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Compilación de textos sobre

Bertha Wilhelmi Enrich

 Heilbronn am Neckar (Alemania) 1858 - Granada (España) 1934 

 

 

realizados por Milagros Soler Cervantes

 

      

 

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Universidad de Granada

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Sanatorio antituberculosos de la Alfaguara (Alfacar - Granada)

Fuente: Junta de Andalucía.

 

    El motivo de esta comunicación es romper el silencio en torno a Berta Wilhelmi (1858-1934), mujer que ocupó un espacio en la vida pública granadina y cuya actividad tendrá proyección nacional. El silencio en que cae la figura de Berta en años posteriores es, sin duda, fruto de una mentalidad tradicional que condenará a aquellas mujeres que pusieron en entredicho las ideas dominantes sobre la religión, las costumbres y la capacidad y papel social de las mujeres.

    Grande debió ser el esfuerzo y actividad de Berta Wilhelmi para ser reconocida en su momento -pese a su reconocido laicismo como "ilustre señora", "insigne escritora", "dama ejemplar"(1), sin que se omitiera su nombre completo aunque apareciera junto al de su esposo(2). Sin embargo, las fuentes de que disponemos para reconstruir su actividad son muy limitadas. Su obra escrita es, tal vez mayor que la hasta ahora detectada(3) y los testimonios de sus familiares(4), fuente de gran interés para su biografía, desconocen, en gran parte, su proyección social. De esta forma resulta difícil conciliar los elementos de su vida privada con su actividad pública. No obstante, en ambas facetas se pone de relieve una mujer que no se ciñe al patrón de esposa y madre propio de las mujeres de su clase y época.

    En primer lugar queremos presentar algunos datos biográficos que sin duda ayudan a comprender su personalidad, para centrarnos después en su obra filantrópica, educativa y feminista que hacen de ella una mujer de la más destacada vanguardia de su época.

    De origen alemán -nace en Heilbronn en 1858(5)-, Berta llega a Granada hacía 1870(6), cuando cuenta doce años. La familia Wilhelmi, tras el incendio de la fábrica de papel que poseía en Heilbronn(7), por motivos que todavía desconocemos y acompañados del que será socio capitalista D. Luis Lemmé Fecht(8), deciden instalar una fábrica semejante el Granada. La familia está compuesta por D. Fernando Wilhelmi, su esposa Dña. Carolina Henrich, Berta, hija de ambos y Fernando, hijo del primer matrimonio de D. Fernando con Emma [Schouffelen] Schaeuffelen. Esta familia, calificada de protestante, bien por su origen alemán o por la tendencia a calificar como tales -por generalización- a todo no católico, no practicará religión alguna. Este laicismo debió marcar en gran medida las relaciones sociales de esta familia en una Granada fuertemente tradicional, sólo corregido por su desahogada posición económica. Tampoco podemos olvidar que, a finales de siglo, D. Fernando será Cónsul de Alemania en Granada(9).

    La primera fábrica se instalará en el Paseo de la Bomba, poco después, tras recorrer a caballo los alrededores de la ciudad encontraron un enclave adecuado para la nueva fábrica, que se denominará "El Blanqueo", entre los ríos Genil y Aguas Blancas, hoy término de Pinos Genil(10). Al parecer esta fábrica aprovechaba las plantaciones de álamos de la vega para hacer pasta de papel que luego se exportaba. De esta forma la familia se instalará en Pinos Genil, en el mismo edificio de la fábrica.

    Ninguna noticia tenemos sobre la infancia de Berta, su formación, pero la peculiar personalidad de Dña. Carolina, persona muy activa de ideas "radicales" que viaja constantemente y pasa grandes temporadas en Alemania(11) nos la sitúan en un medio familiar liberal y atípico para la Granada de la restauración. La ausencia de libros que le pertenecieran, correspondencia o testimonios sobre como y donde se educa, hace que achaquemos a la cultura germánica toda la peculiaridad de sus ideas, aunque difícilmente pudieron tener otro origen su positivismo, filantropía, sus ideas naturalistas, higienistas y educativas, su sentido regenerador del aire libre, de las excursiones, del ejercicio racional y aprendizaje directo e intuitivo, su interés por la astronomía...

    Todavía es muy joven cuando se casa con D. Fernando Dávila Zea de la noble familia granadina de Ponce de León, al parecer veinte años mayor que ella. Con 21 años es ya madre de dos hijos: Luis y Berta. Sus viajes a Alemania eran muy frecuentes y la cultura y lengua alemanas se mantendrán siempre en su familia: una chica alemana se encargará de leerle en alemán y guisar platos del país. Desconocemos la fecha de su separación pero, en 1912, se encuentra de nuevo casada esta vez con D. Eduardo Domínguez, encargado de la fábrica. Este segundo matrimonio no duró muchos años.

    No es preciso el origen de su relación con la Institución Libre de Enseñanza pero su vinculación a la misma es evidente a través de la puesta en marcha de la lª Colonia Escolar, sus publicaciones en el B.I.L.E., sus donaciones a la Institución (12), su asistencia al Congreso Pedagógico de 1892, su estrecha amistad con Hermenegildo Giner y Fernando de los Ríos, la vinculación familiar con la familia Manzano (13). Hacia finales de siglo, profesores como Manuel Torres Campos, Jerónimo Vida, Francisco de Paula Villareal, Francisco Valladar, Antonio González Prats, José Aguilera López, García Álvarez, García Duarte, los Riaño y algunos otros, hacen sentir en nuestra ciudad el influjo de la Institución(14), pero cabe afirmar, y así lo hará Gloria Giner desde el exilio (15) que Berta será el mas claro reflejo de la Institución en Granada, con respecto a la primaria.

    A comienzos de siglo su círculo de amigos es aquel que se agrupa en torno al partido radical: Hermenegildo Giner, Joaquín Maurell, José Aguilera. Así lo recogen las crónicas de las actividades de este grupo en las que tomará parte junto a Fernando de los Ríos con el que sobre todos, le unirá una gran amistad (16).

    Fernando de los Ríos, a su llegada a Granada en 1911, se instala en una parte de la casa que Berta Wilhelmi habita en el Paseo de la Bomba. Allí tendrán lugar las últimas tertulias de D. Hermenegildo cuando ya enfermo se retira a Granada (17). Berta es la única mujer en aquellas reuniones que aún recuerda el entonces jovencísimo Dr. Dáneo. D. Alfredo Dáneo rememora el gran atractivo de aquella Dña. Berta con la que ya no perderá vinculación(18). Su gran carácter, fuerza, vigor, unidos a una exquisita sensibilidad le dotaban de un atractivo personal que irradiaba a todo el que la conoció. Las descripciones de su personalidad me recuerdan constantemente a los patrones que se han hecho del institucionista de finales de siglo, pero no podemos olvidar que Berta es alemana y la Institución aprendió allí sus primeras lecciones.

    La evolución ideológica de Berta creemos sigue la trayectoria hacía el socialismo liberal de Fernando de los Ríos, así parece indicárnoslo su amistad con éste, a pesar de la diferencia de edad, y su posterior relación con Alejandro Otero. José Fernández(19), biógrafo de Alejandro Otero, pone de manifiesto esta "sincera identificación y amistad", calificando a Dña. Berta de "mujer excelente y libre de prejuicios" (20).

 

ESCUELA NACIONAL DÑA. BERTA WILHELMI EN PINOS GENIL (GRANADA). Año 1913

Fuente: Junta de Andalucía.

    La mayor actividad social de Berta Wilhelmi, al menos la que hasta ahora conocemos, se produce en la plenitud de su vida, entre 1890 y 1920, -cuando ya sus hijos sobrepasan los 10 años, período en que se separará del Sr. Dávila y casa con el Sr. Domínguez.

    La primera noticia que tenemos sobre su actividad se produce en 1889 en que será premiada por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Granada su Memoria sobre como llevar a cabo las Colonias Escolares en esta provincia (21). Fruto de ello se le encomendará por dicha Sociedad la organizaci6n de la Primera Colonia Escolar de vacaciones de Granada, primera que se organizará en España tras la llevada a cabo por el Museo Pedagógico madrileño (22). En 1891, el B.I.L.E. publicará la Memoria de esta primera Colonia (23). Sobre la importancia de esta obra nos detendremos posteriormente.

    En 1892, Berta acudirá al Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano que se celebrará en Madrid con una ponencia sobre "La aptitud de la Mujer para todas las profesiones" cuya relevancia es otro de nuestros objetivos. Esta ponencia será también publicada por el B.I.L.E. en 1893(24).

    A principios de siglo, fallecido D. Luis Lemmé (25) y el Sr. Wilhelmi, su padre (26), su principal ocupación, al parecer sin gran acierto, será la fábrica ya que se convertirá en su principal heredera (27).

    En 1912 creará, a expensas suya, una escuela mixta en Pinos Genil, al tiempo que una biblioteca popular dotada con 600 volúmenes. Ambas fundaciones las donará al Ayuntamiento (28).

    A partir de 1919, otro aspecto, si bien no desconectado de los anteriores, merecerá su especial atención: la lucha antituberculosa de la que será pionera en esta provincia. También estos aspectos de su filantropía merecen especial atención.

    Su gran actividad y sus constantes viajes se compaginaran con temporadas en la casa del Purche donde nietos y sobrinos serán constante objeto de su atención educadora y que es todavía recordada como algo que les ha marcado especialmente.

    Las relaciones con los sectores más progresistas de la ciudad son explícitas en este período pero sin que se evidencie una implicación directa en partido político alguno.

    Separada del Sr. Domínguez y sin que nunca faltara una chica alemana en su casa, los últimos años de su vida los compartirá con su hija Berta, casada con el abogado D. Luis García, y Emma Wilhelmi, su sobrina (29). En 1931, un ataque cerebral la alejará de la vida activa hasta su muerte el 29 de Julio de 1934(30). El Defensor de Granada (31) así recogió la noticia:

"Doña Berta Wilhelmi, la dama ejemplar, profundamente caritativa, que tantas pruebas de amor al desvalido ha dado durante toda una vida dedicada a hacer el bien, la que dedicó todas sus actividades, capital y esfuerzo a mirar por la salud del pobre y a luchar contra la terrible plaga que siega tantas vidas ha rendido su tributo a la muerte..." "...ilustre por su nacimiento y por sus hechos, era conocidísima y apreciada por todos. Sus admira bles cualidades, su espíritu emprendedor, que nunca desmayó en la lucha, la hicieron consagrarse por completo a una noble obra que fundó, vivía y vive por ella... (32)

    Evidentemente su figura fue apreciada y reconocida en aquellos años, el propio Alcalde de Granada acudirá a dar el pésame en nombre de la Corporación Municipal (33). El silencio se producirá luego.

 

 

Labor filantrópica y educativa de Berta Wilhelmi

 

    Filantropía y educación son dos aspectos íntimamente ligados en la obra de Berta con raíz común en su deseo de regeneración social. Su preocupación por la regeneración física y moral la lleva a ocuparse de temas educativos como será la creación de la escuela y biblioteca de Pinos, de temas higiénico-sanitarios como la lucha antituberculosa y de obras conjuntamente higiénico-educativas como serán las Colonias escolares y el pabellón preventorio para niños.

    Su objetivo regenerador será ante todo la infancia que que, negando las posiciones genetistas, piensa que el niño es "en gran parte la obra del medio en que se desarrolla su vida" (34).

    El sentido regeneracionista de Berta, desde su laicidad, se aleja de planteamientos caritativos de "cura de almas" y se sitúa en una línea filantrópica propia de la burguesía mas progresista. De esta forma, su altruista labor, hay que reconocerla como fruto de una racionalizada consciencia social que, como otros institucionistas, si bien con ribetes elitistas, no deja por ello de ser revolucionaria en el contexto de la restauración española (35).

    Berta desarrollará desde su infancia el amor a la naturaleza ya tradicional en los pueblos germánicos. El gusto por el aire libre, las excursiones, viajes, ejercicio físico, le es algo natural. Por sus prácticas educativas comprobamos que no debió ser ajena a la obra de Pestalozzi, Froebel, Basedow, Salzmann,... ya que sobre una base filantrópica convertirá el medio natural y cotidiano en objeto de conocimiento sensible, directo, intuitivo. Aun recuerda su sobrino las temporadas que pasaban con "tía Berta" en la Sierra. Todos los detalles cotidianos se convertían en materia de análisis y reflexión. El campo era una fuente constante de ejercicio físico racional. El descanso, la alimentación, el aseo corporal, era reconocido como un componente educativo esencial (36). Tampoco era ajena Berta a las ideas mas pioneras sobre principios y medidas de higiene como pone de relieve en su Memoria de la 1ª Colonia (37), ni lo será tampoco al pujante positivismo que la llevará a buscar la experiencia y registrar rigurosamente todos los datos. Manifiestos son también sus ideales pacifistas y antimilitaristas (38).

    La confluencia en Berta de estos componentes y ante una sociedad granadina con un elevadísimo índice de analfabetismo (39), pobreza y miseria consiguiente, le llevará a plantearse las Colonias Escolares que tal vez debió conocer en alguno de sus viajes.

    La idea de la Primera Colonia surgirá de la Sociedad Económica de Amigos del País de Granada por influjo del Museo Pedagógico. Esta convocará un Certamen en 1889, siendo premiadas las Memorias de Berta Wilhelmi y Antonio González Prats (40). Se encargará a Berta de organizar la 1ª Colonia a la que irá acompañada de D. Cayetano del Castillo, para la sección de niños, al no poder hacerlo el Sr. González Prats. Los fondos económicos provenían de Diputación, Ayuntamiento y Sociedad Económica principalmente, pero también hubo aportación económica del Ayuntamiento de Almuñecar y de personas particulares que nos significan los impulsores de esta empresa: Dña. Emilia Gayangos de Riaño, D. Joaquín Maurell, D. Fernando Wilhelmi, Dña. Carolina Wilhelmi, D. Fernando Dávila y D. Luís Lemmé.

    Se seleccionaron 9 niños y 9 niñas entre 9 y 13 años "entre los mas pobres y enfermizos, aunque no enfermos" (41) de las escuelas públicas de la ciudad y se confeccionaron las detalladas fichas antropométricas (42) donde se registraban los datos de los niños a la salida y a su regreso para observar las ventajas obtenidas. No olvidemos que el objetivo de las Colonias era mejorar la salud y las costumbres higiénicas.

    No es nuestro objetivo entrar, en esta ocasión, en un estudio minucioso de esta colonia sino poner de relieve su gran importancia dentro de lo que serán el conjunto de las Colonias Escolares de vacaciones en España. Y, su importancia, no estribó tan solo en los excelentes resultados físicos, educativos y económicos, sino en las bases que sentó para las Colonias posteriores y su singular planteamiento fruto de las innovadoras ideas de Berta que, en años posteriores, en parte, se perderían.

    A través de las Memorias de Colonias posteriores (43) se aprecia el gran influjo de Berta que no olvidan reconocer:

" ... embarga mi ánimo el recuerdo siempre cariñoso y de respeto que justamente merece una tan ilustrada y virtuosa señora como lo es Dña. Berta Wilhelmi de Dávila, puesto que ella fue la que dirigió la primera Colonia y ella también la que supo consignar luego en su Memoria, de modo notable por cierto, cuantos datos y antecedentes eran necesarios para apreciar y conocer, de una manera cierta, lo que la primera Colonia escolar había hecho en su excursión veraniega, y cuanto por esta enseñanza misma debía servir de base a los trabajos sucesivos" (44)

    El enclave elegido por Berta: Almuñecar, no se cuestionará en los años siguientes, ya que como ella bien pensó:  "... cuanto mas completa es la variación de aire, de alimento y de costumbres, tanto mejor y mas rápidos son los resultados obtenidos"(45), y Almuñecar ofrecía "condiciones de salubridad, víveres exquisitos y baratos, buen agua, médico y botica, comunicación diaria con Granada por buena carretera, seguro y próximo baño, correo y telégrafo... "(46)

    Consiguió un material estable para la instalación de las siguientes colonias, sin embargo, no es seguro se mantuviera el sistema por el que optó para organizar las comidas: "sistema de alimentos por administración ensaya do con éxito en Suiza" frente al "sistema de contrata seguido en Francia y en las Colonias de Madrid"(47). Este sistema procuró a la colonia de Berta una estudiada dieta alimenticia con recursos del país y, por ejemplo, improvisar moragas en la playa, que ya no se repetirán, y unos bajísimos gastos (1,93 ptas. por niño y día) frente a la Colonia de Madrid (3,02 ptas. por niño y día) (48).

