EL CONVENTO DE SAN PASCUAL BAILÓN
EL CONVENTO
Ruinas del convento de San Pascual Bailón en el año 2011.
Artículo: Milagros Soler Cervantes
Fotografías: Jesús Vílchez - C. S. Cervantes - M. Soler
LOS ORÍGENES
Sobre una ligera elevación del terreno que permite ejercer cierto control visual sobre el valle se levantó un edificio de aspecto austero con una extensión de tres mil metros cuadrados construidos. Se eligió un lugar llamado Cruz de los Mártires, al norte de la villa por haber sido sacrificados allí un gran número de cristianos durante la sublevación morisca de la Alpujarra (1568). Entre las víctimas, nos informa Antonio Gil Albarracín (Las órdenes mendicantes como agentes urbanos: Fundación de conventos y transformaciones urbanísticas en el oriente andaluz), se encontraba el vicario de Laujar, Juan Lozano Corbera. Según las crónicas, dos frailes de Granada se desplazaron hasta allí para realizar la fundación y preparar el recibimiento del resto de los religiosos de la orden. Tomaron posesión de los terrenos inmediatamente después de ser promulgada la cédula de Carlos II (1690), por la que se les concedían campos en la Era de la Hoya y en las proximidades de la Rambla de los Mártires.
Durante la guerra de la Alpujarra muchos cristianos sufrieron martirio.
Otro convento franciscano en Ugíjar intentó evitar que el plan se llevara a cabo, seguramente por temor a ver disminuida su influencia en la comarca. El empeño de otro fraile franciscano laujareño, Fray Antonio Murillo Velarde, y la activa participación del Ayuntamiento, fueron de capital importancia para el éxito del proyecto. Según Florentino Castañeda, el arquitecto encargado de los planos y dirección de las obras fue el maestro granadino Diego González. Realizó también los de la Iglesia de la Encarnación. De planta irregular, su distribución parece obedecer más a criterios funcionales que estéticos. Responde al estilo barroco historicista y como tal, utilizará materiales de poco valor arquitectónico (yeso, ladrillo, estuco) con los que se buscará crear sensación de falsa monumentalidad.
En la decoración utiliza una iconografía didáctica, realista y sin ambigüedades interpretativas que permitan desviaciones doctrinales. Eso supondrá un fuerte condicionamiento en los talleres de los artistas encargados de realizar sus trabajos, que estarán sometidos a rígidas normativas formales. Se dedica especial atención a la divulgación de los santos fundadores así como al conocimiento de las historias sobre el martirio que sufrieron los cristianos, víctimas de las represiones moriscas. Tanto en el edificio franciscano como en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación se exalta el poder del nuevo orden cristiano, el de la monarquía y el de la nobleza triunfante.
Recreación de las cubiertas del convento desde el lado norte.
Convento con las cúpulas de la iglesia, derrumbadas por las lluvias en el año 1996. Fuente: http://personales.cajamar.es/amiconven/salvemos.htm
Vista aérea del edificio y orientación geográfica de las fachadas. Fuente: Google Earth
La edificación de la iglesia y de toda la planta del convento se hace en torno a un eje Sur-Norte, lo que constituye una excepción en la concepción simbólica de la orientación del templo. En los santuarios primitivos, según cánones descritos por Vitrubio, éstos tenían orientación Este-Oeste, de forma que los creyentes veían la imagen del dios iluminada por los primeros rayos de sol cuando surgían por el horizonte. Los templos cristianos, según prescripciones del Concilio de Nicea, adoptan la norma contraria. La entrada principal (fachada hastial) mira hacia el Oeste y el ábside hacia el Este. De esta manera, la primera luz del sol entraba a través del ábside y el altar, del que emanaba la divinidad. La zona Este, por donde salía el sol, era la parte sacra del templo. La zona Oeste, por donde se oculta, la profana. Desde la oscuridad de la entrada, se avanza simbólicamente hacia la luz. Los fieles, al entrar, quedaban deslumbrados, como lo estarían ante la presencia de Dios.
Fachada principal del convento, orientada hacia el pueblo (lado Sur) y fachada Este. Situado en la pendiente de una colina, se accede por unas escaleras que llevan hasta una explanada.
