Pedro Garciarias
HAIKU N º 17 - Año 2012
Pintura de Ting Shao Kuang. "Maternidad"
Presentación en papel offset Munken característica de los Pliegos del Azul de Pedro Garciarias.
Pliegos del Azul
compuesto por un texto y doce haikus
de Pedro Garciarias, según la Escuela Shinkeikoo,
y una ilustración...a mi nieta Paula Teresa que nació en
verano y descubrió este mundo en la apariencia de una rosa.
Se acabó de imprimir en los talleres de Bodonia, S.L., el 14 de
diciembre festividad de San Juan de la Cruz. Para el texto se
han utilizado caracteres Times, impreso sobre papel
Cyclus Offset de 140 g. La edición de este nº 17
consta de 300 ejemplares numerados
del 1 al 300 y 30 en
cifras romanas.
Ejemplar nº 72/ 300
"Feliz Año Nuevo
Garciarias"
PARÁFRASIS SOBRE UN TEXTO DE ELIOT - Four Quartets, Little Gidding nº 4, V, 1942,43 -
Llegaste de noche, como la aurora, al jardín de las rosas. Mira, los dulces dedos de la rosa te acunaron para que durmieses. De ahora en adelante, descansarás con la cabeza al norte, bajo la estrella polar y los pies al sur, en dirección hacia el mar inmenso y azul. Estaba alto el sol cuando se abrieron tus párpados, el equinoccio de verano corría sus cortinas quizás para que su resplandor, tan intenso, no hiriese tus ojos.
Antes de nacer te agitaba el azúcar que bebía tu madre y los nudos de su vientre se apretaban para abrazarte. Creo que, de alguna forma, te cantaba y podías oírla. Me pregunto al mirarte, ¿qué conmovió tus venas?. ¿qué música se derramaba en tu iniciado corazón?. ¿sabes que nadabas en su seno como una ondina? Fluías. Te deslizabas.
Yo te nombraba, escribía tu nombre y, como en un espejo, te veía. Mi mente te presentía. Te hubiera dado el primer beso pero tu madre lo reclamó, los otros llegarían más tarde. Tu primer llanto se convirtió, para mí, en música pura, balbuceabas sonidos inefables: un lenguaje de rosas blancas. Siempre. El futuro es una rosa real, decía Borges. Supe de alguien que se inventaba una flor, cada día, a la caída de la tarde. Mi pensamiento bajaba hacia tus aguas interiores; translúcida, la piel del vientre de tu madre te dejó llegar una tenue luz rosada. No creciste a oscuras. La luz y el agua. Lo materno y tu cobijo.
Pintura de Ting Shao Kuang. "Maternidad"
Yo contaba tus días, las horas que faltaban para que llegaras a este jardín. Primero fueron los almendros, las violetas y algún iris, luego llegaron las rosas y las dalias que comentan tu inminente llegada; los perales se doblaban para darte la bienvenida y el cerezo del huerto se llenó de frutos, más que nunca. Hasta las abejas susurraban tu nombre.
La abuela bordaba un cobertor de hilo y toda la suavidad de su mundo te llamaba. El abuelo te dibujaba con su pincel de abanico. Hierbas que lo tapizaban todo. Ahora, las rosas, su mirada y tus ojos se duermen en ellas. Entonces, cogió tu mano para poder cruzar, de puntillas, aquel jardín de la aurora sin despertarte.
El tiempo despliega sus alas y te veo entrada en años, en medio del invierno, te ha vencido el cansancio y estás acurrucada en una mecedora, llevas un abrigo de lana, tomas el viejo pliego de papel que has conservado y lo vuelves a leer. Sueñas con la dulce belleza de tu piel recién nacida y el calor de tu madre.
Música: Popular infantil compuesta por Wang Li. "Pequeña golondrina"
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UN PEQUEÑO JUGUETE-HAIKU PARA PAULA TERESA. *** Abrió sus ojos la rosa y se inundó el jardín de música y poesía
(Pulsar)
Milagros Soler Granada, 16 de Diciembre de 2011 |