    El plan de vida marcado por esta primera Colonia servirá de guía a las siguientes que, tal vez carentes de la misma teoría sustentadora, perderán contenidos esenciales como los que a continuación recogemos.

    Las excursiones, eje fundamental de la 1ª Colonia que llegaron a ser 17 por tierra y 4 en lancha, disminuirán de forma alarmante en la segunda colonia (3 por tierra y 1 en lancha), y no se recuperarán en la tercera (7 por tierra y 1 en lancha).

    El valor que Berta concederá al tiempo libre como una necesidad de desenvolvimiento de la iniciativa particular(49) se convertirá en ratos de juego "como recompensa al trabajo"(50). Para Berta el tiempo libre era una constante fuente de observación sobre el miedo, la convivencia, el despertar de los sentidos ... que recogerá en su Memoria.

    Frente al Diario como única actividad de carácter mas formal en la primera Colonia, se pasara a una mayor "escolarización" en la siguiente. No es que Berta se preocupara menos de la formación intelectual de sus colonos pero intentará alejarlos lo más posible de los sistemas escolásticos tradicionales:

"Al terminar los diarios todos se reunían en torno a la mesa en espera de la hora de comer, y aprovechando un objeto recogido en la excursión de la tarde anterior, o la pregunta de algún niño o un incidente cualquiera, les dábamos alguna explicación, pero siempre con carácter familiar y espontáneo: nada de cátedra o lección aprendida... " (51)

    Los juegos de edificación, rompecabezas y otros del Sistema Froebe (52) servían a sus fines. Pero, al año siguiente, se recoge la misma actividad en lo siguientes términos: " ... a las diez entraban todos en el aula bajo la acertada dirección del profesor ... y a seguida de sus explicaciones, me correspondía a mí tarea análoga" (53).

    Berta era muy consciente de su intención de plantear una colonia mixta donde se relacionaran naturalmente niños y niñas (54), por ello sus observaciones no olvidan este objetivo:

"Después de la siesta salían los chicos a correr y jugar, siendo uno de los juegos predilectos formar con unos cajones de tabaco que allí había, una fortaleza, que atacaban, bombardeándola con la gruesa arena del paseo. Otros juegos eran a soldados, a ferrocarril, a lumbre, a títeres, etc., pero siempre más que de lucha y destreza representativos. Las niñas, en cambio, quedaban en el dormitorio ocupadas, unas en arreglarse y rizarse el cabello, que a ser posible adornaban con flores; otras en arreglar y coser sus ropas, otras haciendo crochet o jugando con las caracolas que habían reunido, pero todas en quietud, percibiéndose siempre los defectos y las virtudes de la mujer"(55).

    Las memorias siguientes evidencian en sus no-observaciones diferente sensibilidad al tema, no compartir el feminismo de Berta, así como tampoco debieron compartir su liberalismo. El filantropismo de Berta se traslucirá a lo largo de todo su discurso en una conciencia social sin tintes caritativos. El móvil de su acción creemos queda bien reflejado cuando dice:

"No es admisible que una sociedad culta deje abandonado al hombre cuando aún es niño. Es preciso dotarlo de fuerzas físicas y morales, para arrostrar la lucha por la existencia y para que pueda legarnos generaciones sanas de cuerpo y alma" (56)

    Al año siguiente leemos:

" ... cumpliendo como buenas católicas el precepto divino de socorrer al necesitado. Y como necesitado es el pobre niño que muere por falta de salud y que puede curar si se le cuida, suplico ... una limosna por el amor de Dios para la Tercera Colonia escolar..."(57)

    La laicidad respetuosa de Berta "dejo tiempo suficiente en que los niños pudieran asistir a misa"(58), opción que se convirtió en expresiones como: "sin olvidar una sola vez de cumplir el precepto religioso de oír misa en los festivos" (59)

    El evidente éxito que debió suponer esta primera Colonia no sólo acabó con las reticencias iniciales sino que consigue que al año siguiente la Reina regente se encuentre entre las mayores contribuyentes (60).

    A partir de ésta Berta promueve la Sociedad de Colonias de Vacaciones de Granada que quedará constituida el 29 de Junio de 1892 por D. Rafael García Duarte, como presidente accidental, Dña. Berta Wilhelmi como tesorera, como secretario D. Cayetano del Castillo y Tejada, y como vocales: D. Rafael García Álvarez, D. Antonio Amor y Rico, D. Justo Ortiz Pujazón y D. Fernando Dávila Zea (61). De esta forma, aún sin asistencia directa, el contacto de Berta con las Colonias se prolongará toda su vida.

    En 1912 Berta comienza a construir a sus expensas una escuela mixta y una biblioteca popular en Pinos Genil. Esta fundación la realiza en agradecimiento a "como los vecinos del pueblo se comportaron en el incendio sufrido por la fábrica" (62) "en memoria de su buen padre y como saldo de la deuda de gratitud que con el pueblo de Pinos Genil contrajo cuando éste la acompañó a dar sepultura a aquel" (63)

    La relación de la familia Wilhelmi con el pueblo de Pinos Genil parece haber sido buena. La fábrica daba trabajo a mucha gente y las donaciones de Berta, al parecer, fueron constantes, así lo reconoce la Corporación cuando acuerda:

"...que siendo este acto otro de los muchos en que la Sra. Wilhelmi muestra su inagotable prodigalidad y generoso desprendimiento en beneficio de este vecindario, se haga notar la gratitud que el Ayuntamiento y el pueblo siente hacia tan filantr6pica dama... "(64)

    Por contraste, Gloria Giner, refiriéndose a la fábrica y biblioteca nos dice: " ... mas de una vez fueron cerradas ambas fundaciones porque la sociedad reaccionaria granadina las consideraba peligrosas, por las ideas de la fundadora" (65)

    Escuela y biblioteca se inauguraron en Marzo de 1913 en un brillante acto de donación al Ayuntamiento al que acudieron Fernando de los Ríos y Gloria Giner, Ramón Maurell y su familia, Teodoro Sabrás, Gabriel Pancorbo, José Aguilera, etc...y del que dio detallada crónica El Defensor de Granada al tiempo que exaltaba las magníficas condiciones pedagógicas de la obra:

"Gracias al desprendimiento, al altruismo y al amor que siente por la enseñanza una distinguida dama granadina, Pinos Genil cuenta desde ayer con una escuela mixta construida de nueva planta, con todos los adelantos que la ciencia pedagógica exige, con magnificas condiciones de sol, luz y aire y con un material docente de primer orden" (67)

    Sin duda se trataba de una moderna construcción, bien equipada, que aún hoy aloja a los mas pequeños del actual grupo escolar que, en fecha reciente ha venido a denominarse "Berta Wilhelmi". La Biblioteca para adultos aneja a la escuela contaba "con 600 volúmenes cuidadosamente encuadernados y una gran mesa de lectura ...", con "catálogos numerados de las obras con que cuenta la Biblioteca" (68). Ya nada queda en la actualidad de ésta, ni siquiera ha sido posible conseguir en el Ayuntamiento el catálogo de obras. Sólo conocemos que D. José Aguilera hizo donación de las obras de Dña. Concepción Arenal (69)

    El comienzo de la lucha antituberculosa en Granada se deberá, también, a la particular y exclusiva iniciativa de Berta. Así se reconoce por aquellos que se han ocupado del tema(70). En el verano de 1919, en una casita en El Purche (1.500 m. sobre el nivel del mar), "Las Acacias", recogió a ocho enfermas encargando del tratamiento de estas al Dr. D. José Blasco Reta. Allí y a iniciativa suya nacerá el Patronato Antituberculoso de la Alfaguara cuyo reglamento se aprobara en 1920. Berta será la tesorera fundadora (71). Se asociará así a dos figuras de la medicina granadina: D. Alejandro Otero y D. José Blasco, cuyo antagonismo político no impide el reconocimiento a la insigne labor de esta dama.

SANATORIO ANTITUBERCULOSIS DE LA ALFAGUARA. Año 1923

Fuente: Foto cedida por el periódico El Ideal para blogdebelenpuertas.blogspot.com.es/.

 

    Fruto de este Patronato será la inauguración, en 1923, del Sanatorio y dispensario de la Alfaguara. Se trata del primer sanatorio de altura (1480 m. sobre el nivel del mar), cuyo antecedente inmediato era la casita de "Las Acacias".

    Un año mas tarde, 1924, dicho Patronato "tuvo la idea de organizar un preventorio que, por la facilidad y economía de su ejecución pudiera servir de ejemplo para otros de mayor número de niños" (72). Vemos de nuevo aquí la mano de Berta cuando en un bosque de pinos, en lugar próximo al Sanatorio, se instala una tienda de campaña, con ramaje y maderas se construye un comedor, cuarto de aseo, fregadero, ducha y retretes y se alberga a 12 niños y 12 niñas (73), instalación sencilla que reproduce la llevada a cabo en la 1ª Colonia de Almuñecar.

    Este preventorio contaba entre su personal con un profesor y una profesora, aspecto que nos hace pensar en una escuela al aire libre. Sus magníficos resultados se detallaron y publicaron en la Memoria presentada al II Congreso Nacional de Medicina (74).

    Según Decreto de 1924, en 1926 se creará en Granada la Junta Provincial de la lucha antituberculosa, de la que formará parte, igualmente, Berta en su sección administrativa encargada, a su vez, de recabar fondos (75)

    El preventorio al aire libre siguió funcionando los años siguientes pero, además, en 1926, en el parque del Sanatorio se inauguro el Pabellón "Luis Dávila" para niños, con capacidad para 10 camas  (76) que tomara el nombre del recién fallecido hijo de Dña. Berta (77)
 

El feminismo de Berta Wilhelmi

    La influencia de otros países, las iniciativas krausistas y las nuevas condiciones de vida, hacen que el tema de la educación de la mujer cobre nuevas dimensiones hacia la tercera parte del XIX y que alcanzará al XX sin conseguir una mayoría de opiniones favorables a una educación igualitaria entre los géneros.

    Ante el tema de la educación femenina distinguimos, en este periodo tres posiciones que calificamos de tradicional", "regeneracionista" y "feminista". La posición tradicional es la protagonizada por los sectores mas conservadores de la ortodoxia católica, amplio sector de gran influjo social. En la posición que calificamos de regeneracionista incluimos a todo un variado sector, que se va ampliando a medida que avanza el siglo, cuyo optimismo pedagógico, propio del liberalismo burgués, alcanzara al catolicismo mas liberal. Situamos aquí a krausistas, republicanos, etc. El grupo que denominamos feminista no constituye un núcleo organizado, militante (78), sino una posición muy minoritaria de mujeres y hombres de excepción vinculados al institucionalismo en muchos casos: Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Rafael Torres Capos, Posada, por citar algunos entre los que se sitúa Berta Wilhelmi.

    Estas tres posturas se decantan, ante el tema educativo femenino, por la posición que adoptan con respecto a:

        1º) Reconocer el derecho de la mujer a la educación
        2º) Conceder a las mujeres el derecho a la educación en iguales grados y contenidos que al hombre.
        3º) Permitirles el ejercicio remunerado de las aptitudes adquiridas.

    Las posiciones más tradicionales, de todos conocidas, defenderán  que las niñas deben educarse en familia, la escuela pública es para ellas una fatalidad y de la amplia instrucción de las mujeres se desprende todo tipo de desastres morales. El tradicionalismo granadino se expresa en palabras de Eloy Señan y Alonso, Decano de
Filosofía, contemporáneo de Berta:

    "La escuela primaria de niños es el beneficio de los resultados de la civilización; la escuela primaria de niñas es la prueba de una de sus miserias" ... , leer, escribir, calcular y coser, esto es lo que las niñas deben  aprender sin aparato alguno y, por decirlo así, en familia (79)

    Mayor instrucción para la mujer, se considera por este sector como fuente de inmoralidad y pérdida de la feminidad, a más que su inferioridad considerada natural indicaba que no era necesaria (80).

    Sectores más liberales y progresistas alcanzaran a conceder mayor instrucción a la mujer, pero siempre en base a la regeneración social. En este grupo coincidirán sectores diversos y hasta contrapuestos que ven el importante papel de la mujer en la familia, en la educación de los hijos e intentan atraerla a sus filas. Los librepensadores para alejarla de la tutela eclesiástica que frena el progreso de las nuevas ideas, los católicos para mantener la religiosidad en la familia. En cualquier caso sin cuestionar su papel social de madre y esposa. Exponente de este grupo que coyunturalmente irá cobrando aceptación será en Granada Ana María Solo de Zaldivar, Directora de la Escuela Normal y contemporánea de Berta que apostará por mayor instrucción para la mujer porque:
 

"...si no está a la altura intelectual del esposo, este no puede ser feliz" (81) "Y si el hombre y la familia se benefician con la cultura de la mujer, ¿cómo no ha de beneficiarse la sociedad, que no es otra cosa que el conjunto de familias"(82)

     No aceptará, sin embargo, la Sra. Solo de Zaldivar, frente al regeneracionismo mas progresista, que se la eduque en todos los grados y contenidos como (...) en la racionalidad del alma femenina para defender su mayor formación, ésta estará únicamente al servicio de su incuestionable papel social (83).

"Igualar lo que Dios hizo distinto es, a mi juicio, pretender enmendar la obra de Dios ...  ¿Cómo pretenderlo?" (U4) "La mujer debe ser mujer, es decir: bondad, paciencia, resignación, prudencia, fe y amor" "El hombre debe ser hombre, es decir: fuerza, energía, actividad, valor, fortaleza, heroísmo" (85)

    Aunque algunos regeneracionistas aceptaran que la mujer se prepare para todas las profesiones, no significa esto la aceptación de su incorporación al ejercicio remunerado de las mismas, cuestión que alteraría el orden social vigente. Este será el paso que solo el sector que denominamos feminista se atreve a dar. Conocida es la posición de Dña. Emilia Pardo Bazán, pero entre las escasas personas que, a finales del XIX han dado ese salto hay que destacar a Berta Wilhelmi.

    Berta, en el Congreso Pedagógico de 1892 (86) antes de argumentar la aptitud de la mujer para todas las profesiones tratará de evidenciar "la igualdad de ambos sexos en cuanto el derecho a buscarse los medios de subsistencia necesarios para la vida...derecho de gobernarse por sí y de tomar parte en las cuestiones sociales" (87).

    Su ponencia es un claro exponente de la moderna filosofía positiva. Comte y, como no, Stuartmill se traslucen como fuente constante de argumentos para Berta aunque no explicite sus nombres. El cristianismo, el peso de la tradición, "el imperio del militarismo sobre el industrialismo" (88) le sirven de explicación a la situación de inferioridad de las mujeres, pero prevalece su fe en el cambio de usos y costumbres ya que "las leyes sociológicas (están) sometidas a un continuo proceso de evolución" (89).

    Frente a los que consideran la inferioridad e inmutable, Berta afirma:

"Si la dependencia o inferioridad no es ley que rige a todos los seres ¿por que las encontramos en el ser mas perfecto de la escala animal: en el hombre? ... No porque estén basadas en leyes físicas e inmutables, pero sí en leyes sociales sometidas al proceso de evoluci6n" (90) "La fuerza de la tradición, que admitía la inferioridad física y moral de la mujer y por lo tanto sus menores ~ derechos, es la que ha originado el actual estado en los usos, costumbres y preocupaciones, etc. con que tropieza cuando de rehabilitación de la mujer se trata" (91)

    Sus argumentos históricos, su critica al (...) conocimiento del feminismo socialista:

" ... la resignación y humildad predicadas la habían de - mantener en el puesto de inferioridad que se le asignaba teniéndose por virtud el sufrir injusticias y el servir incondicionalmente al padre o al esposo" (92)

    Para Berta tanto el modelo de María como el de Eva no sirvieron al reconocimiento femenino: "ni a la dama, elevándola mas de lo justo y natural, ni a la esposa, rebajándola, las miraba de igual a igual" (93).

    Así pues, ni física ni intelectualmente -piensa- puede considerarse la inferioridad de la mujer como algo natural sino " ... efecto del estado de servidumbre y abandono en que hasta hace poco se ha tenido a la mujer" (94). Tanto facultades físicas como intelectuales adquirirán mayor desarrollo, nos dice, -con tal se las ejercite (95). De esta forma, considera Berta que, la mujer tiene los mismos derechos que el (hombre) a desarrollar en bien propio y de la especie todas las facultades" (96).