En el caso del convento de San Pascual Bailón, estas consideraciones litúrgicas no se tuvieron en cuenta. La ubicación de la fachada principal, como las distintas estructuras del edificio, parecen obedecer a criterios determinados por las condiciones que se daban en el momento de su construcción. La apertura de las puertas mirando hacia el Sur era la única lógica posible, ya que al Sur estaba ubicado el núcleo principal de la población y las tierras que fueron donadas a la orden religiosa. Hacia el Norte el terreno se hace más abrupto, iniciándose estribaciones de alturas que llegan a alcanzar hasta más de 1000 m. De ahí que se abrieran las entradas en la parte más accesible, obviándose otras consideraciones simbólicas. Construcciones como palacios y casas señoriales de esa geografía orientaban sus fachadas al sur, buscando optimizar la fuente de calor que proporcionaba la luz solar.
Puerta de entrada a la iglesia. A su derecha, entradas al claustro y al convento. Arco de medio punto, seguida de las dos entradas al claustro y otras zonas del convento.
Vista aérea del convento. Al fondo, Ayuntamiento y alcazaba. Fuente: Google Earth
El edificio se compone de tres núcleos principales: convento, claustro y basílica o iglesia.
El conjunto arquitectónico se compone de tres módulos principales: Iglesia, claustro y zona conventual. La fachada principal está orientada hacia el sur, donde se localiza el pueblo con el ayuntamiento y la antigua alcazaba. En ella se sitúa la entrada del templo y la del claustro, ante una pequeña explanada. A la construcción de la iglesia se le dedicó un espacio considerable, dentro de lo que serían las dimensiones del conjunto, calculándosele unos seiscientos metros cuadrados. En ella asistían a los oficios religiosos, tanto los frailes como las gentes del pueblo. Servía para alojar a los frailes, pero también a estudiantes de teología, a personal laico que contribuía en el mantenimiento de la finca y a otro tipo de gentes que se asilaban en él, entre los que se encontraban algunos familiares de los religiosos. Además tuvo que dotarse de cuadras, establos, almacenes, cocina, biblioteca y todo tipo de estancias que permitieran acometer las tareas cotidianas. Corriendo el tiempo, a principios del siglo XIX y a instancias del Concejo Municipal, se creó una escuela para estudios de grado medio dirigida a los jóvenes del pueblo y en la que impartían clases maestros de la Orden.
Fachada principal ante la que se abre una pequeña explanada. A través de los balcones vemos la situación de las cubiertas.
LAS FACHADAS
De planta absolutamente irregular, las fachadas que delimitan el edificio tienen destaques de volúmenes que sobresalen del rectángulo imaginario formado por el templo, el claustro y una de las naves del convento. Estos módulos, en casi todos los casos, abrían al exterior. Solamente la del frontispicio, orientada hacia el sur, está concebida en un mismo plano vertical. Según algunos autores, parece que toda la estructura fue concebida en sus orígenes como la vemos actualmente. De ahí podemos deducir que su relativa desarmonía estética no se debería a un crecimiento orgánico, planteado a medida que fuera surgiendo la necesidad de crear nuevos espacios, sino que así se pensó en el primer proyecto de su maestro de obras, el granadino Diego González.
FACHADA SUR (PRINCIPAL)
En ella se sitúan las puertas de la iglesia, las dos del claustro y las tres que dan acceso a la zona conventual. Construido el edificio sobre una elevación de terreno, se accede a él a través de unas escaleras que conducen hasta un pequeño solar abandonado, a forma de pequeña explanada. Actualmente la encontramos invadida de contenedores de basura, restos de coches y electrodomésticos abandonados. Algunas de sus estancias han sido ocupadas por transeúntes e indigentes, lo que ha contribuido a la aceleración de la destrucción del inmueble.
1 2 1.- Escalera de acceso a la fachada principal y mampostería del muro de contención. 2.- Restos de balaustrada en el primer tramo de la escalera.
Los muros se elevan sobre un zócalo y están construidos en mampostería irregular de piedras y argamasa. La fachada tiene revestimiento simulando bloques de sillería de grandes dimensiones. Aparentan estar colocados en hileras imitando un aparejo isódomo. Se realizaron en estuco con perfiles resaltados. La lectura horizontal se inicia con el módulo anexo a la izquierda de la iglesia (Fig.1.A), el de la iglesia (Fig.1.B), el claustro (Fig.1.C) y el convento (Fig.2.D).
