una superficie de 4.500 m2, su estructura apenas ha sido modificada con el paso del tiempo. Fue el primer mercado de abastos que tuvo la capital, ya que hasta entonces, los intercambios de productos se hacían en puestos ambulantes concentrados en distintos puntos de la ciudad, tal y como era costumbre desde la Edad Media. Durante muchos años tuvo las mayores dimensiones en este tipo de locales comerciales. En el año 1982 se llevaron a cabo unas importantes reformas que no afectaron prácticamente a su diseño original.
Las obras se iniciaron el año 1892 finalizando en 1897, sometiéndose su construcción a los cánones de la llamada "arquitectura del hierro" imperante en la época. Próximo a la Puerta de Purchena, centro neurálgico de la ciudad, las líneas de sus fachadas se concibieron para que armonizaran con el resto de las viviendas que habrían de rodear el edificio. La puerta principal se orientó hacia el actual Paseo de Almería, accediendo desde allí a través de la calle Aguilar de Campoo, concebida para tal fin. El pabellón consta de dos pisos y cinco naves dedicadas tanto a la venta como al almacenaje de productos.
LAS FACHADAS Las fachadas más importantes del edificio se sitúan en los lados menores del rectángulo en el que se inscribe la planta del mercado. Las de servicios lo hacen en los lados mayores. La principal está orientada hacia el Paseo de Almería, la avenida más importante de la capital en el momento de la construcción del inmueble. En este boulevard se levantaron las casas más lujosas de la adinerada burguesía local de la época. La fachada opuesta a la principal lindaba con la calle García Alix, vía caracterizada por su tradicional afluencia de tránsito, tanto de personas como de vehículos. Las otras dos localizadas en los lados mayores eran de servicios y se resolvieron primando elementos funcionales, no exentos de cierta estética decorativa. Cuartara concibió la anchura de las calles que rodeaban el mercado igual a la altura de su fachada, es decir, de ocho metros.
Fachada principal. Dibujo de la alzada del Mercado de Abastos realizado por Trinidad Cuartara..
A finales del siglo XIX y principios del XX se incorporan a la construcción de grandes edificios urbanos técnicas y materiales empleados en fábricas y naves industriales típicos de la revolución industrial. Un ejemplo de esta mezcla del refinamiento cosmopolita vinculado a sentido práctico empresarial quedará reflejado en el mercado de abastos, recogido de forma magistral por el arquitecto. Busca la armonía y el equilibrio a través de la simetría y la repetición rítmica de elementos. Así lo hace con la ubicación de los accesos, situando las puertas frente a las de sus muros oponentes. Eso, a pesar de que la orientada hacia la calle Reyes Católicos tiene que vencer el desafío de tres niveles de suelo. De las cuatro fachadas, dos son de estilos absolutamente diferentes (lados menores) y las otras dos siguen el mismo patrón arquitectónico (lados mayores).
La fachada principal se abre al Paseo de Almería a través de la calle Aguilar de Campoo. Es la que tiene mayor profusión de adornos enmarcados dentro de un estilo clasicista, en el que no faltan elementos de gusto modernista. En su punto central se abre la puerta de acceso, con vano en arco de medio punto y frontispicio de portal, que al final de sus simas proyecta una cornisa con molduras en cada uno de sus lados. En la parte superior, una alegoría de la Abundancia preside el conjunto. Consistente en una figura femenina que lleva en sus brazos un cesto de frutas, entre ellas, las famosas uvas de Almería. Los jarrones de la cornisa tienen asas con forma de dragoncillos y también contienen productos típicos de la producción local.
Distintos aspectos de la fachada principal.
La puerta es de hierro forjado dividido en dos zonas que comprenden un arco y la puerta propiamente dicha. El arco se adorna con pilastras que irradian desde un punto central de la línea del dintel. El cerramiento original se realizó en vertical, con doble puerta abatible de hierro forjado. Posteriormente fue cambiada por otra de apertura horizontal que se eleva sobre un eje situado aproximadamente a una cuarta del dintel. A cada uno de sus lados se abren tres ventanas con arco de medio punto. Están protegidas en la parte superior por cornisas a dos aguas apoyadas en tres ménsulas: una en el vértice y las otras dos en los extremos de las simas. Su vano está enmarcado por medias columnas cuadradas adosadas al muro. En la parte superior del fuste, el capitel se compone de una moldura tripartita con papo de paloma sujetando una palmeta.