    Frente a los que no aceptan la aptitud de la mujer para el ejercicio de cualquier profesión, hechos y números seránsu argumento. De esta forma, el grueso de su ponencia lo constituye una exhaustiva recopilación de datos de mujeres que han estudiado y ejercido en las más diversas profesiones en todo el mundo. Recopilación, que, por otra parte, supone una fuente inestimable a la Historia de la Educación de la Mujer.

"... Si la mujer pide por derecho propio el ejercicio de todas las profesiones, participar de las conquistas de la ciencia, cooperar a la solución de los problemas sociales, creemos que pide lo justo: pide la rehabilitación de media humanidad, y los resultados obtenidos hasta el día prueban que no es indigna de lo que solicita" (98)

    La vigencia de sus argumentos es notable en todo el discurso posterior del que deseamos destacar para finalizar su última defensa: "No se nos objete que las sobresalientes fueron las menos, puesto que en los hombres los sobresalientes no son, por cierto, los más..." (99)


 
 

Helene Bickmann Alterhoff, sucesorade Berta Wilhelmi en la gestión del Sanatorio de la Alfaguara.

NOTAS

1   "Miscelánea" en El Defensor de Granada. Miércoles 11 Junio 1890 p. 1 y "La colonia escolar de este verano" en El Defensor de Granada. Martes 10 Junio 1890 y "Necrología" en El Defensor de Granada 30 Julio 1934, p.3
   "El meeting de ayer" en El Defensor de Granada Lunes 10 de Febrero 1913 p.1, en este Artc. se menciona a Fernando de los Rios y "su distinguida esposa" y a continuación se refieren explícitamente a Dña. Berta Wilhelmi. En "Miscelánea, los diputados radicales. El banquete" en El Defensor de Granada Martes 11 Febrero 1913 p. 1: "también se hallaban los hijos del Sr. Giner D. Fernando de los Rios y su bella esposa y D. Eduardo Domínguez y su distinguida señora Dña. Berta Wilhelmi".
   WILHELMI, BERTA: La Primera Colonia Escolar Granadina. Memoria presentada por su directora Dña ... a la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Septiembre 1890. Impr. Indalecio Ventura. 7ir-anacia its9l. Un resumen de ésta aparecerá como "La primera colonia escolar granadina" en Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE) 345(1891)177-184. "La Aptitud de la Mujer para todas las profesiones". Memoria presentada al Congreso PedagOgico Hispano-Portugues-Ame ricano. Actas. Vda. de Hernar>do y Cia. Madrid 1894 p. 117. Bajo el mismo título puUl-i¿a-r-á--en ' BILE 388-389-390 (1893) 97-102,113-118,129-133. No hemos localizado la Memoria Yob-re C&m p2~rían plantearse en Granada las Colonias Escolares, que fué premiada en el Certamen de la Sociedad Econ6mica de 1889. Pensamos debió escribir algo mas, ya no por sus manifiestas dotes, sino porque los testimonios de la época se refieren a ella corno "escritora", aunque tal vez no sea mas que la profesión asignada a aquella mujer que no era sólo "ama de casa".
   De inestimable valor para nuestra investigación han sido los testimonios de algunos familiares que con gran amabilidad nos han atendido, conste aqui nuestro gran agradecimiento a Dña. Emma Wilhelmi y su esposo Dr. D. Alfredo Dáneo (sobrinos), y D. Fernando Wilhelmi y su esposa Dña. Gloria Perez (sobrinos nietos)
5    Fecha de nacimiento calculada a partir del Acta de defunción en que cuenta 76 años. Registro Civil de Granada. Departamento IIII Campillo. T.111, folio 375 vuelto, nº de inscripción 306.
(6)  Testimonios familiares situan la fecha de llegada en estos años aproximadamente  Segun Cuaderno de Actas Capitulares del Ayuntamiento de Pinos Genil 1877, ACta de 17 Agosto (p.11) alude al Sr. Wilhelmi como contribuyente con anterioridad a 1876. No.hay Actas de los años anteriores o nose menciona en las existentes.
(7)  Al parecer una impor'tante fábrica que provenla de la familia Schouffelen, de gran arraigo eri Heilbronn donde aún se conserva una calle a su nombre. Los testimonios apuntan a que D. Luis Lemmé, de noble linaje y gran fortuna 'tie ne que salir de Alemania por motivos políticos. Sin que lleguen a determinar su ideologia.
(9)CASTILL,0 TEJADA, CAYETANO DEL: La Tercera Colonia Escolar granadina. Memoria preséntada por su director D... a la Sociedad de Colonias Escolares de Vacaciones. Noviembre 1892. Imprenta Española. Granada 1893 p. 16
(10) Todavía puede verse la fábrica semiderruida a la izquierda de la carretera, poco antes de entrar en Pinos Genil. Se trata de una Fábrica de papel continuo cuya producción se consumía en Madrid, Barcelona y otras capitales de España.
(11) Según testimonios familiares no muy precisos "daba meetines" y era "comunísta", sin que hayamos podido precisar el contenido justo de estos términos.
(12) "Noticias'' BILE 383 (1893) p. 32: "La Sra. Dña. Bertha Wilhelmí de Dávila ha he cho a la Institucion un donativo de 20 fototipias de Granada y sus monumentos mas interesantes". Aparece relación de las mismas.
(13) Su hermano Fernando Wilhelmi casará con Josefa Manzano Alfaro, hermana de Francisco Manzano, diputado del partido de Romanones que será Gobernador de Barcelona.
(14) Recordemos, a mas de las Colonias de vacaciones,*las enseñanzas para la Mujer -que comenzaran a funcionar en Granada en 1889 promovidas por la Sociedad Econ6~ mica. BESORA ALTES, CRISTINA: Las Enseñanzas ~2ra la mujer en Granada a fines del siglo XIX. Tesís de Licenciatura (inédita). Granada 1987
(15)GINEII DE LOS RIOS, GLORIA: "Reflejos de la Institución" en Boletín de la Corpo racion de Ant os alumnos de la "Institucion Libre de Enseñanza,, del "Institu    iguos to-Escuela" y de la "Residencia de Estudiantes" de Madrid. Grupo de México.Cir cular nº 6U.--gxico 28 Noviembre 19b3
(16)     "1,05 diputados radicales" en El Defensor de Granada. Domingo 9 Febrero 1913, ~-p.1, señala que estos fueron acompañados por los Srs. Dominguez-Wilhelmi a visitar el Sacromonte y el Albaicíh. "El meeting..." Artc. cit. señala que Berta -~ ocupa un palco con el matrimonio de los Rios. En dias sucesivos, 7, 8 y 11, El Defensor de Granada hace crónica de la actividad de los radicales a las que asiste Berta, enviando a su casa y a la de Gloria,los ramos de flores tras el banquete.
(17)  Recordemos que Hermenegildo Giner es padre de Gloria, la esposa de Fernando de los Ríos. D. Hermenegildo vivió en Barcelona de 1898 a 1918, año en que se jubila de la docencia y a..partir de entonces reside alternativamente en Madrid y Granada. Fallece en esta última en 1923.
(18) A través de D. Alejandro Otero, que será su maestro, y por su matrimonio con Emma Wilhelmi, su sobrina.
(19) FERNÁNDEZ CASTRO, JOSÉ: Alejandro Otero. El médico y el político. Noguer. Barcelona, 1981
(20)  Ibdem. p. 20
(21)  Memoria ... cit. sin localizar.                                        an
(22) Las primeras Colonias Escolares de vacaciones ser' promovidas y organizadas por primera vez en España por el Museo Pedagógico Nacional, a traves de su director Bartolomé Cossío, en 1887, despues de que en 1876 Walter Bion, pastor evangelista suizo, iniciara estas experiencias.
(23) WILHELMI, BERTA:"LA primera colonia... " Arc. cit. que resume Memoria tambien -cit.
(24) WILHELMI, BERTA: "La aptitud... " Artc. cit.
(25) Fallece el 23 de Diciembre de 1895, según reza su lápida en el cementerio civil de Granada. El Defensor de Granada, 25 Diciembre 1895 dirá: "ha fallecido en Granada el 1 rioso e inteligente industrial D... socio de la fábrica de papel de la Bomba".
(26) Según los datos facilitados por la administraci0n del cementerio de Granada, fallece el 6 de Marzo o Noviembre de 1900. El libro de registro del cementerio civil carece de las hojas correspondientes y la tumba ha sido ya exhumada.
(27) D. Luís Lemmé que poseía mas de la mitad de las acciones de la fábrica deja heredera a
Berta, segun testimonios familiares.     k~
(28) EL CURIOSO PARLANTE:"Inauguracion de una escuela" en El Defensor de Granada. -Miercoles 26 Marzo 1913
(29)Hija de su hermano Fernando que casara con el Dr. D. Alfredo Dáneo
(30)Registro Civil de Granada Dto.IIIQ Campillo. T.111, folio 375 vuelto nº306
(31) "Necrología" Artc. cit.
(32) Ibdem. p. 3
(33)"Información municipal" en El Defensor de Granada. Miercoles 1 Agosto 1934,p.1416
(34) WILHELMI, BERTA. La primera colonia... Opus cit. P.S
(35)"La burguesía - conservadora española pondría mucho cuidado en delimitar las fronteras entre filantropía y caridad, proscribiendo la primera porque era incompleta al carecer del trascendental sen ' timiento cristiano de la comprensi6n; además la filantropía era para ellos un concepto protestante" en PEI~EYRA, MIGUEL: Educaci¿>n, salud y filantropía: el origen de las colonias esco lares de vacaciones en Espaiia" en Historia de la Educación. t~evista inter-u- , niversitaria, nº 1 (1982) 165-66
(36)     Fernando Wilhelmi recuerda numerosos detalles muy característicos sobre las observaciones de las estrellas, los calculos horarios por la posición solar las excursiones -en las que se reconocia no al que llegaba antes sino al que no sudaba o calculaba mejor el ésfuerzo-,...
(37)     Las colonias escolarés serían la "conjunción de la tradición y popularidad, de las excursiones escolares con las ideas de la época sobre los principios y medidas de higiene, el regreso a la naturaleza, la mejora de la raza y de las condiciones de vida de los niñoas proletarios de las grandes ciudades,'en PEREYRA, MIGUEL. Artc. cit. p. 155
(38) WILHELMI, BERTA:"La aptitud..." Artc. cit. p. 133 11 ... al negar la razón de la guerra negamos la existencia de deberes militares..."
(39) Granada, junto con el resto de provincias de Andalucia oriental (Jaén, Mála ga, Almería), mantiene hasta principios del siglo XX los mas elevados índi-ces de analfabetismo de España: 84,6% en 1860, 87,5% en 1877; 82.9% en 1887; 80,1% en 1900 y 72,1% en 1920. En BALLARIN, PILAR y SEVILLA, DIEGC):"6a crea ci<Sn de escuelas en la provincia de Granada tras la promulgaci0n de la Ley Moyano(1857)11 en L'Enseignament primaire en Espagne et en An*ériclue Latine du XVIIIE. siécle a -~-os jours. Polítiques éducatives et réalites scolaires. Un¡ versíté de Tours, 1986, pp.116-117
(40)     WILHELMI, BERTA: Memoria,cit.y GONZALEZ PRATS, ANTONIO: Sobre el modo de -plantear en Gran¿~d-a las Colonias Escolares. Memoria premiada por la Real So ciedad Econ6mica de Amigos del Pais de esta provincia e impresa a su costa. Impr. Indalecio Ventura. Granada, 1891.
(41)  WILHELMI, BERTA: La primera colonia .... Opus cit. p. 6
(42)  siguiendo las utilizadas por el Museo PedagOgico.
(43)     CUNILLERA OCETI, ISABEL: La Segunda Colonia Escolar granadina. Memoria presentada por su directora Dña... a la Junta organizadora de la misma. Diciem bre 1891. Impr. Jose Lopez Guevara. Granada, 1892. y CASTILLC) T&JADA, CAY~-TANO DEL. Opus cit.
(44)    CUNILLERA OCETI, ISABEL. Opus cit. p. 1
(45)    WILHELMI, BERTA: La primera colonia ... Opus cit. P. 5
(46)  Idem.
(47)   Ibdem. p. 11
(48)  Ibdem. p. 25
(49)  Ibdem. p. 13
(50) CUNILLERA OCETI, ISABEL. Opus cit. p. 9
(51)WILHWLMI, BERTAO La primera colonia.,_.. Opus cit. p. 15
(54) WILBELMI, BERTA: La primera_colonia ... Opus cit. p. 6. cita al respecto la -informaci6n del fundador de las colonias en el Congreso de Colonias celebra do en Brena en 1885.
(55)Ibdem. p. 15
(56)Ibdem. p. 26
(57)CUNILLERA OCETI, ISABEL. Opus cit. p. 13
(58)WILHELMI, BERTA: La primera colonia...-Opus cit. p. 16
(59)"CUNILLERA OCETI, ISABEL. Opus cit. p. 10
(60)Ibdem. Apendice nº 2
(61)CASTILLO T&JADA, CAYETANO DEL. Opus cit. p. 10
(62)EL CURIOSO PARLANTE. Artc. cit.
(6 3) Idem.
(64) Ayuntamiento de Pinos Genil. Libro de Actas abierto en 1912. Sesi6n ordinaria del 2 de Febrero de 1913, p. 9
(65)GINER, GLORIA. Artc. cit. p. 1
(66)EL CURIOSO PARLANTE. Artc. cit.
(6 7) Idern.
(68)     Idem.
(69)     Idem.
(70) BLASCO RETA, JOSE:"Medios que pueden ponerse en práctica para la lucha eficaz contra la tuberculosis" en Actualidad médica(1937)p.266, "Patronato an- tituberculoso de Alfaguara" en El Defensor de Granada, 2 Julio 1921, GINER, GLORIA. Artc. cit. RODRIGUEZ LUCAS, Ma CARMEN:"LA lucha antituberculosa en
Granada desde la Dictadura de Primo de Rivera hasta el comienzo de la gue-rra civil(1923-1936)11 Departamento de Historia de la Medicina. Curso de dc>c torado (inédito).
(71)"Patronato Antituberculoso... 11 Artc. cit. Como Presidente figura el catedrático de ginecologia y obstetricia Alejandro Otero y como Vicepresidente el Dr. D. José Blasco Reta, siendo el secretario D. Luis Garcia.
(72) LINARES DIAZ, DR.:"Preventorios y escuelas al aire libre" en II Asamblea antituberculosa médico-social. Celebrada en Madrid, 15-18 Junio' 1931. Actas. Plus Ultra. Madrid 1933, p.141
(73)Idem. Seleccionados entre los asistentes al dispensario
(74)     Idem.
(75) MOLERO MESA, J.:"La tuberculosis en la España alfonsina 1874-1923" Departamento de historia de la Medicina. Granada. Curso monográfico (inédito) cit. en:MOLERO MESA, M@ CARMEN, Opus cit. p. 3
(76)Ibdem. p. 11
(77) Ingeniero militar fundador del aer<Sdromo granadino que fallecera en accidente de aviaci6n dejando tres hijos: Fernando, Luis y José (78) Muchas autoras contemporáneas coinciden en afirmar la ausencia en España de un feminísmo organizado y militante equiparable al de otros paises (MI Aurelia Capmani, Fstany, Campo Alange, Scanlon, Mary Nash, ... )
(79)SEÑAN Y ALONSO, ELOY: "La educaci¿>n de las niñas" en La Familia. Granada 1882, p. 156
(80)Ibdem. p. 155
(81) SOLO DE ZALDIVAR, ANA Msl: "Del mejoramiento de la Nacion española por medio de la educacion e instrucci6n de sus mujeres" en Congreso de Granada de la Asociacion Española para el progreso de las ciencias. Impr. Eduardo Arias.!Wrid 1911. T. 6 (ciencias sociales) p-.278
(82)Ibdem. p..279
(83) Ibdem. p. 274. "Nuestra alma es tan apta como la del hombre para ser perfec cionada".
(84) Ibdem. p. 277
(85) Ibdem. p. 278
(86) Seguimos sus argumentos en el Artc. del BILE cit.
87    Ibdem. p. 97
88    Ibdem. p. 98
89    Idem.
90    Ibdem. p. 97
91    Ibdem. p. 98
92    Idem.
93    Idem.
94    Ibdem. p. 99
95    Idem.
96    Ibdem. p. 100
97    Ibdem. p. 130
98    Ibdem. p. 101
99    Ibdem. p. 130

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Aptitud de la mujer para todas las profesiones
por Dña. Bertha Wilhelmi de Dávila

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I

Razón del movimiento en favor de la mujer

 

    Antes de hablar de la aptitud de la mujer para las profesiones que hoy casi exclusivamente se ejercen por hombres, séanos permitido hacer algunas breves consideraciones sobre el derecho que la mujer pueda tener á ellas.