FIGURA 1
En su trayectoria vertical encontramos un nivel único en el anexo de la iglesia (Fig.1.A), dos en la iglesia (Fig.1.B1 y B2), tres en el claustro (Fig.2.C1, C2 y C3) y otros tres en la zona conventual (Fig.2.D1, D2 y D3). Todos los módulos del primer piso abren al exterior a través de seis puertas. La de mayor monumentalidad corresponde a la de la iglesia, con arco de medio punto enmarcado en pilares de sillería regular. Las dos del claustro son dinteladas y semejantes entre sí, interponiéndose entre ellas una pequeña ventana rectangular. Las otras tres, correspondientes al convento, se asemejan a las del claustro, aunque su vano de luz es ligeramente más pequeño. Entre la puerta del templo y el claustro, en el módulo de éste último, un óculo destaca como la única forma no cuadrangular de la fachada.
FIGURA 2 Lectura de los distintos niveles de la fachada principal (lado sur).
En el segundo piso de la iglesia solamente encontramos una gran ventana cuadrangular sobre la puerta de entrada (Fig.2 B-2). En la zona de zona del claustro y del convento (C y D), en su segundo nivel (Fig.2.C-2 y D-2) cinco balcones en línea dan cierta unidad formal a la fachada. Tres de ellos pertenecen al claustro; uno de ellos está situado sobre el óculo y los dos restantes sobre las puertas. En la zona del convento no se alinean con las puertas de entrada, sino con las ventanas que se le superponen. Los cerramientos de protección de los balcones, adelantados sobre la fachada, eran de hierro fundido. Las puertas se pusieron de madera con dos hojas y acristalamiento en algunas de ellas. En el tercer piso (Fig.1 C-3 y D-3) sólo hay cinco ventanas alineadas con los balcones del segundo. Las tres correspondientes al claustro son rectangulares y de menor tamaño que las del convento, siendo balconadas éstas últimas sin sobresalir de la fachada.
Solamente el módulo de la iglesia reviste cierta monumentalidad. El vano de luz de la entrada al templo lo forma un arco de medio punto enmarcado entre pilares de sillería regular con resalte en la fachada. Sobre dichos pilares monta una cornisa de nácela sobre la que, al nivel de los pilares, se sobreponen un basamento cuadrangular sosteniendo una esfera. Por encima de esta cornisa se abre una amplia ventana rectangular en el nivel del segundo piso. La cubierta de tejas se asienta en otra cornisa en voladizo realizada con adornos formados por hileras de ladrillos. La puerta es de doble hoja abatible en madera, con carpintería en relieve decorada con molduras o cuarterones, subdividida en otras dos puertas menores en cada una de ellas.
Fachada de la iglesia. De izquierda a derecha: módulo anexo a la iglesia, iglesia y puerta del claustro.
1 2 1.- Foto antigua del convento a mediados del siglo XX (Fuente: www.elauxar.es). 2.- Estucado de la fachada imitando sillería isódoma.
Fachada principal del convento desde las escaleras de acceso. Puertas de entrada al claustro y a la zonal conventual.
Zona conventual. En su primer nivel, puertas dinteladas. En el segundo nivel, balcones; en el tercero ventanas balconadas.
1 2 1.- Fachada principal. Es la única que tiene un plano vertical continuo. 2.- Puerta de la iglesia en madera decorada con cuarterones.
3 4 3.- Fragmento del pilar que enmarca la puerta de la iglesia, cornisa y basa cuadrada con adorno de una esfera. 4.- Puerta de la iglesia.
FACHADA ESTE.
Desaparecida parcialmente entre los años 2009 y 2011, protagonizó la crónica de un derrumbe anunciado y denunciado. Difícilmente volveremos a recuperar la majestuosa serenidad que tuvo en otros tiempos. Presenta un aspecto homogéneo en sus tres pisos. Carece de decoración y sus vanos de luz son ventanas cuadrangulares, excepto en el tercer piso del pabellón que se adelanta sobre los sectores D y H (Figura 3). En este caso, dichas ventanas, también dinteladas, cuadrangulares y abocinadas, se enmarcan en grandes nichos con arcos de medio punto rebajados en el muro. La irregularidad en la distribución de los elementos arquitectónicos sigue siendo también característica en esta lado del edificio. Si observamos el sector B y la relación de las ventanas con respecto a la puerta del primer piso, nos resultaría fácil aceptar la idea de que obedece a un premeditado intento de romper expresamente el eje vertical de simetría.
