Fiestas de Moros y Cristianos en Carboneras (Almería)

Fiestas de Moros y Cristianos

 

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Fiestas de Moros y Cristianos en Carboneras (Almería)

por Milagros Soler

INTRODUCCIÓN

Isla de San Andrés, frente al castillo de Carboneras (Almería) Foto. M.Soler

 

Las fiestas de moros y cristianos del pueblo almeriense de Carboneras se celebran en honor a San Antonio Abad, patrón de la Villa. Tienen lugar a mediados de junio, y escenifican el recuerdo de los ataques berberiscos en sus costas, según recoge la memoria popular. El acto tiene lugar durante un solo día, en el que se representan dos jornadas de enfrentamientos entre los bandos en litigio.

 Espía moro en una representación antigua de "Moros y Cistianos" en Carboneras

Un total de cien hombres (cincuenta mahometanos y cincuenta cristianos) se disputan la imagen del Santo y la posesión del Castillo. Se simula un desembarco de las tropas árabes en las playas de Carboneras. En tierra, les esperan los cristianos, que han sido alertados de su llegada por un vigía del lugar.

A primera hora de la mañana, los soldados forman en la plaza del pueblo, frente al castillo, dando comienzo la fiesta con el recital del general cristiano, dirigiéndose a sus huestes.

 

Escondidos detrás de la isla de San Andrés, esperan los barcos árabes, que harán su aparición poco después, hasta llegar a la orilla. Al encontrarse, se produce el enfrentamiento y la batalla, de la que saldrán victoriosos los sarracenos.

 

El acto continúa por la tarde, dando la suerte un giro a favor de los defensores de San Antonio, que consiguen el triunfo final sobre los infieles.

 

Estas fiestas, con marcado carácter local y paralelismos en otros pueblos de la Alpujarra de Granada y Almería, han sufrido en los últimos tiempos la influencia de sus homónimas celebradas en el Levante español. Los antiguos ropajes han sido sustituidos progresivamente por otros más carnavalescos, al estilo de las comparsas de de regiones como Valencia y Alicante. Aunque han ganado en vistosidad, entendido este calificativo desde el gusto popular, han perdido autenticidad y valor antropológico, en cuanto a identificación de señas de identidad propia se refiere.

 

La compilación del texto que transcribimos aquí, la hemos obtenido del libro “La Fiesta de Moros y Cristianos en la Villa de Carboneras” de Ramón de Cala y López y Miguel Flores González, edición fascilmil editada por el Área de Cultura del Excelentísimo Ayuntamiento de Carboneras, de la original publicada en Cuevas (año 1919).

 

 

AGRADECIMIENTOS

 

Agradecemos la colaboración de Doña _____, encargada de la Biblioteca Municipal de Carboneras, que nos dio todo tipo de facilidades para poder realizar nuestro trabajo.

Gratitud que hacemos extensiva a Don Francisco, Juez Magistrado que nos atendió, con paciencia exquisita, nuestra visita.

 

 

 

MOROS Y CRISTIANOS

(Fiesta popular)

 

Ramón de Cala y López - Miguel Flores González

Cuevas, 1919

 

Transcripción del libro:

Milagros Soler

Universidad de Granada

Carmen Soler

Universidad de Barcelona

 

 

JORNADA PRIMERA

 

El día 13 de Junio de cada año, al sonreir el alba, aparece en la plaza del pueblo el General y el Alférez cristianos con su tropa; y los moros, tras de los islotes de San Andrés, en sus correspondientes carabelas. Una vez formados los cristianos, dice el

 

  GENERAL CRISTIANO       General cristiano. Ataviado con uniforme militar de la época (Principios del siglo XX)-> Pulsar para AMPLIAR IMAGEN

 

Este alcázar levantado

por la piedad urcitana

se erigió para dar culto

a la persona sagrada

de Antonio, nuestro patrón,

a quien con fervor se aclama;

y para mejor honrarlo

haga alto nuestra escuadra;

y para estar más seguros

en función tan celebrada,

será prudente, Ayudante,

que se redoblen las guardias;

pues la maldad y la astucia

de la gente mahometana

puede intentar sorprendernos

como otras veces su audacia

lo verificó; y así

pronto corra la palabra,

no sea que por descuidoAlférez cristiano. Ataviado con uniforme militar de la época (Principios del siglo XX)-> Pulsar para AMPLIAR IMAGEN.

lloremos una desgracia

 

   ALFÉREZ CRISTIANO     

 

Como lo mandáis, se hará:

 Dirigiéndose a la tropa.

Sargentos! Cabos de escuadra!

sin detenerse un instante:

¡pronto, a doblar esas guardias!

 

GENERAL CRISTIANO

 

Espera, que según veo

de aquella nuestra avanzada,

la centinela valiente

parece estar azorada,

y ya puesta en movimiento

hacia este castillo marcha.