    Trataremos de investigar la igualdad de ambos sexos en cuanto al derecho á buscarse los medios de subsistencia necesarios á la vida, en cuanto al derecho de gobernarse por sí y de tomar parte en las cuestiones sociales, y después veremos si pueden cumplir con los deberes que naturalmente ha de imponerles esa suma de derechos.


    El puesto de inferioridad y dependencia á que vemos reducida á la mujer respecto del hombre ¿está basado en leyes naturales? Creemos que no.


   
A en los reinos vegetal y animal, cuando hay división de sexos, vemos que la hembra ejerce funciones y llena deberes tanto ó más importantes que el macho; no encontramos como ley el distintivo de fuerza y belleza entre ambos sexos,' la misión para la conservación de la especie es más importante en la hembra y, en suma, la naturaleza no reconoce superioridad entre uno y otro sexo. Su igual derecho a la vida solo está restringido, como entre los individuos de igual sexo, por el mejor o peor cumplimiento de sus deberes, es decir, por su mayor o menor aptitud para la lucha por la existencia. La hembra no está supeditada al macho: es libre.

 

    Si la dependencia o inferioridad de la hembra no es ley que rige á todos los seres ¿por qué las encontramos en el ser más perfecto de la escala animal: en el hombre?... No porque estén basadas en leyes físicas inmutables, pero sí en leyes sociales sometidas al proceso de evolución.

 

    La condición de sociabilidad del hombre le hizo reunirse en familias y luego en grupos más o menos numerosos. De esta reunión, necesariamente, resultó la división del trabajo; y, claro es que a la mujer, por sus funciones de madre, con los periodos de gestación y lactancia que la embarazan é imposibilitan en parte, habían de tocarle más los trabajos de la casa y del campo, siendo del hombre los de lucha y destreza. De esta división del trabajo resultó, por una parte, la superioridad de la fuerza muscular, porque el hombre, ejercitándola más, la conservaba; y de otra, y como su consecuencia inmediata, la servidumbre de la mujer, porque los hombres de aquella sociedad primitiva, obligados primero á la guerra y á la caza para la defensa y alimentación propia y de la prole, tomaron el gusto después y dejaron, al principio por necesidad y luego por idea de supremacía, el trabajo manual a la mujer, como sucede hoy entre los fueguenses, andamitas y australianos, utilizándolas los tasmanios como bestias de carga. En la sociedad primitiva la clase de esclavos se compone exclusivamente de mujeres (Spencer). Es decir, que la necesaria exclusión de la mujer de la guerra, de la defensa de hijos, familia y hogar y de las actividades del individuo tenidas por nobles, y su empleo en los trabajos penosos y, por tanto, menospreciados, fueron la causa de su rebajamiento.

 

    Las continuas guerras cuidaban de mantener viva la importancia de la fuerza muscular, y el hombre y la mujer la creyeron signo de supremacía absoluta, que ambos, él ejerciendo autoridad, ella acatándola, admitían. Cuanto más fue perdiendo el hombre de su animalidad; cuanto mas fueron desenvolviéndose sus facultades intelectuales, tanto más disminuía la importancia de la fuerza bruta y mayores eran las probabilidades de dignificación de la mujer; pero siempre se han ido oponiendo, ya la fuerza de la tradición y de las costumbres, ya la falta de iniciativa en ella, ya el imperio de] militarismo sobre el industrialismo, ya, por desconocimiento de las ciencias naturales que á mayor desenvolvimiento intelectual exigen mayores actividades físicas, la decadencia de la raza y la corrupción moral. Sólo así se comprende, pro ejemplo, que, á pesar de] alto grado de cultura á que llegaron griegos y romanos, ni unos ni otros pensaran en levantar el nivel intelectual y social de la mujer, como no comprendieron la indignidad de la esclavitud.

 

    El nuevo imperio de la fuerza con sus múltiples consecuencias durante la Edad media, al principio más franco y desordenado, después, bajo el feudalismo, más encubierto e idealizado, tenía que ser contrario a la dignificación verdadera de la mujer. El cristianismo, que con sus doctrinas de igualdad habría hecho un bien inmenso a la causa de la mujer, no surtió el efecto que debiera, porque aquella semilla cayó en terreno para la mujer infecundo. Añádase a esto el que la resignación y humildad predicadas la habían de mantener en el puesto de inferioridad que se le asignaba, teniéndose por virtud el sufrir injusticias y el servir incondicionalmente al padre ó al esposo. El hombre, á su vez, se dejaba arrastrar por el culto de María adorando á su dama, que idealizaba hasta hacer de ella un ser casi sobrenatural; ó veía en la mujer la encarnación de Eva, causa de todo mal, y, debiendo aborrecer el cuerpo con sus necesidades y apetitos camales, despreciaba á la mujer que le personificaba la tentación: y, ni á la dama, elevándola más de lo justo y natural, ni á la esposa, rebajándola, las miraba de igual á igual.

 

    La fuerza de la tradición, que admitía la inferioridad física y moral de la mujer y por lo tanto sus menores derechos, es la que ha originado el actual estado en los usos, costumbres y preocupaciones, etc., con que se tropieza cuando de la rehabilitación de la mujer se trata. Pero, usos, costumbres y preocupaciones se modifican conforme vamos comprendiendo que las leyes sociológicas, lejos de ser estables, están sometidas a un continuo proceso de evolución, apareciendo frecuentemente como tremendas injusticias lo que la humanidad venía respetando durante muchos siglos como verdades y leyes inmutables; y conforme van difundiéndose las conquistas de las ciencias naturales que nos enseñan el puesto verdadero que en la naturaleza corresponde a la mujer.

 

    Este puesto es el de progenitora y conservadora de la especie, á la vez que el hombre.

    Pero si en la conservación de la especie, que debe estar por encima de la conservación del individuo, es ella la que, como todos sabemos, y la ciencia nos demuestra, desempeña la función más importante; si es ella la que hace mayor gasto de fuerza y materia (antes se daba al hombre mayor importancia generadora), ¿por qué se le considera aún hoy inferior a él?

 

    Si la mujer dispone de tanta menos fuerza muscular, es porque sobre ella pesa la herencia de muchos siglos en que, apartada de ciertos ejercicios, peor alimentada á veces que el hombre y frecuentemente reducida al hogar, fueron todos sus músculos degenerando, como degeneran hoy los de los pies de las chinas obligadas á la quietud; como degeneraron durante el largo periodo evolutivo de la especie humana los músculos del oído externo hasta llegar á ser tan sólo músculos rudimentarios. El hombre civilizado, que por su distinto género de vida dista mucho de ser en cuanto a fuerza muscular lo que el hombre salvaje, la perdió menos que la mujer porque tuvo ocasión de ejercitarla más.

 

    Ya que á la educación física de ambos sexos, antes tan olvidada, se le va dando el puesto que le corresponde, comprendiendo que solo en el desarrollo armónico de todas las facultades del individuo está el humano progreso, también la mujer dejará de merecer el calificativo de débil en el grado que hasta aquí se le aplicara. Grado tanto mayor, cuanto que, al consignarlo, generalmente se piensa en la mujer de las clases elevadas, que á cambio de no trabajar y de hacer una vida anti-higiénica perdió sus fuerzas físicas. La mujer del pueblo, la trabajadora en casi todas las industrias, la campesina, la gimnasta, etc., son prueba de que la mujer dispone de fuerza muscular; fuerza que, por ejercitarse, es superior á la de sus hermanas de condición privilegiada y que frecuentemente iguala y aun supera á veces á la del hombre. Así, pues, no creemos que la supremacía de fuerza muscular sea un distintivo esencial del hombre, sino un resultado de la herencia y de la adaptación, resultado que podría modificarse bastante en favor de la mujer.

 

    Pero, aunque convengamos en la inferioridad de la mujer en fuerza muscular y suponiendo que no fuese capaz de adquirirla sin detrimento de su hermosura (las formas esculturales de algunas gimnastas y bailarinas parecen probar que no está reñida la fuerza con la estética): ¿es por eso la mujer físicamente inferior al hombre? En el periodo de la lactancia y esencialmente en el de la gestación, ¿no hace el organismo femenino un esfuerzo tan grande, que por sí solo demuestra la superioridad de su potencia vital? Cuando durante el embarazo se somete a trabajos rudos, como acontece en la mujer del pueblo, ¿no prueba tener grandísima resistencia física? En el difícil y penoso cargo de enfermera ¿dispone la mujer de menos resistencia física que el hombre? ¿Soporta menos el cansancio, los insomnios, la fatiga junto al enfermo?... La mujer, a pesar de su mayor sensibilidad, es mas sufrida que el hombre, cuando de padecimientos físicos se trata. La mujer que no soporta bien el trabajo de gestación, el dolor, los desvelos y esfuerzos que la vida trae consigo, no es por inferioridad física del sexo, sino por inferioridad de la condición o educación física del individuo.

 

    Si la mujer, aunque con menos fuerza muscular hoy, no es físicamente inferior al hombre; si contribuye a la conservación y procreación de la especie mas eficazmente que éste, necesariamente ha de tener iguales derechos a la vida, á la lucha por la existencia, á buscarse los medios necesarios para subsistir. Que allí dónde se requieren sus fuerzas físicas es capaz de prestarlas, lo prueba en el campo, en los oficios, en los talleres, las industrias, las minas, etc. La mujer trabaja y se ha abierto ancho campo donde la necesidad apremia y la tajan menos número de preocupaciones: en la clase baja.

 

    En cuanto a su inferioridad intelectual, tampoco la creemos basada en leyes naturales; no la encontramos como distintivo del sexo femenino en el reino animal, y en el hombre la suponemos efecto del estado de servidumbre y abandono en que, como ya dijimos, hasta hace poco se ha tenido a la mujer. Las facultades intelectuales adquieren, como los músculos, mayor o menor desarrollo, según se las ejercita: las de la mujer, nadie cuidó de desenvolverlas; para ella, las artes, las ciencias, la industria no existían; pues bien conocido es el deplorable estado en que hasta hace poco yacía la educación de la mujer. El hombre, dueño de] mundo, creyóse sólo con derecho a disfrutar de los goces de la inteligencia; en sí creyó encamado el concepto de humanidad; sólo a él le era dado perfeccionarlo: la mujer. sin derecho a la vida por sí, sin personalidad propia, existía como bestia de carga, ó como objeto de placer, ó como medio de perpetuar la especie, y no tenía para qué desenvolver la totalidad de sus facultades ¿Cómo extrañarnos, pues, de que las facultades intelectuales de la mujer, en general, se encuentren hoy por debajo de las del hombre? ¡Pesa sobre su cerebro la herencia de siglos de inactividad intelectual! ¿Quiere decir eso que carezca de facultades intelectuales suficientes para llegar a igualarse con el hombre y para llenar cumplidamente sus deberes en cualquiera profesión que elija? La respuesta, la daremos en la segunda parte de este trabajo. Entre tanto, conviene fijar que, aunque la intensidad de su inteligencia no llegara a la del hombre, tiene los mismos derechos que él a desarrollar en bien propio y de la especie todas sus facultades, así físicas como intelectuales, por estar colocada a igual suyo en la naturaleza.

 

    Del desarrollo del individuo pende su bienestar y el de los hijos; de la salud, inteligencia, voluntad, sentimiento de lo bello, fuerza moral, etc., de la madre, pende el progreso de la humanidad. Más para ejercitar sus derechos, tiene que emanciparse de la tutela del hombre: libremente ha de poder elegir el camino que cuadre á los altos fines que dentro de la humanidad cumple, y no aquel que el hombre le trace. Ella ha de ser como él, responsable de sus actos y de la suerte y del progreso de la humanidad: ha de cumplir muchos más deberes-, mucho que, hoy, ni conoce; pero ha de gobernarse para sí, ha de tomar parte en todas las cuestiones sociales que como humanas son las de ella, que forma parte de esa humanidad, tantas veces invocada, pero hasta hoy tan mal comprendida.
 

II

Aptitud de la mujer para todas las profesiones.

 

    En contra de la aptitud y derecho de la mujer a ciertas profesiones, es una de las objeciones más usuales y que hasta hace poco parecía deducirse de los hechos, la de su falta de capacidad intelectual para penetrar en los altos problemas é investigaciones del espíritu humano. Se llegó hasta afirmar que esta inferioridad intelectual estaba basada en el menor peso y volumen de su masa encefálica; afirmación fácil de hacer en una época en que a miles de contrarios sólo hacían frente unas cuantas mujeres animosas, que aún no tenían casi resultados que mostrar. Pero desde que la ciencia y la práctica han probado que la potencia intelectual del cerebro no pende de su volumen ni de su peso, y que en pocos años las mujeres, en toda clase de profesiones y en diferentes países, han obtenido resultados sorprendentes, pierde terreno la objeción de su incapacidad. Por eso, nosotros, para probar que la mujer, por ser mujer, no está incapacitada para ejercer aquellas profesiones que el hombre hasta aquí venía defendiendo como suyas, porque requieren intensas fuerzas de la inteligencia, gran espíritu de observación, estricto cumplimiento del deber, extraordinaria perseverancia, mucho valor moral, ó resistencia física, etc., en vez de extendemos en largas consideraciones, enumeramos resultados obtenidos, siendo el poder irrefutable de los hechos y los números, sin duda, el mejor argumento, la mejor prueba.

 

    Sin embargo; no hemos de olvidar que cuanto la mujer ha hecho hasta aquí para probar sus aptitudes profesionales, hay que considerarlo corno meros ensayos; son los primeros pasos del niño que comienza a andar. Que esos pasos, lejos de ser vacilantes y temerosos, hayan sido firmes y continuados, aunque siglos de inactividad intelectual la oprimieran, habla tanto más en su favor, cuanto que todos sabemos que la aptitud intelectual crece cuanto más se la cultiva, y que sólo podemos apropiarnos nuevas ideas si en nuestro cerebro se grabaron ya parecidas, que nos prepararon suficientemente a recibir aquellas.

 

    Si a pesar de la servidumbre, dependencia y abandono intelectual en que la mujer se ha hallado, siempre ha habido en todas las edades mujeres que por sus talentos, su saber y su energía han sido la admiración de sus contemporáneos y la historia ha conservado sus nombres; si aquellas que por su posición y su cultura disfrutaron de iguales beneficios que el sexo fuerte, supieron como éste regir países, influir en el destino de las naciones, brillar en las artes y las ciencias; si hoy, venciendo la ley de la herencia, en abierta guerra con las costumbres, tradiciones y preocupaciones y desafiando la burla de los más, consiguen conquistar uno tras otro todos los puestos para ocuparlos dignamente, parécenos que es señal evidente de que su capacidad no es tan escasa como algunos pretenden y de que, en el transcurso de los tiempos, convenientemente preparada la inteligencia de la mujer podrá coadyuvar en grande escala al progreso humano. Que la potencia intelectual de ambos sexos sea igual en calidad y cantidad, que sus facultades mentales, efecto de su distinta (no inferior ni superior) organización, sean varias, ni nosotros ni nadie podrá decirlo hoy; son problemas que la experiencia ha de resolver; pero que sólo pueden solucionarse equitativa y justamente, dando a ambos sexos los medios necesarios para desarrollar todas sus facultades. Por qué camino y en qué forma han de hacerlo las mujeres, tócales a ellas y no a los hombres decidirlo. Si la mujer pide por derecho propio el ejercicio de todas las profesiones, participar de las conquistas de la ciencia, cooperar a la solución de los problemas sociales, creemos que pide lo justo: pide la rehabilitación de media humanidad, y los resultados obtenidos hasta el día prueban que no es indigna de lo que solicita.

 

    En siglos pasados encontramos como mujeres sobresalientes, entre otras, a Asidesla y Diotima,' filósofas griegas del siglo V a. de J.C.: vivieron en Alejandría, y Mantinea de sacerdotisas; Arethe, de Cirene, filósofa griega d siglo IV a. de J.C., hija de Aristipo; Lastenía, filósofa griega del siglo IV  de J.C., discípula de Platón; Hvpparchia, fj)bsofa griega de] siglo IV antes d J.C.; Theano, esposa de Pitágoras, filósofa griega del siglo VI a. de J.C., qu con su palabra y sus escritos hizo propaganda de su escuela filosofía.