Fachada Este. Fotografiada en el mes de agosto del 2009 (Autor: Klauss0292-Wikipedia). Enmarcada en el recuadro, estructura de metal perteneciente al convento.
ACTUALMENTE DESAPARECIDA (Año 2011).
FACHADA ESTE. FOTOGRAFIADA EL MES DE AGOSTO DE 2011. Enmarcado en el recuadro de la izquierda, restos del muro derrumbado con muestra del estucado de la fachada. En el recuadro de la derecha, estructura de metal de la foto anterior.
A PESAR DE LAS DENUNCIAS, LAS AUTORIDADES DE CULTURA NO HICIERON NADA PARA EVITAR EL DERRUMBE.
FIGURA 3 Referencia de las fachadas situadas en el lado Este del convento.
QUEDARON DESTRUIDOS LOS SECTORES C, D Y PARTE DEL E EN EL AÑO 2011.
Dos aspectos de la fachada Este (Sector B).
Otro aspecto de las ruinas de la fachada Este. En primer plano del edificio, puerta de madera con listones y remaches de hierro forjado.
Fachada Este (Sector D y E). La mitad de la fachada E aparece destruida.
Fachada Este (Sector E, F y H).
Fachada Este (Sector F y G).
Fachada Este (Sector H)
Fachada Este (Sector H)
FACHADA NORTE
Organizada en forma de L, sus puertas de acceso en la primera planta permitían la entrada a los habitáculos destinados a corrales, cuadras y almacenes. Los vanos de luz no mantienen ningún tipo simetría, descuidando su estética en este sentido. Contrasta en este aspecto con la fachada sur en la que se alojaba la entrada al templo, al claustro y a las habitaciones principales del convento. Aunque algunos volúmenes que se adelantan sobre las líneas maestras fueron levantados así desde el momento inicial de su construcción, otros se añadieron posteriormente en función de las necesidades que surgieron durante los distintos momentos de su ocupación.
Fachada norte organizada en forma de L. Las estancias de la primera planta se destinaron a cuadras y almacenes.
Pabellón del lado este que se adelanta sobre la fachada norte. La puerta de acceso tiene uno de los huecos de luz más grandes del edificio.
Presenta estructuras adosadas que en algunos casos fueron construidas según los primeros planos del edificio. Módulo exterior con apertura de óculos para la entrada de luz.
El espacio que se abre ante esta fachada tiene limitada su extensión por el arranque de la pequeña colina en la que se resguardó el conjunto arquitectónico. Es posible que desde el módulo que se adelanta en su lado lado este partiera un muro de cerramiento delimitando un espacio que daría lugar a un patio abierto de planta rectangular. Este pabellón, que en sus plantas superiores pudo alojar estancias para los monjes, tiene en su primera planta una puerta de acceso con el vano de luz posiblemente más grande del edificio. Está construido con ladrillo cara vista puesto a sardinel y desplazado totalmente a la derecha del muro que lo contiene. Junto a él, aparece otro cegado de menores dimensiones en la que sólo se colocaron ladrillos en el espacio de la clave y las contraclaves.
Vista del pabellón visto desde oeste.
Ventanas con cerramientos en madera a doble hoja adornadas con cuarterones. Bajo la capa de estucado simulando aparejo de sillería regular se muestra el aparejo irregular con el que se levantaron los muros.
En principio, la fachada parece que estuvo revestida de estuco que simulaba grandes bloque de sillería regular. Puertas y ventanas, aunque no obedecían a ninguna concepción simétrica, sí mantenían cierta armonía en el conjunto. Las distintas fases de ocupación que sufrió el edificio tuvieron como consecuencia la casi desaparición de lo que debió ser su aspecto original.
A la izquierda, restos del revestimiento simulando sillería regular. Las distintas fases de ocupación del edifico han dado lugar a modificaciones caóticas.
FACHADA ESTE
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