Las ventanas.
Toda la parte superior de la fachada culmina con una cornisa corrida. Sobre ella, entre los espacios que median entre cada una de las ventanas, se colocaron una pareja de jarrones de estilo neoclásico. Las ventanas cierran con puertas abatibles de doble hoja con cristal soportado en madera. El vano del arco de medio punto se protegía con listones de madera colocados en horizontal, a la forma de las persianas venecianas fijas. A estas puertas se le anteponía una pequeña barandilla de hierro forjado, dándole aspecto de balconcillo.
El encofrado era de acero con viguetas en doble "T", sustentado en un basamento de sillería sobre el que se levantaron los muros de ladrillo. La fachada principal se hizo de cantería, mampostería, hierro y ladrillo, con ventanas rematadas en cornisa, persianas y puertas de madera con doble hoja y acristalamiento. Toda la fachada arranca de un basamento de sillería regular (isódomo) sobre el que se levantaron muros de ladrillo visto colocado a sogas. En esta línea de la sillería se insertan tragaluces en forma de pequeñas ventanas con arco rebajado para la iluminación y ventilación del semisótano. La mayor parte de la superficie del muro está revestida de estuco, quedando el aparejo de ladrillo sólo visible en franjas verticales localizadas a cada uno de los lados de las ventanas.
Los colores seleccionados para el revoco de esta fachada fueron el blanco (elementos ornamentales y figuras de bulto redondo), el granate (ladrillo visto) y el amarillo albero (estucado). Esta gama fue también utilizada por Trinidad Cuartara para otros edificios proyectados por él, como sucede en la Plaza de Toros de Almería. La figuración de columnas y jarrones adoptan el blanco y se crean zonas entre las ventanas con franjas verticales en ladrillo visto. La transición de la fachada principal a cada una de las laterales se hace mediante un chaflán en el que se abre otra ventana semejante a las anteriores. El conjunto mezcla armoniosamente el estilo neoclásico y novecentista, tratando de componer una postal arquitectónica que se ajustara a la demanda estética de las élites adineradas almerienses que concibieron el mercado.
La fachada de la calle García Alix, opuesta a la principal, poco tiene que ver con la que acabamos de describir. Diríamos que Cuartara quiso proyectar en ella el emergente gusto ecléctico que culminaría con la obra de otro arquitecto municipal de Almería: Guillermo Langle. En este caso, el aspecto palacial y grácil que tiene la orientada al Paseo de Almería se torna funcional y más complejo, en tanto que en ella se superponen distintas terrazas que se adelantan sobre la puerta de acceso. En su tonalidad cambia la preponderancia del los elegantes tonos fríos por el dinámico rojizo del ladrillo visto. Prevalecen las líneas horizontales de las cornisas, solamente interrumpidas por dos ventanas, contrastando con la verticalidad de la fachada principal. No cuenta con elementos ornamentales excepto jarrones sobre la cornisa de la cubierta, que siguen el mismo modelo que los que vemos en la fachada principal. Además de las ventanas, la iluminación se resuelve con dos óculos a cada uno de los lados de estas.
EVOLUCIÓN DE LA FACHADA DE LA CALLE GARCÍA ALIX (1893-2009)
Así como la fachada principal se resuelve sobre un plano vertical único, aquí sobre la planta rectangular se adelantan dos módulos con cubierta en terraza. Al fondo y en el centro de estos habitáculos se abrió la puerta. Tuvo también en su origen cerramiento vertical, sustituido por el horizontal que permaneció hasta el momento de su cierre temporal (año 2009).
Óculo y ventana en la fachada de la calle García Alix
Las ventanas son de arco falso y cierre fijo de madera con listones puestos a forma de persiana veneciana y pintados en verde. Sobre el falso arco se colocó una cornisa a dos aguas sustentada por cinco zapatas y gotas en relieve a la altura de la inflexión de la jamba y el arco. Los óculos están rodeados de una cinta lisa en relieve de estuco pintada en blanco. Esta fórmula cromática le confiere gran vistosidad estética al superponerse al tono rojizo del ladrillo, predominante en la mayor parte de dicha pared.