Además se conocen los nombres de veintitres filósofas de la escuela pitagóric entre las que sobresalen Timycha, Phlntys y Periktyone: el libro de est última, Sobre la sabiduría, lo estimó en mucho Aristóteles, y el Sobre 1 armonía en la mujei- es notable; Phaenarete del siglo IV a. de J.C,, madre d Sócrates, se dedicó a la obstetricia: Gemina, filósofa rorn2-n2, eaP?oti,To efl siglo 11'1 de J.C.; Hypatia, filósofa griega de fines de] siglo I~ de J.C., en Alejandría.

 

    En el siglo XIII, asistió como médico una mujer a Luis IX, de Francia, en una Cruzada. todo cirujano y en que se prohibía cip-tijana el ejercicio de su profesión sin previo examen ante una comisión especial. En el mismo siglo XIV, explicó Medicina, en la Facultad de Salemo, Trotula, y Magdalena Bosignori fue doctor en Leyes, que explicó en una cátedra de Bolonia, y escribió De legibus connubialibus.
 

  Isabel Lora, en el siglo XV, e Isabel Córdoba en el XVI, fueron doctoras, Beatriz Galindo (La Latina), escribió en el siglo XV los Comentarios de Ai-istóteles y Oliva Sabuco, en el mismo, sobre Anatomía y Fisiología; la alemana Bárbara Weintrauben redactó un manual de Medicina.

 

    En el siglo XVI encontramos, entre otras, a Alejandra Gighani, estudian do Anatomía en Bolonia; a la Marquesa Veránica Maleguzzi, que estudió Historia, Filosofía, Teología, Griego, Francés y Castellano, y sostuvo discusiones públicas con éxito; a Juliana Moreli, de Barcelona, que trabajó en Filosofía, Teología, Jurisprudencia y Música, poseía catorce idiomas, sostuvo a los trece años discusiones públicas en lengua griega, latina y hebrea en Lión, y recibió el diploma de doctor en FiJocofja, en ~41,jñbn; a 0¿¿Mpia Fulvia Morata, que fue filósofa y escritora: dejó Observaciones críticas sobre Homei-o, Diálogos latinos i griegos, Discusiones libres sobre las paradojas de Cicerón, Discurso sobre Mucio Scévola (en griego); a nuestra notable Santa Teresa de Jesús, Luisa Sigea y otras.

 

En el siglo XVII estudió Catalina Exleben en la Universidad de Halle; Felicidad de Fay en la de Montpellier; María Petracina escribió varias obras sobre educación; su hija Záffira Perreti estudió Cirugía, y Ana Manzolíní, después de estudiar Anatomía, se dedicó con su docto marido a hacer en cera modelos anatómicos para la Universidad de Bolonia: su ciencia y sus descubrimientos.

 

    La Srta. Haldimand, después Sra. de Marcet, escribió sobre Química y Economía política; Say dice de ella: C'est la seule femme qui ait écrit sur I'Economie politique et elle sy est montrée supérieure á beaucoup d'hommes; y el docto Mac-Culloch llama a sus Conversations on political Economv "guía para el estudio de la Economía política". La docta Agnes Thompson, después Sra. de Ibertson, se dedicó a la Astronomía, Geología y Botánica; consiguió un profundo conocimiento de la fisiología de las plantas e hizo con el microscopio una serie de investigaciones sobre la estructura de los vegetales que publicó en los Annals of Philosophy.

 

    Con la enumeración de mujeres sobresalientes en Ciencias y Letras durante épocas pasadas, hemos querido probar que, si en la segunda mitad del presente siglo comenzó el movimiento en pro de la admisión de la mujer a todas las profesiones, este movimiento tenia razón, de hecho, puesto que había mujeres con suficiente voluntad y facultades para poderlas ejercer cumplidamente y justificaba el derecho con que la mujer, en nombre de la humanidad y de la igualdad de ambos sexos, pedía plaza en el campo de] progreso social.

 

    No nos ocuparemos de la profesión del Magisterio, por encajar, mejor que en éste, en el tercer tema de la sección V, y por estar ya por todos admitida la extraordinaria aptitud de la mujer para la enseñanza. Que no queremos ver el ejercicio del magisterio reducido a la instrucción primaria, sino que creemos a la mujer apta para todos los ramos de la enseñanza, se desprende de nuestra aspiración a verla participar en todas las profesiones. Ya hoy ocupa en Inglaterra más de cien puestos en los centros directivos de la enseñanza primaria y beneficencia pública; tiene puestos de Inspector de las escuelas en muchos Estados de América y Europa (v. gr. en Madrid); muchas son miembros del Consejo Escolar en Suecia; y catedráticos de Universidades en Inglaterra, Suiza, Bélgica, Suecia y los Estados-Unidos, donde ascienden su número a noventa y cinco.

 

    Después de la enseñanza es, sin duda, la Medicina, la profesión que mejor se aviene con la condición actual de la mujer; pero como para ejercerla necesitaba adquirir los conocimientos en un centro docente adecuado, y su participación en los estudios tropezaba con fuertes resistencias, necesitó emplear todas sus energías para lograr vencer tantos obstáculos.

 

    La primera mujer que logró matricularse en una Universidad, fue Miss Blackwell, que en 1842 entró en la Facultad de Geneva, en los Estados Unidos, donde por sus aptitudes y aplicación ocupó siempre un puesto de preferencia, hasta que hizo el grado de doctor en Medicina. En 1850, poseían ya Boston y Filadelfia escuelas de Medicina para mujeres; en 1868, se creó en Nueva York la Academia médica para las mismas; en 1870, la de Chicago; en 1871, la de Michigan; además, tienen acceso las mujeres a las Universidades de Cincinati, Kansas, Louisville y San Francisco. En estas han cursado más de cuatrocientas alumnas Medicina; y sólo en las Universidades especiales de Nueva York, Filadelfia y Chicago estudiaban en 1889 unas mil mujeres. En los Estados Unidos ejercen la Medicina dos mil trecientas ochenta y, cinco señoras; tienen, de estas, título universitario, mil novecientas veinticinco, de las que quinientas ochenta son alópatas, ciento treinta homeópatas, seiscientas diez especialistas de enfermedades de la mujer y cirujanas; sesenta y cinco ortopedistas, treinta, especialista en electroterapia; setenta, en enfermedades mentales; cuarenta, en enfermedades de los ojos y del oído; setenta, médicos de hospitales y profesores clínicos; varias, inspectoras de Juntas de Sanidad, y noventa y cinco, catedráticos de Universidades. En Boston ejerce Miss Berlín, doctora en Cirugía, que goza de gran fama como operadora, y a quien la Academia de Medicina de Londres ha hecho miembro honorario. La doctora María Zakrzewska fundó en Boston un hospital de mujeres, que dirige desde hace veinte años, y cuya fama es tan grande, que vienen señoras de los Estados del Oeste a buscar allí alivio a sus dolencias.

 

    Suiza fue la primera que en Europa abrió las puertas de sus Universidades a la mujer. De dos rusas, Mlles. Sousloff y Kochewareff, que en 1864 cursaron la Medicina en Zurich, subió el número de alumnas a 88, en 1872. Mlle. Gousloff obtuvo un premio de la Facultad por su trabajo Contribution sur la physiologie des coeurs lymphatiques. En 1877 recibió la Srta. Tomarzewiez la medalla de oro por su trabajo Contribution sur la phjsiologie du labj,rinthe de I'oreille interne. En Zurich ejercen la Medicina tres doctoras; una de ellas está casada con el catedrático de Geología; otra dirige la clínica del hospital. La Facultad de Ginebra permitió a la mujer cursar sus estudios, desde su fundación en 1876. En la misma ciudad ejercen cinco doctoras, una como especialista de enfermedades de los ojos; cuatro de ellas están casadas y tienen hijos. En Berna estudiaron 49, en 1887; en Lausana, una; en Basilea ejercen dos, y tres en Lucerna. En Solothum obtuvo el nombramiento de médico auxiliar del Hospital Cantonal la doctora Wildenow.

 

    En la Universidad de París entraron señoras por primera vez en 1868, en que estudiaron Medicina Mad. Brés, Miss. Putnam, Miss. Garret y Mad. Goutcharoff. En 1878, estudiaron ya 32; en 1887, subieron a 114, de las que 20 eran polacas, 12 francesas, 70 rusas, ocho inglesas, una norte-americana, una austríaca, una griega y una turca. Casi todas se dedicaron a enfermedades de mujeres y niños, casándose de ellas 45. París cuenta con 11 doctoras en Medicina, y de ellas una se dedica a enfermedades de la boca. Mad. Brés se ofreció, (a pesar de estar casada y tener tres hijos) para el servicio de los hospitales en París durante la guerra franco-prusiana y los dos sitios de la ciudad en 1870 y 1871; prestó servicios en el Hospital de la Pitié, y durante el tiempo de su asistencia mereció unánimes, entusiastas y honrosísimos elogios de profesores, superiores y compañeros. En 1880, fue nombrada médico del Théatre Historique. Ella abrió el camino para que fuesen admitidas después como alumnas internas en los hospitales las estudiantes. Las primera que ocuparon este lugar fueron las Srtas. Klumpke y Edwards, en 1885. La primera escribió un notable trabajo, titulado Conti-ibution a 1'étude des paralysies radiculaires du plexus brachial, que fue premiado por la Academia con 1.000 francos. La doctora Sarrantet fue nombrada médico auxiliar de la Gran ópera de París, en 1886. En 1888, ejercían en la capital nueve señoras; una, como especialista en enfermedades mentales. En Montpellier, recibió Madama Tkatcheff el diploma de doctor en 1888 y obtuvo la medalla de plata de primera clase por los relevantes y desinteresados servicios que prestó durante la epidemia colérica, en que dirigió el servicio sanitario de las salinas de Giraud, donde el cólera hacía estragos; después marchó a combatir la epidemia en Nápoles al servicio de La Cruz Blanca, y escribió una Memoria que le valió la colaboración en la Gazette des Sciences Médicales. Burdeos abrió también las puertas de su Facultad a la mujer, y en la de Argel ocupa el puesto de auxiliar de la cátedra de Anatomía la doctora Fumot. La doctora Ribard, especialista en oftalmología, acompañó la expedición de Paul Bert a Annam y al Tonkin; había ocupado el puesto de Inspectora del Servicio sanitario de los niños, en los departamentos de¡ Sena y la Nievre, y después fue médico, hasta 1879, en el Serrallo del kedive de Egipto.

 

    En Inglaterra fueron Miss Jex Blake y otras cuatro señoras las primeras que cursaron la Medicina, y con tal éxito, que cuatro de las cinco fueron inscritas en la Honoiíi- list, mientras que, de 353 estudiantes de Fisiología y Química, sólo 56 obtuvieron ese honor; siendo una de las señoras la que obtuvo en Química el tercer lugar, y por lo tanto la medalla de distinción que corresponde allí a los cinco primeros alumnos de cada clase. En 1874, se inauguró la London School of Medicinefop- Women, con 23 alumnas. En 1876, estudiaban en Edimburgo y Dublín; en 1877, se daba enseñanza clínica en el R(:~i~al.fi-ee Hospital; en 1881, recibió en Londres Miss Scharlieb la medalla de oro en Anatomía; fundó en 1883 el Roj,al Victoria Hospital en la India, y explica hoy en Londres Medicina legal. En 1882, otra señora recibió medalla de oro en Obstetricia. Londres cuenta con 70 señoras médicos que practican; de ellas, tres son cirujanas; Miss Marshall ocupa el puesto oficial de médico de las oficinas de Correos y Telégrafos, y Mrs. Garret Anderson, Directora del Hospital de mujeres, es médico de la Sociedad escocesa de Seguros sobre la vida y de Comercio. En Edimburgo ejercen cinco señoras; en Dublín dos, las hay también en Birmingham, Manchester, Leed y Bristol; de ellas 15 casadas. Cuatro hospitales de Londres están dirigidos por doctoras: sólo en el nuevo Hospital de mtijei-es hay siete, dos de ellas como profesoras clínicas. En el Dispensario para mtíjei-es ' i- niños hay cuatro; en la clínica de Obste tricia y en el Dispensario de Clapham, cuatro. En Edimburgo hay empleadas dos doctoras en el Hospital j, dispensa¡-¡o para miijei-es j, niños, y otras dos en otros dispensarios; la doctora Alice Mac-Laren está en el Leith Hospital, en el Dispensario de mtíjeres y niños de Bristol hay una doctora; en Biriningham, una doctora, una profesora clínica y dos practicantes intemas; en Manchester, una doctora en el Dispensario de mujeres y, niños. La London School of Medecine foi- Women, que en 1889 tenía 72 alumnas, cuenta entre sus 18 profesores cinco señoras, siendo una de estas el rector, María Dowson. La doctora Miss Waterston recibió de la Sociedad Fisiológica el primer título de especialista en enfermedades mentales. En Edimburgo y Dublín había en Iglo9, 29 alumnas, de las que siete obtuvieron primeras notas, y 17 menciones honoríficas. "

 

    Las Universidades de Calcuta, Bombay y Lahore, en la India inglesa, dieron entrada a la mujer en 1885. La dirección del Dispensario para mujeres en Calcuta, inaugurado en 1886, está a cargo de una doctora, y en el hospital de Bombay prestan tres sus servicios. Hoy ejercen en la India más de 100 señoras la Medicina.

 

    En la Facultad de medicina de San Petersburgo entró la primera mujer en 1872. Hasta 1883, estudiaron allí 1.091; de ellas, 80 casadas, 19 viudas y 992 solteras, de las que se casaron después 436. Obtuvieron 700 el título de doctoras. En la guerra con Turquía, y como hubiera gran falta de médicos, propuso el Gobierno a las estudiantes del cuarto y quinto año el servicio sanitario en el teatro de la guerra. Acudieron solícitas; y tales y tan grandes fueron los servicios que prestaron en los lazaretos y durante la epidemia tifoidea que se desarrolló después, y en la que muchas sucumbieron, que merecieron honrosísimos elogios y distinciones de profesores, comisiones, directores de hospitales, inspectores de Sanidad Militar, del Czar y de los soldados. En 1882, ya tenían 62 mujeres puestos en los hospitales de partido, 66 en otras casas de salud, 54 eran directoras de clínicas y laboratorios, 132 médicos comunales, 5 cirujanos y 16 alienistas, y muchas escribieron trabajos notables.

 

    Alemania permitió a la mujer el estudio de la Medicina en 1865, en Munich, donde estudió una; ya en 1869 había subido el número a 16; pero en 1880 se volvió a prohibir. En 1876, crió la doctora Francisca Tiburtius un pequeño hospital y clínica en Berlín, que con ella dirigen las doctoras Schmuss y Bluhm, habiendo recibido allí hasta Marzo del corriente aiio cerca de año cerca de 17.000 mujeres asistencia facultativa.
 

   En Salzburgo (Austria), dirige desde 1890 la doctora Rosa Kerschbaumet un hospital para enfermedades de los ojos, que goza de reputación, siendo auxiliada en sus trabajos profesionales por su marido, el doctor del mismo nombre.

 

    En Bélgica, había en 1889 tres alumnas en la Universidad de Bruselas, dos en Gante, cinco en Lieja. Una doctora que ejerce en Iselles se dedica a la asistencia de mujeres y niños.

 

    En Italia, estudian las mujeres desde 1876. Una doctora ejerce en Florencia, tres en Bolonia, una en Nápoles y una en Turín. La doctora María Ferné fue nombrada médico de Cámara de la reina de Italia en 1885, y la doctora Catan¡ es catedrático de Patología en la Universidad de Pisa.

 

    En España, se dio el primer título de médico a una señorita en 1882, y en la actualidad pasan de 20 alumnas matriculadas en las Facultades de Letras, Medicina y Derecho. Dña. Concepción Alexandre, en Madrid, es doctora de Medicina, médico auxiliar del Hospital de la Princesa y socia de número de la Sociedad de Ginecología Española; y la Srta. Solís, en Valencia, también es doctora en Medicina.

 

    En Finlandia, obtuvo en 1882 el puesto de médico municipal de Helsingfors la doctora Rosa Plerkel, a petición de 720 vecinos.

 

    La reina de Rumania ha nombrado médico de cámara a una doctora, y en Bukarest ejercen dos la Medicina.