 

 Aparece el Centinela

 

CENTINELA

 

¡Ah de soberbio Castillo

donde vigila la guardia!

Atended lo que os anuncio,

que es novedad muy amarga.

 

ALFÉREZ CRISTIANO

 

¿Que dice la centinela?

El Comandante, me encarga

te pregunte si ha ocurrido

novedad en esta campaña.

 

CENTINELA

 

Con grandísimo cuidado

yo diligente observaba,

y que alla, por la Anoria,

venía un hombre con alas

y tan súbita violencia,

que la manga * taladraba,

y los bancales pasando

se aproximó a la vanguardia.

 

GENERAL CRISTIANO

 

Parece que ha de traer

algun pliego de importancia.

 

Llega el Espía, y se arrodilla ante el General

 

   ESPÍA CRISTIANOEspía cristiano.Ataviado con parte del uniforme militar de la época (Principios siglo XX). Pulsar imagen para AMPLIAR

 

Deja, señor, que a tus pies

me tienda como una rana,

por treinta y nueve razones:

La de mayor importancia

(con tu permiso lo digo)

es que cual vaina de habas

traigo mis míseras tripas,

por haber poca pitanza;

ítem, que vengo cansado;

ítem, por besar tus plantas;

ítem, por que hay novedad;

ítem, que el miedo me mata;

ítem, por que los calzones

los traigo llenos de masa,

que el orujo de las tripas

salió con gran algazara.

Item, por que ya, ni

lo que mi lengua relata…

Item… ítem… ítem… ítem.

 

 ALFÉREZ CRISTIANO

 

¡Ea! lévanta, papanatas,

que con tantos ítem, ítem,

pareces que has sido pauta

en partición de menores.

 

GENERAL CRISTIANO

 

Y ya que está más templada

tu turbación, qué quieres. 

 

ESPÍA CRISTIANO

 

Escucha breves palabras:

hallándome, gran señor,

en esa torre que llaman

del Rayo, que es donde está

situada la avanzada,

haciendo la centinela

de la modorra…o del alba,

un jormiguero en el mar

de saetillas y fragatas,

carabelas con esquiles,

londros y muchas tartanas,

pingües, pingas o demonios

que por el mar pululaban,

y que al son de trompetillas,

chirimías y dulzáinas,

echaban más gente a tierra,

que toda la que aquí salta

cuando se acercan los tiempos

de la panocha curada.

 

Yo, con grande turbación

de la Torre me apartaba,

y viniéndome al Castillo,

me tropecé en unas matas

con un hombre que me dice:

- ¿Sois centinela de España?

- Sí, por Dios, le contesté;

soy centinela asustada.

Y respondió: - Pues escucha,

te diré en breves palabras

lo que en este sitio he visto.

 

Yo, con mis bragas mojadas,

le repliqué: -Acaba pronto,

que me lleno las poláinas!

 

Y me dijo: - Has de saber,

que esos que se desembarcan,

son los moros argelinos,

que vienen a aquesta playa,

como lo han hecho otras veces

a llevarse la sagrada

imágen del Grande Antonio.

 

Yo he venido con la escuadra,

y soy cautivo cristiano,

del General en la guardia;

y salté ya ha rato en tierra

en la primera lanchada;

y estaba aquí retirado

mirando con vigilancia

la marcha de aquestos perros

por ver a donde la entablan.

Voy corriendo a Carboneras

a avisar esta desgracia.

 

Yo le dije: -Angel de Dios,

con dos mil santos acaba !

que soy del dicho lugar

y esa nueva he de llevarla.

 

Escurriéndome, partí

más derecho que una bala,

aunque muy lleno de miedo;

y tal era la fragancia

que traía en los calzones,

que venía haciendo bascas,

y al llegar, con este ahincó,

a la orilla de la rambla

que nombran de las Zorreras,

oí que dos me llamaban,

diciendo, precipitados:

- Cristianillo, espera, aguarda,

que todos somos también

bautizados en España.

 

Al punto los conocí:

y sé que el uno le llaman

El Talón, y en cuanto al otro

le dicen el cojo  Cacha;

y que siempre en la marina

andan mariscando lapas;

 

Me paré, y me relataron

cuanto mi boca relata,

porque todo lo habían visto

desde unas peñas muy altas.

 

Y me refirieron más:

y es que el mar está poblada

de moros, con sus chumaques**

aun más que la vista alcanza.

Si no lo quieres creer,

si mi dicho no te basta

llama a aquellos dos testigos

de vista, que lo relatan,

y verás en un momento

mis verdades confirmadas.

 

GENERAL CRISTIANO

 

¡Soberano Dios inmenso!

¿Qué es lo que en el campo pasa?