Las otras dos fachadas situadas en los lados mayores de la planta rectangular recrean una estética diferente. Su diseño obedece a objetivos funcionales al servicio de la iluminación interior del recinto y la ventilación del mismo. Tiene tres cuerpos horizontales: de sillería, de mampostería de ladrillo y de hierro y madera, respectivamente. Sobre una base de sillería, en la que se abren tragaluces para la zona interior del semisótano, se superpone otra con paramento de ladrillo revestido de estuco. Ésta da paso a una estructura aérea formada por columnas de hierro, unidas por pseudo arcos Tudor, cerrados con persianas venecianas fijas de madera.
En su punto central tienen las puertas de acceso con cerramiento vertical de enrejado en hierro. No tienen elementos decorativos entendidos como tales, aunque éstos se incorporan en los detalles de las estructuras de hierro que sustentan los muros perimetrales. Las columnas de hierro que sustentan los muros repiten su frecuencia a lo largo de las fachadas.
Si en la fachada principal Cuartara parece querer complacer los refinados gustos de las clases pudientes de Almería, en estas laterales recrea las modas difundidas durante la Revolución Industrial en las que el hierro, la madera y el cristal asumen todo el protagonismo. La búsqueda de la armonía en las proporciones la consigue a través de la simetría y la reiteración de ritmo en los elementos decorativos. Buen ejemplo de ello puede ser también la ubicación de las puertas de acceso al mercado, colocadas una frente a otra obedeciendo a ejes planteados en cruz. Para lograrlo, en la que se orienta hacia la calle Reyes Católicos tuvo que vencer tres niveles distintos de suelo. Es en el único lado en el que se abrió una puerta para vehículos rodados que permitía el acceso directo al semisótano.
El hecho de que fuera pensado para que allí se ubicaran los almacenes y se realizaran las subastas planteó la necesidad de facilitar la entrada para la carga y descarga de productos. Es posible que estas fachadas situadas en los lados mayores de la planta no fueran planteadas por Cuartara con el cuidado de aquellas que se concibieron para ser contempladas desde calles emblemáticas. Parece ser que su simpleza fue criticada por algunos colegas suyos en la época. No obstante, en la actualidad no podemos sustraernos de la admiración que nos suscitan, seguramente prisioneros de lo que hemos dado en llamar "el efecto Eiffel".
El hierro, el cristal y la madera eran los elementos imperantes en la arquitectura de la Revolución Industrial del siglo XIX. LA PLANTA PRINCIPAL
En la planta principal, ligeramente elevada sobre el nivel del suelo, se abrieron las tiendas en las que el público podía hacer sus compras. En la inferior, resuelta a forma de semisótano, inicialmente, se habilitaron lugares de almacenaje en los que se depositaban las mercancías. Procedían principalmente del resto de la provincia, y en ese mismo lugar tenían lugar las subastas en las que participaban los distintos comerciantes, tanto los que eran propietarios de puestos en el mercado como los de otras tiendas de la comarca. Con posterioridad, el espacio dedicado a la realización de subastas se trasformó en otra zona de ventas que llegó a especializarse en puestos de pescado fresco. Seguramente se eligió esa ubicación por disfrutar de temperaturas más bajas a la vez que se aislaban las olores características de los productos del mar.
En el centro de la nave se ubicaron los puestos de flores, frutas y verduras quedando reservados los lados perimetrales para puestos de carnes, embutidos, encurtidos y pesca salada. Posteriormente se abrieron algunas cafeterías en la planta principal y otras dependencias como las habilitadas para la policía local. El semisótano quedó para los puestos de venta del pescado fresco, almacenes y grandes neveras. Rodeando el exterior del mercado se colocaban puestos desmontables de toda clase de objetos, excluidos los alimentarios.
Posiblemente sea la cubierta del mercado la estructura más intencionadamente historicista de todo el edificio. Como es sabido, esta corriente arquitectónica pretendía retomar en sus obras el legado cultural de las sociedades que les precedieron. Así como en Inglaterra y en España se recurrió frecuentemente a reproducir modelos neogóticos (Sede del Parlamento en Londres; Palacio de Cristal o Edificio de Telecomunicaciones en Madrid), en Andalucía se adoptaron cánones neo mudéjares, ya que la herencia de los pueblos árabes de Al Andalus se entendía como parte de su identidad. La cubierta del Mercado Central de Almería es un claro ejemplo de la extrapolación de un artesonado mudéjar a un edificio comercial que recordaba las construcciones nobles levantadas en alhóndigas y alcaicerías.