 

    En la capital de Suecia, se matricularon cinco señoras en 1870, y en 1871 se creó para el estudio de la Medicina por mujeres un centro especial en Gotenburgo. La Facultad de Cristianía cuenta cuatro alumnas, tres cirujanas y dos señoras médicos. La doctora Carolina Widerstrom ha sido nombrada médico inspector de la Sociedad de seguros sobre la vida, Thlile.

En la China, goza de reputación la doctora americana King.

 

En el Japón, ha sido nombrada médico de cámara de la reina una doctora en Cirugía.

      En Ispahan (Persia), han fundado ifc,5 JOCIOrgy 7¿1 muj'eres mahometanas.

      En el Turquestán, ejerce una doctora. F,n la Universidad de Méjico, recibió el grado de doctor en Cirugía Doña Matilde Montoya.

       

        Además de la Medicina, se fue permitiendo a la mujer el estudio de la Farmacia, Derecho, Filosofía, Filología, Ciencias naturales, Matemáticas, Teología, Arquitectura, etc., y en todos estos ramos de humano saber ha ocupado un lugar distinguido.

     

       Solamente en Zurich estudian 26 señoritas Filosofía y Derecho. En Nueva York está abierta a la mujer la Facultad de Leyes de Columbia College. La doctora en Leyes Mrs. Emilia Kempin, después de estudiar en 1866, en Zurich, obtuvo una cátedra en el N.Y. Columbia College, donde ha explicado Derecho Romano, Antiguo Derecho Inglés e Historia del Derecho, fue nombrada profesora de Medicina Legal en la Esctiela de Medicina pai-a la mujei-, y es hoy Privat-docent en la Universidad de Zurich; goza de fama y tiene una extensa clientela como abogado. Su marido le ayuda en sus trabajos profesionales. En los Estados-Unidos, ejercen la abogacía 45 señoras. Miss Phebe Conzins fue la primera que en 1871 consiguió autorización para hacer una defensa ante el Ti-ibiinal de I.' Instancia de San Luis; Miss MacDonald, la primera que informa ante un tribunal territorial; Miss Belva Lockwood, 1879 subió a estrados ante el Tribtinal Stipi-emo de los Estados Unidos. Una japonesa, Tel-Sono, ha estudiado Derecho en aquellos estados y ha obtenido el título de licenciada. En Bélgica, recibió Mad. Popelin en 1888 el título de abogado, aun cuando pretendió sin éxito ser admitida a estrados.

     

        Si la mujer conoce la leyes y sabe aplicarlas, tiene aptitud para juzgar y pronto entrará en la carrera judicial. En el Estado de Wyoming tiene derecho a ser jurado.

     

        Doctoras en Filología son, entre otras, las Sras. Schubert-Feder en Berlín, Ricarda Kuch en Zurich y Clara Kühnast en Thorn.

     

        La Srta. Mestorff ha desempeñado durante muchos años el puesto de conservador del Museo de Antigüedades de Schieswig-Holstein, y en la actualidad es Director del mismo y miembro de varias sociedades científicas.

       

      En Boston, ha sido nombrada catedrático de Retói-ica Miss Myrke Furman.

       

        Un brillante examen en Matemáticas Stipet-ioi-es hizo en 1890 en Cambridge, obteniendo la más alta distinción que se concede Miss Fawcett, hija del célebre profesor y hombre de Estado del mismo apellido y de una madre no menos notable por sus escritos y su acción en pro de los derechos políticos de la mujer, de cuya Asociación es Presidente. En Vestervick  (Suecia), ha sido nombrada auxiliar en las clases de Matemáticas ' i- de Lengtias Alemana .i- Stieca de la Universidad, la Srta. Helga Lindner. El nombre de Sonja Kowalewsky vivirá en la historia de las Ciencias Matemáticas, no sólo como el de una mujer extraordinaria, sino como el de un genio de investigación. Rusa de nacimiento, mostró a los 12 años afición decidida por las Matenlá ticas; casada ya, estudió en Heidelberg y Berlín esta ciencia; escribió a los 21 años dos trabajos sobre Análisis superior y uno sobre la forma de los anillos de Saturno, que por su valor científico le valieron (sin examen oral) el título de doctora en Gotinga. Después se dedicó a la solución matemática del problema óptico sobre La ti-ansmisión de la lit: en ¿in medio e¡-istalino, problema cuya solución habían buscado en vano grandes matemáticos. En 1884, con 31 años, consiguió que se le permitiera explicar en la Universidad de Estocolmo como Pi-iv,at-docent un curso sobre la teoi-ía del Cálc-iílo diíéi-encial, y fue tal el éxito que obtuvo, que se creó una plaza especial para ella, siendo nombrada catedrático de Análisis Mateniátic~o. En la cátedra y con sus obras, adquirió una fama harto merecida. La prematura muerte, en 1891, de la primera mujer que en la Europa moderna ha ocupado el puesto oficial de catedrático en una Universidad, ha sido un pérdida inmensa, no solo para la causa de la mujer, sino para la Ciencia. Fue miembro de la Academia de Ciencias de Stiecia; y la Academia de Ciencias de Pal-ís, después de otorgar en 1888 a su Memoria sobre la Teot-ía del movimiento de tin ctiei-po sólido el primer premio, siendo éste de 3.000 francos, lo elevó a 5.000, en vista de su gran mérito. A más de matemáticas, era novelista y autora dramática, y como mujer, encantadora y de conversación animada y chispeante.

     

        La Srta. Müller estudió Botánica y obtuvo el primer premio en la Universidad de Zurich por su trabajo La anatomía compara de los pétalos de las .flores. Después hizo el grado de doctora en Ciencias y hoy es ayudante en la clase de Botánica que desempeña su marido, el conocido doctor Dodel en la Universidad de Zurich.

     

        Mad. Clemencia Royer ocupa por sus descubrimientos e investigaciones un puesto sobresaliente, a la vez, entre los asti-ónomos y entre los sociólogos y economistas. En 1862 defendió en el Congreso de Hacendistas celebrado en Bruselas por la Sociedad Internacional de Ciencias Políticas la contribución sobre la renta de la actividad personal y sus numerosos libros son universalmente apreciados. En Nueva-York murió hace pocos años la Srta. María Mitcheli, catedrático de Astronomía que en 1847 descubrió un cometa.

     

        La primera alumna de Teología fue Miss Ana Oliver, en Boston; hoy actúa como presbítero en una iglesia de metodistas de Brooklyn y goza de gran fama como oradora sagrada, lo mismo que Miss Margaret Van Cott. Misioneras, hay unas 2.400.

     

        En la OP-atoi-ia goza de nombre la señorita E. Nelson, que ganó hace poco en Mineapolis un premio como oradora, en contra de nueve opositores. La Tenipei-ance Union, en los Estados-Unidos, cuenta con elocuentes oradoras, y durante sus congresos brillan tanto por la valentía, persuasión y soltura de sus discursos, como por el talento parlamentario con que dirigen sus sesiones.

     

        En dicha República hay muchas señoras arquitectos. Miss Sofia Hayden obtuvo el primer premio de 5.000 pesetas en el certamen convocado para los planos del edificio destinado a trabajos de la mujer en la futura Exposición Internacional de Chicago y está encargada de la ejecución de las obras. El segundo premio se lo llevó Miss L. Howe, de Boston, y el tercero Miss Laura Hayes, de Chicago. El costo del edificio será de 1.000.000 de pesetas, próximamente.

     

        El talento organizado y administrativo de la mujer lo prueban las muchas sociedades de que es presidenta y las muchas instituciones de que es fundadora, y que adquieren gran desarrollo. Así, entre otras, la extensísima Tempep-ance Union, que preside en Washington Mrs. La Felrra, y el Comité para la sección de trabajos de la mujer, en la referida Exposición de Chicago, que con su presidenta Mrs. Potter Palmer ha emprendido con gran éxito la propaganda en favor de su obra y su realización. El Congreso de Higiene de los Estados-Unidos y del Canadá, celebrado en 1889, estuvo presidido por una mujer, Mrs. Dodds Dean, doctora del Higienie College de San Luís ¡Cuántos hospitales, casas de Beneficencia, asilos e instituciones de todas clases, no han sido fundados, dirigidos y administrados por mujeres! Cerca de Boston se encuentra una reputada penitenciaría para mujeres con 300 a 400 reclusas, que ha sido fundada y está dirigida, administrada y servida sólo por mujeres. Es una institución modelo, en cuanto a orden, disciplina y trato humanitario.

     

        Como escritora, publicista y periodista, cosecha cada día mayores triunfos la mujer. Son tantas, tan conocidas y algunas tan célebres, las mujeres que han dedicados sus actividades a estas profesiones, que creemos ocioso insistir en su aptitud para ellas. Sólo en los Estados-Unidos había en 1890 más de 1.150 escritoras y publicistas. En Rusia, existían en igual fecha 1.226. El Women's Penny, Paper, de Londres, se escribe, dirige, imprime y tira por mujeres. Solo en Kansas, hay 22 periódicos dirigidos por señoras. En Detroit (Estados-Unidos)se ha fundado una institución de enseñanza del periodismo para la mujer, y Miss Ethel Ingalis ha ocupado en 1889 un puesto entre los reporters en la Galería de la Prensa de¡ Congreso de los Estados-Unidos en el Capitolio de Washington.

     

        Miss María Schiller ha sido enviada como comisionado de la Exposición de Chicago a la América del Sur.

        En Elisabethtown (Estados-Unidos), ocupa el puesto de Director de Correos Miss Emily Todd Helm. Miss Emily Howland es Directora del Fii-st National en Auburn.

     

        Chicago cuenta con cinco señoras, Inspectoras de fábricas, colocadas por el Gobierno, que dan excelentes resultados.

     

        Msr. Sara Spencer es Directora de la primera escuela superior de Comercio de Washington, que tiene anualmente 325 alumnos de ambos sexos.

     

        En el Mississipi, actúa una señora de timonel en el mismo vapor en que su marido es capitán: y otras dos, que han obtenido el título de capitanes de barco, ejercen en el puerto de Nueva-York y en el río Mississipi, respectivamente.

     

        Dos señoras corren con la dirección y jefatura de las estaciones de Eweslley y Brinkbarn, en Northumberland.

     

        En los Estados Unidos dirigen 15 señoras casas de Banca, que en su mayoría les pertenecen.

     

        En América, viven 238 mujeres de la fotografía; 2.559 son maquinistas, 24, dentistas; 32, agentes de negocios;  33, fabricantes de armas; 8, directoras de fábricas de cervezas; muchas, ingenieros agrónomos, directoras, y administradoras de fincas, apicultoras en grande escala, como Miss Hodgdon. (En Londres es presidenta de la Sociedad de Agricultores la baronesa Burdett Couts). 18.698 mujeres son comerciantes e industriales y de 5 a 6.000 están empleadas sólo en las Oficinas del Tesoro.

     

        Cuánto ha hecho y viene haciendo la mujer en instituciones benéficas, o por sí sola en obras de caridad, bien conocido es de todos. Por eso nos limitaremos a citar algunas de aquellas iniciativas y empresas que, por su punto de vista más general, por su más ancho campo de trabajo y propaganda, tienen más bien el carácter de mejoras sociales que el de meros actos caritativos.

     

        En favor de la condición material y el alojamiento del pobre trabajan la inglesa Miss Octavia Hill y la americana Miss Collins; Mrs. Serafina Butler creó la vasta Federación Internacional contra la prostitución reglamentada; mujeres dirigen los Home y Asilos suizos, de Viena, Budapest, San Petersburgo, Londres y París. En esta última ciudad, trabajan las protectoras de la Caridad Maternal. La Sra. Lina Morgenstern es iniciadora de las Cocinas populares y de otras sociedades benéficas, en Berlín. Miss Clara Barton es superiora de la Sociedad de la Cruz Roja en Washington. La baronesa Bertha von Suttner es incansable propagandista de la paz, fue presidenta del Congreso Internacional de la Pa--, celebrado recientemente en Roma y además es escritora notable y directora del periódico Die Waffen nieder! (¡Abajo las armas!). Y ya que hablamos de mujeres en el campo de las mejoras sociales, no olvidemos a nuestra Dña. Concepción Arenal, que con sus trabajos en favor de la causa de la mujer, de la beneficencia y filantropía, de la solución de los problemas sociales, de las reformas penales y sobre todo con sus obras sobre el pauperismo y las penitenciarías, ha demostrado ser tan profunda pensadora como mujer justa y de gran corazón: es la valiente defensora de oprimidos y desheredados. Varios trabajos suyos han sido premiados por la Academia de Ciencias Morales y Políticas; presentó al Congreso Penitenciario celebrado en Estocolmo en 1878 un trabajo de reconocido mérito.''

     

        Como al hablar de las aptitudes de la mujer queremos probar que tiene, ó que puede desarrollar, las suficientes para todas las profesiones, deberíamos enumerar también aquellas mujeres que por sus grandes virtudes y talentos sociales han demostrado y demuestran su capacidad política, económica, administrativa, etc. Renunciamos, sin embargo, a ello, por ser tantas las que, ya directa, ya indirectamente, han regido el destino de un país 6 han tomado parte decisiva en su política, sus negocios, sus reformas, etc., y por pertenecer a la historia política, tan conocida por todas. Mas conviene apuntar los conquistas de derechos políticos que han hecho recientemente en algunos países.

     

        En Boston, con 360.000 habitantes, ejerce la mujer el derecho a tomar parte en las elecciones municipales, y lo hace con gran circunspección, independencia, conocimiento del bien público y valentía. El Estado de Wyoming (Estados-Unidos), que otorga a sus ciudadanas el derecho de sufragio, acaba de elegir por el distrito de Laramie County a Miss Emma Schulte y Mrs. Fedelia Elliot, como delegados para representarlo en el Congreso de P~1,oming, preparatorio para la elección de presidente de los Estados Unidos. En el Estado de Kansas, también tiene la mujer derecho electoral, estando en las ciudades de Cottonwood y Rossville la Administración y el Gobierno en sus manos. En Washington, se está edificando una escuela para dar educación industrial y política a la mujer.

     

        En Inglaterra, por el Piiblic Health Act de 1848, no se excluía a la mujer de la elección de las Juntas de Sanidad. En 1870, se admitió la representación femenina en los Comités de educación; en 1888, se le concedió el voto activo y pasivo en la esfera de la administración municipal, saliendo aquel año en Londres cuatro señoras electas concejales. Derecho electoral activo tienen todas las mujeres en la isla de Man, entre Inglaterra e Irlanda, y las de Port St. Peter (Guernesey). En Suecia, Dinamarca y Croacia, tienen iguales derechos en el orden pedagógico y municipal. En Francia, tienen voto en la elección del Tribunal de Comercio, y en todas partes, donde tras encarnizadas luchas y largas resistencias supieron vencer añejas preocupaciones, han probado con los hechos que no son indignas de querer tomar parte directa en los destinos de la Humanidad.

     

        Con esta pequeña e incompleta estadística, nos proponíamos demostrar que la mujer, a pesar de un pasado que la oprime y de un presente, que con sus preocupaciones, costumbres y temores la estrecha, ha sabido desplegar sus actividades y mostrar que a su cerebro de mujer, no estaban vedados los altos vuelos del pensamiento; que su voluntad y sus fuerzas superaban en mucho a lo que de ellas se creía. No se nos objete, que las sobresalientes fueron las menos, puesto que en los hombres los sobresalientes no son, por cierto, los más ¿Cómo extrañarnos, tampoco, del inmenso mayor número de hombres notables, si comparamos cuánto más se ha hecho y se ha gastado siempre, se hace y se gasta hoy mismo, en la educación del hombre, con relación a la mujer, por la familia y el estado? Y sin embargo, ¿cuántos, entre todos los hombres, se dedican a profesiones superiores? Un pequeño número. Y de éste, ¿cuántos tienen verdadera aptitud y vocación para la profesión que eligen? -Cuántos llenan cumplidamente los deberes del puesto que llegan a ocupar? Los menos.
     

    Argumentos en pro y, en contra del movimiento en favor de la mujer

     

        La gran mayoría de las gentes dificultan el movimiento en favor de la mujer. Los más, como indiferentes; los menos, como encarnizados enemigos: los hombres, más bien por egoísmo; las mujeres, por ceguedad.

