La arrogancia de un escritor valorado por algunos y no tanto por otros, ha provocado una de las polémicas más enconadas sobre la identidad personal de Federico García Lorca. Nos estamos refiriendo Luís García Montero.
El inicio de la controversia se produce en el momento que un grupo de corifeos del grupo PRISA y destacados miembros y miembras de la izquierda-derecha (¡ar!) española comienzan una campaña de apoyo a García Montero, cuando este es denunciado en los Tribunales de Justicia por José Antonio Fortes, alegando haber sido víctima de insultos, injurias y calumnias por parte del popular marido de Doña Almudena Grandes.
Como de todos es sabido, y dicho sea de paso, esta destacada escritora tuvo sus inicios literarios ya con su primera novela ,"Las edades de Lulú", que fue premiada con el XI Premio La Sonrisa Vertical. Premios de literatura erótica que dejaron de emitirse en el año 2004 por la falta de calidad en las obras presentadas, según declaraciones de la misma editorial que los concedía. Actualmente es columnista de el periódico El País (Grupo PRISA) y tertuliana de la Cadena SER (Grupo PRISA), compañera del periodista Iñaki Gabilondo, que trabaja actualmente en la cadena de televisión Cuatro (del grupo PRISA). Y decimos destacada, porque algunas de sus declaraciones no tienen desperdicio. Bástenos recordar la frase de dijera en la presentación de su libro "El corazón helado" afirmando que "fusilaría a dos o tres voces que la sacan de quicio". (¡Hay que ver la manía que tiene este matrimonio en silenciar las opiniones de los que disienten de las suyas!)
Inventando cosas que Fortes no ha dicho desde su Cátedra, García Montes echa mano del sensacionalismo periodístico y responde a la acción de su denunciante con un artículo titulado “Lorca era un fascista”. En él pide que Fortes sea expulsado de la Universidad de Granada. Lo termina, diciendo con la vehemencia intransigente de los que comparte sus idearios: "Quizá sea hora de que la Universidad de Granada ponga a este perturbado en su sitio. Sólo así salvaremos, con prudencia y con firmeza, la libertad de expresión".
Parece ser que la Universidad de Granada ha tenido en consideración su requerimiento, permitiendo precisamente en aras de la libertad de expresión que él preconiza, que los perturbados abandonen sus aulas. Tal vez por eso no haya puesto muchos impedimentos para que García Montero abandone la misma, posicionándose a favor de la permanencia de Fortes como docente de la asignatura Literatura Española. Los alumnos han manifestado su opinión al respecto en artículos como el del Colectivo de Alumnos de la Universidad de Granada.
Pero no solamente la Universidad ha dejado de lado las democráticas reivindicaciones de Luís García Montero, sino que los Tribunales de Justicia han dado la razón a José Antonio Fortes, condenando a Montero a pagar una multa de 1825 euros por "insultos y descalificaciones gratuitas", fijando además una indemnización de 3000 euros por los daños morales causados a su víctima. Claro que esta noticia no ha tenido la misma divulgación por parte de aquellos medios que defienden, objetiva o subjetivamente, a sus puestos en nómina. Ni que, entre otras lindezas, Montero llamó "hijo de puta, cretino, mequetrefe, cabrón..." a Fortes, tal y como nos informa el periódico "Ideal" de Granada.
Hay más. Cuando el catedrático Álvaro Salvador, que tiene sillón en la Academia de las Buenas Letras de Granada pidió a esta institución el apoyo de la misma para García Montero, le fue negado sin dudas ni titubeos. Ante ese hecho, opto por presentar su cese en ella. Parece ser que tampoco hubo negociaciones para hacerlo desistir de tan sublime decisión.
No obstante, famosos socialistas ( y socialistas no implica necesariamente la idea de gentes de izquierdas), se han manifestado a favor de Luís García Montero. Citamos: Pilar Bardem (actriz), Ian Gibson (hispanista y biógrafo de Lorca), Miguel Ríos (cantante y vinculado a la familia de Lora), Iñaki Gabilondo (periodista y presentador en la cadena de televisión Cuatro), Joaquín Sabina (cantante), entre otros. También lo han hecho personajes como Federico Jiménez Losantos. Sin comentarios.
Federico García Lorca, se diga lo que se diga, fue hijo de una familia de la alta burguesía de Granada. El padre del poeta, del que se nos han dado la imagen de un adinerado campesino, estaba vinculado a las clases terratenientes con fuerte influencia política en la provincia. Eso, en la época que le tocó vivir, tenía unas connotaciones muy precisas. Fue amigo de falangistas y republicanos (republicano no implica ser de izquierdas), políticos e intelectuales. Se le conocen pocos actos solidarios con las clases populares y bastantes conflictos económicos y personales, tanto con su familia como con otros hacendados de la comarca. Es este sentido es interesante leer la aportación que nos hacen en su libro "Historia de una familia" sus autores, Miguel Caballero Pérez y María Pilar Góngora Ayala. Nos informan estos investigadores que Juan Luís Trescastro, miembro de las feroces y sanguinarias "Escuadras Negras" estaba emparentado con los Lorca. A pesar de haber alardeado de participar directamente en el asesinato de su ilustre pariente, repetía incesantemente por Granada: "Yo he matado al poeta de la cabeza grande y le he dado tres tiros en el culo por maricón", está enterrado en el cementerio de Santa Fe, en un panteón de la familia Lorca.
Si todos los que denuncian esas verdades, retrato de la más vergonzante España profunda, tuvieran que ser expulsados de la Universidad, daríamos la razón a los que añoran la dictadura de Franco. Tener conocidos entre gentes de izquierdas y participar en tertulias y saraos internacionales, no convierten a ningún autor por arte de birlibirloque, ya sea Lorca o Perico de los Palotes, en el más excelso poeta de la lengua castellana, olvidando identidades como la de Juan Ramón Jiménez o el mismísimo Luís de Góngora.
En esta orgía delirante de pseudo intelectuales de izquierdas, con nítidos intereses clasistas, nos están vendiendo la imagen de un Federico que, con el tiempo, llegará a no haber probado el coñac, ni haber fumado tabaco rubio americano, ni haber practicado el sexo. Dirán que su primera novia fue una guapa joven de la aristocracia cordobesa (María Luisa Natera Ladrón de Guevara) y no un jornalero de su padre, como nos cuenta Agustín Penón; que jamás le echó los tejos a Salvador Dalí ni mantuvo relaciones sentimentales con Emilio Prados o el escultor Emilio Aladrén y que amaba profundamente Granada, "su Granada".
El valor literario de su obra no es lo que se cuestiona en la controversia sostenida por Montero y Fortes, sino el perfil personal e ideológico de García Lorca y las causas por las que lo detuvieron (venganzas familiares) y lo fusilaron. Y en este caso, puesto que las opiniones no dejan de ser una interpretación (objetiva o subjetiva) de los hechos, no puede ser silenciada, sino rebatida con hechos y nuevas argumentaciones. Por lo tanto, a estos gigantes de la información, desde nuestros humildes recursos internáuticos, nos atrevemos a decirles que ni con tal colosal despliegue mediático consiguen ocultarnos las sombras de los personajes que aparecen en escena.
Una cosas sí nos ha quedado clara: Montero (que tanto monta) parece que, por lo menos en Granada y dentro del mundo de la Universidad y la Cultura, no monta tanto. Por lo menos, tanto como a él le gustaría.
SENTENCIA SOBRE LA DENUNCIA DE JOSÉ ANTONIO FORTES
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