1.- 2.- 1.- Iglesia mudéjar de Santa Fe de Mondújar (Almería) 2.- Nave principal del Mercado Central de Almería. El espacio interior de la nave principal del mercado reproduce el plano de una iglesia mudéjar.
La cubierta se levantó dividiendo la techumbre en dos espacios diferenciados y concéntricos, siendo el perimetral plano y a cuatro aguas con armazón de hierro el segundo. La estructura de hierro se sustentaba en un nivel corrido de ventanas con persianas de madera y cristales.
EL SEMISÓTANO
La planta baja o semisótano se concibió como lugar para almacenes con un espacio habilitado para realizar las subastas, acogiendo también otras dependencias dedicadas a servicios. Sus terminados eran absolutamente funcionales, exentos del cuidado estético de la planta superior. Los accesos se hacían desde el exterior, ya que las escaleras abiertas en el centro de la plaza datan de mediados del siglo XX. La iluminación la recibía a través de tragaluces insertos en la sillería, localizada a nivel del suelo.
Esta zona del mercado ha sufrido distintas remodelaciones desde que fue inaugurado. En el momento de su cierre temporal era el lugar destinado a la venta de pescados y mariscos. Hasta que su venta fue trasladada allí ésta se realizaba en un unos locales situados en la línea de acera del teatro Apolo, frente al la plaza de Cuartara.
undo el semisótano se habilitó como zona comercial abierta al público, desde el centro de la planta principal se abrió una escalera que descendía hasta la planta baja. Se iniciaba en una apertura en la solería con boca decagonal, liberando como vanos dos de sus lados desde los que parten los escalones-
Los puestos de venta se distribuyeron adosándolos al muro perimetral, siendo éstos de planta cuadrangular y de dimensiones más o menos similares. Para dar respuesta a la demanda fue necesario incrementar su número con otros organizados en pasillos transversales
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PLANO INTERACTIVO DEL MERCADO
(Pulsar las zonas marcadas para ver las imágenes)
FICHA TÉCNICA DEL EDIFICIO
Arquitecto - Autor del Proyecto: Trinidad Cuartara Cassinello Inicio de su construcción: 1892 - Inauguración: 1893
Localización: Ensanche Tipo de edificio: Exento Aparcamiento: Ajeno - Subterráneo - 500 plazas. Protección: Protección integral (PGOU, 1998). Rehabilitación: 1981 > Parcial / 1985 > Parcial
Superficies: Construida > 5.542,14 m2 / Comercial venta > 1.667,68 m2. Accesibilidad: 6 puertas a la calle, sin barreras arquitectónicas. Niveles: Planta baja > Mercado / Sótano > Mercado, almacenes y servicios Circulación: Escaleras / Pasillos (1.5m) /
Estructura: Pilares de hierro colado y vigas de hierro. Sótano: Pilastras de piedra y cantera. Cubiertas: Inclinado de teja.
Cerramientos zócalos: Piedra y carpintería > madera Parámetros: Enfoscado y enlucido. Cerrajería.
Acabados interiores: Techo > chapa metálica. Carpintería > madera. Parámetros: Alicatado. Pavimento: Continuo (Hormigón pulido visto y pintado)
INSTALACIONES AÑO 2009 Agua / Saneamiento / Protección contra incendios / Electricidad / Seguridad / Iluminación / Aire acondicionado / Telefonía / Aseos Públicos - Minusválidos / Reciclaje de residuos / Aseos para el personal / Cafetería / Vestuario para el personal / Botiquín /
CARENCIAS AÑO 2009 Gas / Calefacción / Internet / Ascensor / Montacargas / Escaleras mecánicas / Atención al cliente / Teléfonos públicos / Muelle de carga y descarga / Cajeros automáticos / Zona administrativa / Reparto a domicilio/ Aparcamiento público.
PERFIL COMERCIAL AÑO 2009 Número de puestos: 148 - Número de operadores > 148 Distribución comercial: Carne-charcutería > 40 / Fruta-Verdura > 39 /Pescado-Marisco > 58 /Otros > 11 Horario comercial: De lunes a Sábado, desde las 6:00 h. hasta las 15:00 h..
Sistema de Gestión: Municipal > Ayuntamiento de Almería
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10.03.10