        Hay quien invoca la tradición y la costumbre, que ya hemos visto antes cómo se formaron y cómo están sometidas a las leyes de la evolución; quién alega la inferioridad física e intelectual de la mujer, que ya hemos tratado de refutar con hechos y números.

     

        No alcanzamos a comprender qué se cree propio de la mujer el puesto de hermana de la Caridad, y se opone tenaz resistencia a la profesión aquí más frecuentemente emprendida por ella: la de médico ¿Cuánta más resistencia física no necesita la primera? Respecto a facultades intelectuales, han demostrado tenerlas cantas ejercen la Medicina: esa pléyade de doctoras, directoras de hospitales y dispensarios, profesores clínicos y catedráticos. La oposición no está, pues, basada en falta de aptitudes, sino en la creencia de que con el estudio de la Medicina padecen el pudor y la delicadeza de la mujer. A esto hay que replicar que también la enfermera, la hermana de la Caridad y las socias de la Cruz Roja están obligadas a ver y a hacer cosas que lastimarían su pudor, si no estuviesen llenas, como puede estarlo el médico, de la idea de su misión; y que al ser oculistas, alienistas, cirujanas, etc., y al dedicarse, como hacen siempre la mayoría, a enfermedades de mujeres y niños, no sólo producen un bien inmenso a la humanidad (porque, por ser mujeres, comprenden mucho mejor los padecimientos de unas y otros), sino que son más bien guardadoras del pudor de sus hermanas ¿Por qué se ha de hacer la sociedad protectora del pudor de un corto número de mujeres que, por vocación, amor a la ciencia y firme voluntad son estudiantes de Medicina, venciendo ciertas repugnancias (además, en los Estados-Unidos e Inglaterra hay ya Universidades especiales para la mujer), y ha de olvidar o menospreciarla el de la inmensa mayoría de las mujeres, que en partos, enfermedades propias de su sexo, operaciones, etc., al tener que recurrir a médicos, o ser entregadas en hospitales, clínicas a estudiantes y practicantes poco púdicos, ha de violentarse y ofenderse? ¿Será de absoluta necesidad el ejercicio de la Medicina por mujeres en los países donde el culto mahometano prohíbe a más de 50 millones de mujeres el ser vistas por un hombre extraño? ¿En la India Inglesa, que viven separadas de todos los hombres, excepto de sus parientes más cercanos; donde un leve roce es vergüenza y deshonra; donde, por lo tanto, están condenadas 40 millones de mujeres a morir sin asistencia facultativa?

     

        A los que temen pierda la mujer-médico la sensibilidad y ternura femeninas, les diremos que la ciencia, la verdad desnudada, no embotan las fibras del sentimiento, muy al contrario de la mayoría de esas producciones dramáticas y cómicas y de esas novelas hoy en boga, de las cuales el sentido moral no suele salir muy bien parado.
        Otros, siendo sus protectores de buena fe, aunque de manera equivocada, rechazan la participación de la mujer en las profesiones, porque juzgan que los esfuerzos de inteligencia y voluntad que llevan consigo los estudios, las competencias, el ejercicio profesional, las luchas, afanes, sinsabores, y desengaños de una vida de actividad fuera de¡ hogar, exigen un gasto de fuerzas físicas y anímicas que redunda en perjuicio suyo y de sus hijos ¡Como si el trabajo de la obrera, en el mayor número de fábricas y talleres, de la costurera a máquina, de la lavandera, planchadora, etc., en condiciones normales excesivo, y por añadidura frecuentemente malsano, no fuera horriblemente perjudicial para la mujer embarazada! ¡Como si el corsé, productor de innumerables enfermedades, los altos tacones, causa de desviación de la matriz, las antihigiénicas colas, la vida sedentaria de nuestras señoras, el menosprecio del desarrollo físico, etc., no fueran poderosos enemigos de la maternidad! Parécenos que el mal para la procreación y el perfeccionamiento de la especie no está en que la madre ejerza una profesión, sino en que pierda el equilibrio de todas sus fuerzas. Así como la mujer del pueblo no nos lega hoy generaciones robustas, porque a su trabajo, tras ser excesivo, no corresponde su alimentación, y la señora, con laborioso embarazo y escasa o ninguna lactancia, produce hijos endebles, porque en diversiones y holganza descuida sus actividades físicas, así la mujer docta cumpliría mal sus deberes maternales, si a fuerza de ser docta dejara de ser mujer. Pero lo mismo que el filósofo, el matemático, el abogado, etc., ante todo debe ser hombre, así la mujer verdaderamente ilustrada, conocedora de las necesidades de todo su ser, sabrá apreciar bien sus funciones y deberes de madre, procurará el desarrollo armónico de todas sus facultades y contribuirá material y moralmente al perfeccionamiento de la especie.

     

        El temor de que la mujer docta quede soltera o no sirva para casada, está refutado con el hecho, anotado en la segunda parte de esta Memoria, de que muchas estudiaron ya casadas y otras muchas se casaron después de estar ejerciendo alguna profesión. Se distinguen estos matrimonios por reunir todos los elementos posibles de felicidad, pues que están compuestos de seres independientes, instruidos y de fortaleza moral, con identidad de opiniones y gustos.

     

        Se dice que el ejercicio de una profesión en la mujer supone el abandono de los hijos; pero de todas las obreras, lavanderas, criadas, costureras, empleadas en el comercio y en correos, artistas, maestras y escritoras que existen en la tierra, ¿cuántas no están obligadas a entregarlos a manos extrañas o a dejarlos abandonados? Y sin embargo, nadie clama contra esas ocupaciones, porque, según la costumbre, esas son propias de la mujer; todos aceptan que la señora entregue sus hijos a personas incultas y asalariadas, mientras está ocupada en visitas, teatros, reuniones, bailes y tiendas, con la modista o con una mala novela. Si la mujer del pueblo, tras largas horas de trabajo fuera de casa, cuando viene al hogar y la esperan multitud de quehaceres domésticos, halla tiempo para cuidar y tener en brazos a sus hijos, para prodigarles caricias y dedicarse algo a aquellos pedazos de sus entrañas ¿por qué la mujer instruida y de mejor posición no había de tener horas que dedicar a los suyos? Horas que, si no mayores en cantidad que las que generalmente hoy las madres le dedican, seguramente lo serían en calidad.

     

        Pensemos además en el gran número de mujeres que no llegan a casarse (sólo en Alemania hay cerca de millón y medio más de mujeres que de hombres), o que pueden dejar su profesión al contraer matrimonio, como hoy hacen la mayoría de las institutrices; pensemos en las viudas que se ven obligadas a cuidar del sustento y educación de sus hijos y veremos que es injusto apartar a todas estas de la posibilidad del ejercicio de una profesión y privarlas de medios de subsistencia por invocar deberes maternales que podrían descuidarse.

     

        No queremos decir que la mujer se eduque desde luego para una profesión; creemos que la Escuela Superior, equivalente a nuestros Institutos de segunda enseñanza (pero reformados conforme a las exigencias de la Pedagogía moderna, en método, materias, calidad y duración), debe darle un grado de cultura general que, sirviendo de base a estudios más elevados, la prepare a la vida, no descuidando proporcionarle los conocimientos de Higiene, Economía doméstica, y Pedagogía, que a nuestro juicio le son indispensables. La que después se encuentre con grandes aptitudes y energías para seguir una carrera, sígala en hora buena.

     

        Además de todos estos, hay muchos otros argumentos en contra de la participación de la mujer en las profesiones. Se aduce que, al estar en aptitud de valerse y ganarse la vida por sí, ha de emanciparse de la tutela del hombre; que la igualdad de derechos ha de traer perturbaciones en la familia; que la vida del hogar perderá la poesía y el encanto que le da la dulce y cuidadosa compañera; que la entrada de la mujer en el campo del trabajo del hombre, traería tras sí un exceso de aspirantes a todos los puestos, haciéndose la lucha y la competencia entablada hoy mucho más encarnizada; que el hombre es el que tiene el deber de trabajar para la familia, de cuidar y de proteger a la madre y a los hijos; que ella no puede ir a la guerra, y no pudiendo cumplir ese deber con la patria y la sociedad en que vive, no tiene derechos políticos ni sociales.

     

        Que la mujer se emancipe de la tutela del hombre, parécenos, además de justo, como ya expusimos, de necesidad absoluta, si a la dignificación de la humanidad aspiramos.

     

        Las perturbaciones en la familia por la igualdad de derechos, ni las tenemos ni las vemos realizadas en el sinnúmero de matrimonios contraídos por mujeres que ejercen profesiones. Antes bien, descansan estas uniones en la única base moral de¡ matrimonio: en el amor. Son enlaces de libre elección y no de conveniencia; la mujer libre, conocedora de su propio valer, ni se vende, ni considera el matrimonio como medio de colocación durante la vida; no entra en el hogar como una niña mimada, sino como una mujer que sabe lo que a sí misma, a su marido, a sus hijos y a la sociedad debe, Y la persona que, al par que sus derechos, conoce bien sus deberes, no lleva la perturbación a ninguna clase de relaciones que contraiga.

     

        Sí la vida del hogar pierde su encanto al aportar la mujer con su trabajo medios de subsistencia, al trocarse la poética figura de la dulce y sumisa esposa en animosa y esforzada compañera, creemos que ese encanto y esa poesía, más que realidades eran ilusiones de nuestra fantasía, que no tenían por cimiento la verdad de la vida.

        El número de casamientos se aumentaría, mientras que de día en día va disminuyendo con espantosa rapidez; porque entre dos que ganan es más fácil atender a las muchas necesidades de la vida actual; se viviría más holgadamente, y si se perdían elementos ficticios de poesía, reñida con la carencia de lo necesario, se ganarían de bienestar.

     

        El exceso de candidatos para los puestos existentes y la mayor competencia que habría de resultar, exigirían mayores aptitudes para poderlos ocupar, y esto traería consigo la selección en bien del progreso. Si en la lucha las mujeres resultaban más aptas, no se habrían perdido para la humanidad sus sobresalientes facultades; si los hombres, muchas de ellas se retraerían de la lucha, dejando a estos el campo.

     

        La depreciación excesiva del trabajo, en éste como en todos los terrenos, surgiría sólo, pagando menos, como hoy sucede, el de la mujer, aunque sea igual que el del hombre en cantidad y en calidad, El problema del trabajo de la mujer forma parte de la grave cuestión social que por doquier vemos planteada; y para resolverla, no pueden hacerse distingos entre el trabajo manual y el intelectual; no cabe la división de oficios y profesiones exclusivos de hombres y de mujeres.

     

        No creemos que sea el hombre el único obligado a mantener la familia; pero sí opinamos que durante el periodo de gestación y lactancia debería abstenerse la mujer de todo trabajo que pudiera perjudicar al hijo y que, durante esos períodos, el hombre estaría, como padre, en el deber de trabajar por todos, así como la madre en el de dedicar sus actividades físicas y anímicas al completo y armónico desarrollo de nuevo ser. Pero la vida con sus necesidades, la sociedad con sus deficiencias e injusticias, oponen a este deber la imposibilidad de cumplirlo en la casi totalidad de los casos; ni el hombre puede prestar todo el trabajo, ni la mujer dedicarse a sus funciones de madre. Mas si no puede ¿le perjudicará más acaso la fatiga intelectual que la física?

     

        Queda sólo la razón aparente de que, al no cumplir la mujer con los deberes militares que la patria le impone, no puede tener derechos políticos; y decimos razón aparente, porque al negar la razón de la guerra, negamos la existencia de deberes militares, tales como hoy se entienden. Consideramos la guerra como el bárbaro legado de tiempos de incultura, como vestigio del estado de animalidad primitivo del hombre; el militarismo, como causa de muchos males, entre ellos el de la servidumbre de la mujer y al pretender rehabilitarla, aspiramos a reemplazar los odios de razas y naciones por el amor a la humanidad.

 
8. En el reino animal, son el gallo, pavo real, ganso, ciervo, león, etc., más hermosos que las hembras de su especie. La yegua, burra, mula, perra, gata, liebra, coneja, etc., no son. por ser hembras, más débiles que los machos. En la especie humana son las mujeres de las razas inferiores más feas que los hombres (Spencer), y suelen tener las mismas fuerzas: as¡ dicen los Chipeuayos: "una sola mujer puede llevar o arrastrar tanto como dos hombres"(Heame). En la provincia de Cubeba, combaten junto a los hombres (Bancroft). Entre los haidahs del Pacífico., poseen el derecho de ejercer el mando de la tribu, y son hereditarios los honores en línea femenina (Bancroft). En Samoa, los hombres guisan y atizan el fuego (Spencer). En Angola hilan y tejen (astley). El abisinio lava la ropa (Bruce), y entretanto las mujeres dirigen los negocios y hacen los trabajos fuera de casa.

 

9. Cuantos datos estadísticos enumeramos, están tomados de: Zzír Fi-aiten.fi-age, por Irma von Troll-Borostyáni; La mzíjer médico en el siglo XIX, por la doctora Schultze: Die  árt.-tliche Beriíf~bilditng z(nd Pi-axis dep- FP-aiten, por la doctora Kerschbaumer; La rehabilitación de la m- & L¿ibra y de fa colección Frauenberuf

 

10. En los momentos de imprimirse esta Memoria funciona ya en Escocia la nueva ley admitiendo a la mujer a los estudios y grados universitarios.-V. el núm. 382 del Boletín de 15 de enero último.

 

11. En los momentos en que entra en prensa este trabajo, lamentamos la dolorosa pérdida de esta santa y generosa mujer, cuyos escritos serán siempre manantial de consuelos para todos los que padecen víctimas de las miserias sociales, y código imperecedero del bien, de la caridad y de la justicia.
 
 

Artículos publicados  

  • La primera colonia escolar granadina. Memoria presentada por su directora Dña. Bertha Wilhelmi a la Real Sociedad Económica de Amigos del País

  • La primera colonia escolar granadina

  • Aptitud de la mujer para todas las profesiones

Publicaciones sobre B.W. 

  • Feminismo, educación y filantropía en la Granada de entresiglos: Berta Wilhelmi

  • Bertha Wilhelmi y su defensa de la aptitud de la mujer para todas las profesiones

  • Dña. Berta Wilhelmi introductora de la Apicultura movilista en Granada


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Bertha Wilhelmi y su defensa de la aptitud de la mujer para todas las profesiones

Artículo: Pilar Ballarín Domingo (Universidad de Granada)

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    En 1992, el Congreso Pedagógico Hispano Portugués y Americano, se ocupará en su sección 5a. de la Educación de las mujeres y designará para las vicepresidencias primera y segunda de la misma a Dña. Emilia Pardo Bazán y Dña. Bertha Wilhelmi.

 

    En la sesión general del mismo, tras las intervenciones de Emilia Pardo Bazán y Carmen Rojo, ocupó la tribuna Bertha Wilhelmi para defender la que denominó Memoria y datos estadísticos sobre la aptitud de la mujer para todas las profesiones, que posteriormente será publicada en el Boletín de la Institución Libre de ensefianza como La aptitud de la mujer para todas las profesiones' y que aquí transcribimos.

 

    La memoria de Bertha, una de las primeras presentadas al Congreso tuvo, según palabras de Labra, "sentido más radical que la Sra. Pardo Bazán" y, en un Congreso en que se oyeron voces de insignes pedagogos, como Mariano Carderera, que insistían en que "lo que no debe ofrecer duda es que no debe fomentarse, ni menos excitarse en ella -la mujer-, las aspiraciones a salir de su esfera ",' Bertha se atrevió a defender que las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres a ejercer todas las profesiones y ocupar todos los puestos. La polémica que desató fue notable y, a pesar de su argumentada propuesta, defendida también por otros y otras congresistas, se rechazó, en las conclusiones del Congreso, facilitar a la mujer la cultura necesaria para el acceso a todas las profesiones.

 

    Nuestra autora no ha transcendido a su época ni en ámbitos pedagógicos ni feministas a pesar de su constante actividad y su sólido pensamiento. Tal vez esto se explique porque, por un lado, no es profesional de la educación y por otro, su marco de actividad, la Ganada de entresiglos, no vio en ella un ejemplo para sus mujeres. Su apellido, alemán, la identificó como extranjera y, como tal, alejada de nuestra realidad.

 

    Poco conocíamos de esta excepcional mujer hasta que en el año 1989, ímpresionada por la firmeza de las ideas por ella expuestas en el documento que presentamos, me interesé en indagar más sobre ella. Esta primera investigación vio la luz en el año 903 y, aunque bastante fructífera -nos permitió reconstruir su vida y buena parte de su actividad- dejaba abiertos muchos interrogantes en los que sigo empeñada.

