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Pedro Garciarias

 

Haiku

 

HAIKU Nº 1  - Año 1999

 

 

 

Texto como aparece en el haiku original

Presentación en papel offset Munken característica de los Pliegos del Azul de Pedro Garciarias.

 

 

 

Pliegos del Azul

compuestos por doce poemas de

Pedro Garciarias, según la Escuela Shinkeikoo,

y una acuarela original. Se acabó de imprimir en los talleres

de Bodonia, S.L., el 14 de diciembre festividad de San Juan de la Cruz.

Para el texto se han utilizado caracteres Times, sobre papel

offset MUNKEN de 90 gramos. La edición de este número 1

consta de 200 ejemplares numerados

del 1 al 200 y 30 en

cifras romanas

 

Ejemplar nº 1

 

 

"PLIEGOS DEL AZUL"

Pedro Garciarias

Haiku I

Granada, 1999

 

Texto como aparece en el haiku original

Presentación en papel offset Munken característica de los Pliegos del Azul de Pedro Garciarias.

 

 

Nunca había visto una luz tan blanca a la orilla del mar como la de aquel verano en Almería. Muchas veces, a lo largo del año, pensaba en la luz de agosto y siempre la recordaba amarilla. Fue el último verano con aquella intensidad de luz. Después he vuelto al mar, siempre que puedo regreso a él, es el camino a la infancia, el refugio de la niñez. Hoy, la playa es otra, y aunque la hora es la misma, la irradiación es ciertamente amarilla, con algún fulgor plateado y reflejos verdes en el agua, de esos que toma el bronce cuando envejece a la intemperie. Pero nunca más el blanco deslumbrador de aquella luz de agosto cuando Jesús salía del agua, chorreando y tiritando a la vez, y su madre lo envolvía en aquella toalla grande que se henchía como la vela de un barco. Me vino a la memoria aquella escena de la "lluvia de primavera" conocida en Japón como  harugame.

 

PLAYA DE BALANEGRA, AGOSTO DE 1996

 

"Mar de la Habana" Detalle. Obra de Pedro Garciarias.

 

ruge el abismo,

 

ruge el abismo,

se avienen las olas,

líquidos cristales.

 

silba al oído

el mar de Poniente,

¡salitre fragante!

 

mudo se queda,

azul citrón,

mar de la espuma.

 

música del agua,

la orilla estalla:

el niño de bronce corre.

 

cien olas blancas,

lágrimas azules,

estela de un barco.

 

sal en los labios,

tornasol de escamas:

relucen los pargos.

 

como verde aceituna

se desliza una burbuja,

es turquesa la trama.

 

enarbola espumas,

enloquecida el agua,

la cola de la carpa.

 

dos pies desnudos

aquietan la espuma,

duermen las aguas.

 

junto a la orilla,

las crías de gaviota,

tiemblan entre las algas.

 

bajo un cielo ultramar

se desgajan nubes:

dibujo una estrella.

 

torbellino vertical de agua,

llega septiembre,

de azul y plata.

 

 

 

Texto como aparece en el haiku original

Presentación en papel offset Munken característica de los Pliegos del Azul de Pedro Garciarias.

 

 

 

Aquel mediodía un tábano tornasolado dibujaba su propia sombra, posado en la esquina de un libro que estaba abierto al sol. Las flores de parra se abrían lentamente y los pétalos ya secos del ciruelo rodaban por el viejo suelo de pizarra, a lo lejos ladraba un perro. El aire era de agua. Las flores blancas del mandarino estallaban de olor. Era primavera y cantaba un pájaro: solté el azadón.

 

ALPUJARRA DE LA SIERRA, ABRIL DE 1999

 

Pedro Garciarias, "Jardín de Yegen", año 2007

 

 

todo,

súbitamente,

se hizo flor.

 

se anuncia el fruto:

el cerezo de abril

esparce pétalos secos.

 

llega abril

con las primeras rosas,

¡es viejo el vino!

 

con lilas blancas

azotaba Kintaro

las venas del agua.

 

sonrosadas lilas

dejaron caer al alba

todo su rocío.

 

despunta el sol y

rasga la inerme hoja

de un crisantemo blanco.

 

encendido hibisco

de profundo rojo

flotas en mi abanico.

 

en un plato de barro,

la densa marea de las rosas,

navega.

 

se levanta el blanco pétalo de

un loto.

¡zas!, ya se abrió.

 

la dalia antigua

lucha junto a la acequia,

besa el agua.

 

leo al sol,

la sombra del tábano

se hace dibujo.

 

sobre los claveles rojos

cayeron sin rubor

dos cerezas amarillas.

 

 

Texto como aparece en el haiku original

Presentación en papel offset Munken característica de los Pliegos del Azul de Pedro Garciarias.

 

 

Un trepador granate  y rosa envolvía una columna blanca con cenefas verdes, junto a él, la barandilla de hierro negro se recortaba sobre el muro encalado, cegador, al sol. La parra de septiembre, violeta y verde, se había hecho dueña de la pérgola. Pasado el calor de agosto, los recuerdos del verano se agolpaban en la memoria adentrándose en la afección; me parecía ver de nuevo aquel ramo de peonías que, junto a los lápices, parecía dibujarse solo. Aquella tarde, una extraña soledad se extendió por la terraza que mira al huerto, la casa estaba vacía y una compañía invisible la envolvió.

 

ALPUJARRA DE LA SIERRA, FINALES DE SEPTIEMBRE DE 1999

 

 

donde había pámpanos

ahora caen flores,

¡es dulce el vino!

 

rojos de sol,

se balancean al aire

dos abanicos.

 

se trenza el agua,

su risa llega

hasta mi almohada.

 

¡un villancico profano!

cantan, exhaustos de amor,

los amantes.

 

la pulpa perfumada

del melocotón maduro

cubre su espalda.

 

lo interno, lo eterno,

cimbrea la rosa,

se quiebra el agua.

 

colibrí multicolor,

venas del aire,

corazón alado.

 

morado mar del iris,

¡te atrapa con sus flechas

el sol arquero!

 

grises estorninos descienden

en bandadas sobre el cerezo

rojo, ¡qué banquete!

 

oro en azul,

amarillo rayo,

arden las rosas.

 

confundió el sol

con el calor de mi lámpara,

una abeja ciega.

 

¡Ay, limonero

aún dos brotes!,

¡y es casi otoño!

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Música:"Kimigayo"

 

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