LA BATALLA DE BAILÉN

Escudo de Bailén con el cántaro de María Bellido.

La Revolución Francesa (1789-1799) surge como un proceso político-social, consecuencia de la necesidad de emancipación de la burguesía, cuyo creciente poder económico demandaba protagonismo en la toma de decisiones. El absolutismo monárquico, el descontento entre las clases populares y la propagación de las ideas de la Ilustración divulgadas por Voltaire, Montesquieu y Rousseau darán lugar al derrocamiento de Luis XVI y a la proclamación de la Primera República francesa. Los excesos de los nuevos dirigentes y los enfrentamientos entre los distintos sectores republicanos provocarán el golpe de estado llevado a cabo por Napoleón Bonaparte. General durante el periodo republicano y el Directorio, su triunfo militar le convierte en Primer Cónsul (1979), cargo que se consagrará como vitalicio (1802), siendo finalmente nombrado Emperador de todos los franceses.

Considerado como uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, su ambición expansionista movilizará el mayor número de ejércitos europeos conocido hasta entonces. Emprenderá campañas de conquista en distintos países de Europa, resultando victorioso en todas ellas. En España, y concretamente en la ciudad jienense de Bailén, los ejércitos napoleónicos sufrieron la primera derrota. El episodio tuvo lugar durante la llamada Guerra de la Independencia (1808-1814).

Los precedentes de esta contienda hay que buscarlos en los vínculos tradicionales que, a través de diversos tratados, mantenían España y Francia contra Inglaterra y su aliada Portugal. Entre otros conflictos cabe señalar el de la llamada Guerra de las Naranjas lusitana o el de la Batalla de Trafalgar (1805).

Familia de Carlos IV pintada por Goya.

El desprestigio y la debilidad de la monarquía española y de su rey Carlos IV empezaron a resultarles molestos a Napoleón, que con el pretexto de pasar tropas para la invasión de Portugal y por virtud del Tratado de Fontainebleau habían ocupado algunas ciudades españolas (Salamanca, Burgos, San Sebastián, Pamplona, Valencia, Barcelona...) y controlaban las principales vías de comunicación en la Península. Más de 100.ooo soldados franceses permanecían acuartelados en España bajo las ordenes del general Pierre Antoine Dupont. Ante este panorama claramente invasor, Godoy, favorito de Carlos IV y artífice de los vínculos franco-españoles que habían llevado al país a este estado de cosas, se refugia en Aranjuez para facilitar, en caso de necesitarlo, la huída hacia Sevilla y su posterior embarque hacia América.

Sin embargo, el 17 de Marzo de 1808 es detenido por la Guardia de Corps. Solamente la intervención del Príncipe de Asturias, Fernando VII impidió el linchamiento del valido real. Este "Motín de Aranjuez" sirvió de argumento a Napoleón para nombrar a su hermano José Bonaparte, rey de España. Obligada a trasladarse a Francia, en el año 1808 en el castillo de Marracq de la ciudad de Bayona, Carlos IV y su hijo Fernando VII ceden sus derechos al trono español a Napoleón Bonaparte, que a su vez los delega en su hermano José, al que nombra soberano con el nombre de José I. En estos términos se expresaba Carlos IV:

Así pues, por un tratado firmado y ratificado, he cedido a mi aliado y caro amigo el Emperador de los franceses todos mis derechos sobre España e Indias; habiendo pactado que la corona de las Españas e Indias ha de ser siempre independiente e íntegra, cual ha sido y estado bajo mi soberanía, y también que nuestra sagrada religión ha de ser no solamente la dominante en España, sino también la única que ha de observarse en todos los dominios de esta monarquía. Tendréislo entendido y así lo comunicaréis a los demás consejos, a los tribunales del reino, jefes de las provincias tanto militares como civiles y eclesiásticas, y a todas las justicias de mis pueblos, a fin de que este último acto de mi soberanía sea notorio a todos en mis dominios de España e Indias, y de que conmováis y concurran a que se lleven a debido efecto las disposiciones de mi caro amigo el emperador Napoleón, dirigidas a conservar la paz, amistad y unión entre Francia y España, evitando desórdenes y movimientos populares, cuyos efectos son siempre el estrago, la desolación de las familias, y la ruina de todos.

Dado en Bayona en el palacio imperial llamado del Gobierno a 8 de mayo de 1808. Yo el Rey. Al Gobernador interino de mi consejo de Castilla.

Ante tales acontecimientos y de forma espontánea, el día 2 de mayo el pueblo de Madrid se alza en armas contra el invasor francés. A nivel nacional se forman juntas provinciales que se organizan en Junta Central (25 de Septiembre de 1808). Excepto Asturias y Galicia, todo el norte peninsular permanecía bajo domino francés. Cuando se extiende la noticia del levantamiento en Madrid, Zaragoza sigue su ejemplo. El capitán general Jorge Juan Guillenmi fue detenido y el pueblo nombró Capitán General a José de Palafox y Melci a cuyos tercios se unieron cientos de voluntarios civiles. Se inició el enfrentamiento contra el Lefèbre. El general francés Verdier sitiará la ciudad en el mes de Julio, avanzan durante el mes de Agosto y pretenden entrar en la ciudad. Verdier envía a Palafox el siguiente mensaje: "Paz y capitulación". La respuesta fue contundente por parte del militar español: "Guerra a cuchillo". Esa misma noche morían Verdier y Bezancourt .

Condesa de Bureta

Condesa de Bureta. "Los fusilamientos de La Moncloa" y el general "José Palafox a caballo", ambas pinturas de Goya.

En la ciudad del Ebro se tienen noticias de la victoria del general Castaños en Bailén y el día 11 de Agosto se termina el sitio de Zaragoza. Durante el tiempo que duró el asedio se produjeron actos de suprema heroicidad y sacrificio, siendo famosos los ejemplos de Agustina de Aragón, Casta Álvarez, la Condesa de Bureta, Calvo de Rozas, Santiago Sas, entre otros muchos.

Palafox será derrotado en Tudela y Zaragoza sufrirá un segundo sitio el 21 de Diciembre de 1808por parte del general Moncey. El día 2 de Febrero de 1809 las tropas francesas entran en la ciudad y el día 20, la Junta solicita la capitulación, que es concedida por Lannes, entregando las armas el día 21 del mismo mes. Hasta ese momento, la única victoria lograda contra los ejércitos de Napoleón en Europa había tenido lugar en Andalucía. Esto fue asumido como un hálito de esperanza contra el invasor. Cuando Castaños entró en Madrid fue recibido entre el júbilo y el clamor popular . Aunque la batalla no era en aquel momento un indicio que augurara el triunfo total sobre el invasor, fue decisiva en tanto que demostró que los ejércitos del Gran Corso eran vulnerables y que la coordinación de las fuerzas aliadas podían ser capaces de poner fin a la ambición francesa, en su intento de someter a las distintas naciones del Viejo Continente.