 

    La familia Wilhelmi se asienta en Granada hacia 1870, cuando Bertha cuenta solo 12 años. No tenemos ninguna noticia de sus primeros años, de su formación, aunque la peculiar personalidad de su madre, Carolina Henrich -librepensadora muy inteligente y de mucha valía, en palabras de Cossío,' y según testimonios familiares, persona muy activa, de ideas "radicales" que viaja constantemente y pasa grandes temporadas en Alemania-, nos la sitúan en un medio familiar liberal, laico, atípico en la Granada de la Restauración. La ausencia de libros que le pertenecieran, correspondencia o testimonios sobre cómo y dónde se educa, hace que achaquemos a la cultura germánica la peculiaridad de sus ideas, ya que difícilmente pudieron tener otro origen su positivismo, filantropía, sus ideas naturalistas, higienistas y educativas, su interés por la astronomía...

 

    Se casó siendo aún muy joven con Fernando Dávila Zea y a los 21 años era ya madre de dos hijos. Separada de su primer marido, en 1912 se encuentra de nuevo casada con Eduardo Domínguez, republicano lerrouxista, encargado de la Fábrica de papel de los Wilhelmi, La mayor actividad de Bertha, al menos por lo que hasta ahora conocemos, se produce en la plenitud de su vida, entre 1890 y 1920, cuando sus hijos sobrepasan los diez años, periodo en que se separa del Sr. Dávila y casa con el Sr. Domínguez.

 

    Su actividad le llevó a ser reconocida como "ilustre señora" y "dama ejemplar" en su época y, posteriormente, como el más claro exponente de la Institución Libre de Enseñanza, en Granada, en lo que a primaria se refiere~. En intima relación con Hermenegildo Giner y Fernando de los Ríos y en contacto con Francisco Giner -según correspondencia que nos encontramos estudiando- organiza las Colonias Escolares en esta provincia y dirige la primera de ellas'; funda, a expensas suya, una escuela mixta en Pinos Geníl, al tiempo que una Biblioteca popular dotada con 600 volúmenes, que donará posteriormente al Ayuntamiento y promueve el primer Sanatorio Antituberculoso en la Alfaguara.

 

    Bertha, con el texto que presentamos, pretende, como ella muy bien expresa al final de su exposicion "demostrar que la mujer, a pesar de un pasado que la oprime y de un presente, que con sus preocupaciones, costumbres y temores la estrecha, ha sabido desplegar sus actividades y mostrar que a su cerebro de mujer, no estaban vedados los altos vuelos del pensamiento; que su voluntad y sus fuerzas superaban en mucho a lo que de ellas se creía".

 

    Este trabajo no es ajeno a las ideas positivistas. Comte y Stuart Mill se traslucen como fuente constante de argumentos para Bertha aunque no siempre explicite sus nombres. El cristianismo, el peso de la tradición el "imperio del militarismo sobre el industrialismo" le sirven de explicación a la situación de las mujeres, pero prevalece su fe en el cambio de usos y costumbres ya que, para ella, "las leyes sociológicas (están) sometidas a un continuo proceso de evolución". Se defiende de la naturalización de las diferencias con doctrinas de corte evolucionista y, frente a los escépticos, los "hechos y números" serán su argumento. Es por esto que el grueso de su memoria lo constituye una exhaustiva recopilación de datos de mujeres que han estudiado y ejercido en las más diversas profesiones en todo el mundo, datos que, en parte, serán citados por Adolfo Posada en sus artículos sobre Feminismo.'

 

    Tras una exhaustiva exposición de las mujeres que han destacado y destacan en esos momentos en el Derecho, Matemáticas, Botánica, Astronomia, Teología, Oratoria, Arquitectura, Administración y organización, escritoras y publicistas, etc... y, sobre todo y en primer lugar, en la Medicina -no se detiene en la profesión de enseñante por considerarla menos discutida-, se refiere a las conquistas de los derechos políticos en algunos países y, concluye su exposición, argumentando la "necesidad absoluta" de emancipación de la tutela de¡ hombre.

 

NOTAS

 

1.    WILHELMI, Bertha: "La aptitud de la mujer para todas las profesiones" en Boletín de la Institiíción Libre de Enseñanza (BILE), 388 (1893) 97-102; 389 (1893) 113-118; 390 (1893) 129-133
2.    CARDERERA, Mariano En Actas del Congreso Pedagógico Hispano Portugt<és Americano 1892, Madrid, Vda. de Hemando y Cia., 1894, pág. 317. Cit. en BATANAZ PALOMARES, Luis: La educacián española en la crisis defin de siglo, Córdoba: Diputación provincia¡ de Córdoba, 1982, p. 160
3.    BALLARIN DOMINGO, Pilar: "Feminismo, educación y filantropía en la Granada de entresiglos: Berta Wilhelmi". En BALLARIN, Pilar y ORTIZ, Teresa (Eds.): La Mujei- en Andalucía ler. Encuentro Interdisciplinar de Estudios de la Mujer. Seminario de Estudios de la Mujer y Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada. Granada 1990, pp. 341-356
4.    Academia de la Historia. Caja n' 7 Francisco Giner. Carta de Cossío a Giner 11/7/92
5.    GINER DE LOS RIOS, Gloria: "Reflejos de la Institución". Boletitt de la Coi-pol-acióii ile .4iitigtios aliít?iiios de la "lpistitiicióii Libi-e de Eiiseñanza " del "Institzito Esctíela ' ide la "Re.yidencia cle Estíídiatites " epi tfadi-id. Grupo de México. Circular n' 66. México 28 de no\ ieiiibre de 1963
6,    WILHELMI. Beria: "La priiiiera colonia escolar graiiaditia"BlLE, 345 (1891) 177-184
7.    POSADA. Adolfo: Fep;iiptispiio. Madrid: Cátedra. Clásicos Feiuiilisinos.1994

 

 

 

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Dña. Berta Wilhelmi, introductora de la Apicultura movilista en Granada

Artículo: Francisco José Orantes Bermejo
Asociación Provincial de Apicultores de Granada

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 Nació esta ilustre señora en la localidad alemana de Heilbronn en el año 1858, y se instaló en Granada hacia 1870 al amparo de su hermano Fernando Wilhelmi [Henrich] Schaeuffelen, un ingeniero que vino a Granada a montar dos fábricas de elaboración de papel. Se casó a los dieciocho años con D. Fernando Dávila Zea, de la noble familia de los Ponce de León.

 

    Mujer excepcional de talante liberal, empresaria, escritora, pedagoga y filántropa abordó con éxito un sin fin de campos en los que fue precursora y pionera. Así puso en marcha la Primera Colonia Escolar de Granada en la localidad de Almuñecar, y fue pionera en la lucha antituberculosa en Granada, creando primero el centro "Las Acacias" en El Purche, y después, fundando el Patronato Antituberculoso de la Alfaguara (con el cual se inauguraron sanatorios y preventorios para niños).

 

    Sin embargo muy pocos conocen la relación de Berta Wilhelmi con la APICULTURA, y que entró como socia de mérito en la Real Sociedad Económica de Amigos del País con unos trabajos sobre la apicultura.

 

    En el año 1.888 hubo en Granada una Exposición de Agricultura, celebrada en La Alhambra, en el Palacio de Carlos V, bajo los auspicios del Ayuntamiento de Granada y la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Granada. Allí Dña. Berta Wilhelmi, presentó una muestra de sus colmenas, de tipo movilista modelos Dathe y Gravenhorst, por lo que la podemos considerar como la madre de la apicultura movilista en Granada y una de las primeras introductoras de este tipo de colmenas en España, acercándose a nombres históricos del sector como Francisco Femenias Andreu, Enrique Mercader Belloch o el Padre Benigno Ledo.

 

    Desde años antes Dña. Berta practicaba la apicultura, y tenía montados estos colmenares, ya que así lo manifiesta D. Luis Morrel y Terry en 1.888 en su libro "Causas de la decadencia de la Agricultura en Granada y modos de remediarla". Sin embargo desconozco todavía la fecha exacta del inicio de esta actividad. En la citada Exposición de Agricultura, los participantes entregaron una memoria con los productos que exponían, pero parece que los Archivos existentes en Granada se han tragado cualquier noticia de esta Exposición y han sido infructuosas las búsquedas en el Archivo Histórico Provincial de Granada, Archivo de la Real Chancillería, Archivos Municipal, Archivo de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Granada y en el Archivo de la Alhambra. Si he encontrado algunas referencias en los diarios locales de ese año (El Popular y El Defensor de Granada) que se hicieron eco de la noticia. De la colmena Dathe, dice que es para aficionados, con dos cuerpos y un enrejado para que la reina no pase arriba. De la Gravenhorts dice, es para practicar la apicultura a gran escala, realizando entre 6-8 castras al año y pesando estas colmenas entre 3 y 4 arrobas en tiempo de cosecha. Parece que el hurto también se practicaba por entonces ya que las colmenas dispon¡an de un candado para "asegurar su contenido".

 

    Dña. Berta murió en el 29 de julio del año 1.934 como consecuencia de un derrame cerebral ocurrido tres años antes, el Defensor de Granada lo recoge así "Doña Berta Wilhelmi, la dama ejemplar, profundamente caritativa, que tantas pruebas de amor al desvalido ha dedicado durante toda su vida dedicada a hacer el bien, la que dedicó todas sus actividades, capital y esfuerzo a mirar por la salud del pobre, conocidísima y apreciada por todos, murió tras larga y penosa dolencia".
 

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REMEMBRANZAS DE LA ALFAGUARA

Artículo: María Belén Puertas Única

(http://blogdebelenpuertas.blogspot.com.es/)

 

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La fotografía nos muestra el Sanatorio de Tuberculosos de la Alfaguara (Alfacar) recién inauguración en el año 1923/fotografía facilitada por el periódico Ideal del artículo de Juan Bustos.

 


Con la intención de prestar auxilio a los enfermos de tuberculosis nace la idea del sanatorio por parte de Doña Berta Wilhelmi Enrich, ciudadana alemana de Heilbronn nacida en 1858 en Schrieshein (ducado de Badem), que había perdido a su hermano Luis de doce años por dicha enfermedad y que se encontraba en 1870 junto a su familia en el pueblo de Pinos Genil donde su padre Fernando Wilhelmi y Fommé compró en 1866 junto a su socio don Luis Lemmé la fábrica de papel, más conocida como "El Blanqueo".


Se forma el Patronato Popular de Antituberculoso de la Alfaguara, presidido por D. Alejandro Otero (catedrático de la Facultad de Medicina, ginecólogo y enfermo de esta patología) el doctor D. José Blasco Reta, secretario D. Luis García (abogado y marido de doña Berta) y como tesorera Doña Berta.


Los terrenos consistentes en tres hectáreas fueron donados por el ayuntamiento en la zona Haza del Pinar a 1400 metros de altura sobre el nivel del mar, el arquitecto que realizó el proyecto fue Fernando Wilhelmi Manzano y las instalaciones se inauguraron el 17 de mayo 1923 a las cuatro de la tarde, contando con innumerables personalidades de distintos ámbitos ;tales como el gobernador militar, el gobernador civil, el arzobispo, catedráticos, médicos, decanos y representantes del Ayuntamiento de Granada y de Alfacar, además de muchísimo público.


El sanatorio contaba con dos plantas y con veinticuatro camas, doce para hombres y doce para mujeres. La reina Victoria Eugenia presidenta de la Cruz Roja de Damas realizó un valiosísimo donativo pra la adquisición de mobiliario. La mayoría de las plazas eran gratis y otras a media pensión costaban 3 pesetas, donde se les ofrecía una alimentación adecuada con pan ,carne y leche. Las instalaciones eran de lo más innovadoras de aquella época contando con salas de consultas, salas de cura, de cirugía general, de otorrinolaringología, solarium, galería de reposo, calefacción a vapor, pararrayos, agua corriente traída desde Fuente Fría, cocinas y cuartos de baño, lavadora y más tarde luz eléctrica, era el primer edificio de su clase instalado en España y podría compararse con los mejores sanatorios suizos.


En Noviembre de 1923 se le concede a Doña Berta la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia en reconocimiento a su gran labor caritativa. Se inauguraría el 16 de mayo de 1926 un pabellón de verano en los terrenos anejos al Sanatorio con dieciséis camas para niños/as que llevaría el nombre de su hijo Luis Dávila Wilhelmi, fallecido en marzo de 1925 en un accidente de aviación ocurrido en el aeródromo de Armilla.


Doña Berta fue una mujer ejemplar, de talante liberal y muy adelantada a su época ya que fué empresaria, escritora, pedagoga y filantropa abordó con éxito un sin fin de campos en los que fue precursora y pionera. Puso en marcha la primera Colonia Escolar de Granada en la localidad de Almuñecar. En 1888 presentó en la Exposición de Agricultura celebrada en la Alhambra en el Palacio de Carlos V, una muestra de colmenas de tipo movilista modelo Dathe y Gravenhorst, con las que introdujo este tipo de colmenas en España. En 1912 construye a sus expensas una escuela mixta con capacidad para 13 escolares y una biblioteca que contaba con 600 volúmenes en Pinos Genil.


En 1931 Doña Berta sufre un derrame cerebral y muere el 19 de julio 1934,dejando dicho que a su muerte les dieran a los pobres todos los gastos que podría importar un entierro. Así lo cumplió su familia y se enterró en el Cementerio de Granada pero sin lápida ni mausoleo.


La prensa recogió este hecho así: "Una tristísima noticia tenemos que comunicar a nuestros lectores, Doña Berta Wilhelmi la dama ejemplar profundamente caritativa, que tantas pruebas de amor al desvalido ha dado durante toda una vida dedicada a hacer el bien; la que dedicó todas sus actividades, capital y esfuerzo a mirar por la salud del pobre y a luchar contra la terrible plaga que siega tantas vidas, después de larga y penosa dolencia soportando con el espíritu fuerte de quienes por la labor realizada no tiene menor miedo a la implacable y la miran serenamente cara a cara. Doña Berta Wilhelmi señora ilustre por su nacimiento y por sus hechos era conocidísima y apreciadísima por todos. Sus admirables cualidades su espíritu emprendedor que nunca desmayó en la lucha la hicieron consagrarse por completo a una noble obra que fundó vivía y vive por ella .Dios sabe a costa de cuantas vicisitudes y agobios. Nos referimos al sanatorio de Tuberculoso de la Alfaguara, institución admirable que doña Berta creó y mantuvo cuanto pudo".
 

El Sanatorio estuvo funcionando hasta la Guerra Civil y la postguerra a cargo de su amiga Helene Bickman Alterhoff.-- Esa es otra historia que contaré. En la actualidad existe una calle cerca de la Avda. América con el nombre de Doña Berta, un colegio y una asociación también llevan su nombre.


información recopilada de :


·
Asociación Provincial de Apicultores de Granada.
Francisco José Orante Bermejo.
· Fernando Girón Enriqueta Barranco de su libro sobre Alejandro Otero.
· Feminismo, educación y filantropía en la Granada de entre siglos.
Pilar Ballarín Domingo.
· Apuntes sobre la historia de Pinos Genil.
Ángel Baena Muñoz y Gabriel Gómez Mesa.
· Periódico El Ideal, 30 de Julio de 2007 y 3 de julio de 2004.

 

 

 

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EL PILAR DE DOÑA BERTA WILHELMI

Artículo: María Belén Puertas Única

(http://blogdebelenpuertas.blogspot.com.es/)

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Pilar de Berta Wilhelmi. Fachada de la escuela Normal (Granada)

Foto: Mª Belén Puertas Única

 

 

Este magnífico pilar situado en la esquina de la Gran Vía y adosado a la fachada de la antigua Normal fue donado a la ciudad de Granada por los herederos de Doña Berta Wilhelmi medio siglo después de su muerte, cuando la antigua casa familiar del Paseo del Salón iba a ser derribada con este hermoso y antiguo pilar en su interior.

El concejal Juan Tapia pidió que fuera regalado para el disfrute de todos los granadinos y visitantes y así hoy día podemos apaciguar nuestra sed con su agua fresquita .
 

Información facilitada por :
·
Grupo Scout Alfaguara-112.
· Extracto del artículo del periódico El Ideal, con fecha 3 Julio 2004 escrito por Juan Bustos.

· Mujeres de Granada, de Juan Rodríguez Titos y Emilio Moreno.

 

 

 

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