¡Señor! Ayuda a tus hijos

con tu piedad soberana,

y libra pronto a este pueblo

del mal que nos amenaza!

 

Pero en tanto a Dios rogamos,

aprestemos nuestras armas;

así, Alférez valeroso,

mandad tocar generala

y disponiendo un falucho

con bastante gente armada,

salid a reconocer

lo que ocurre en nuestra playa,

quedando la demás tropa

preparada con sus armas,

sirviéndonos de reserva

para atacar tal canalla.

 

ALFÉREZ CRISTIANO

 

Como lo ordenas, se cumpla.

¡Tambor!, Bate generala.

Con grande celeridad

embarquemos en las lanchas

a trastornar los intentos

de esa jente tan liviana.

 

 

Marcha el Alférez con la tropa al combate naval,

se viene luego en retirada, y dice al general cristiano,

 

Desembarco del ejército moro, a mediados del siglo XX.-> Pulsar imagen para AMPLIAR.

 

…Señor, ha sido forzoso

emprender la retirada,

y replegué nuestras fuerzas

sin dejar de dar la cara,

hasta ver lo que mandáis.

 

GENERAL CRISTIANO

 

Que pronto sea reforzada

nuestra jente; y desde aquí

presenciaré la batalla.

 

ALFÉREZ CRISTIANO

 

Grande obstinación observo

en las tropas mahometanas;

y si mucho no me engaño,

veo venir por la campaña

un embajador, que trae

tambor y bandera blanca,

y grande acompañamiento.

 

GENERAL CRISTIANO

 

¡Pecho, muestra tu arrogancia,

que el orgullo de león

en mi sangre se desata!

Traed mi caballo, que quiero

en él oír la embajada.

 

ESPÍA CRISTIANO

 

Mejor es que oír a los malos,

andar a salto de mata;

decía [una tía mía.

(En descanso esté su alma,

pues la pobre reventó

de una panzada de gachas).

 

Se dá el toque de generala, y monta a caballo el General Cristiano;

le acompañan el Alférez a la izquierda, y soldados por uno y otro lado.

Llega el embajador a caballo como se ha dicho, con bandera, tambor

y dos moros que lo escoltan. Al llegar a las primeras guardias, se retiran

los moros, y dos cristianos cogen de las riendas el caballo, vendan los ojos

al Embajador, y así lo conducen a presencia del General, ante quien se

descubre, hace un acatamiento y dice:

 

 

 EMBAJADOR MORO

 Embajador moro. Ataviado con ropa de la época y de fantasía árabe (Principios siglo XX). Pulsar imagen para AMPLIAR.

Bizarro, Marte español:

con su trompeta, la Fama

publica el valor constante

que de tu pecho se exalta;

pues con él obscurecistes,

la singular arrogancia

de Héctor, Ánibal y Jérges;

de Julio César la audacia,

y de Alejandro la gloria

conquistada en cien batallas.

Alá, te guarde, y escucha

de mi llegada la causa;

y respeta fiel el fuero

del que trae una embajada.

 

GENERAL CRISTIANO

 

Con ese salvoconducto

qué quieres, pero guarda

las reglas de embajador,

o morirás por mi espada.

 

EMBAJADOR MORO

 

Con tu vénia doy principio

a explicar cual es mi instancia:

Muza Selím, descendiente

de la casa realzada

del gran Miramamolín,

que es quien me rige y me manda,

y es general invencible

de las tropas mahometanas,

bajá cuyas altas prendas,

las conoce toda el Africa,

por mi, saludos te envía,

y al mismo tiempo me encarga,

que te pregunte, si quieres

entregar con mano franca

la imagen de San Antonio,

y las reliquias que guarda

ese castillo famoso

que de Carboneras llaman.

Bien puedes, por este medio,

librarte de una desgracia,

dejando de darle culto

a lo que es solo una estátua,

sin otra virtud ni mérito

que el que le la ignorancia

de los que os postráis ante ella.

Si a nuestro ruego te allanas

quedaremos así en paz;

si verás las hazañas

de los valientes muslimes;

Carboneras  asolada,

su jente nadando en sangre,

ese Castillo sin basa,

tu ejército confundido

y la imagen destrozada.

Así tu resolución

tan solo es lo que se aguarda.

 

 GENERAL CRISTIANO

 

¿Propones eso a un cristiano?

Pues anda y , miserable,

que el que entrara en Carboneras

ha de pisar mi cadáver;

que de igual modo desprecio

la propuesta y quien la hace.

Sí, ve y a tu general

que no espere me acobarden

palabras del que acostumbra

con prendas de hembra tocarse.

 

¿Qué se diría en Europa,

América, Asia y Africa,

(que son las partes del orbe)

si a una tan feble arrogancia

un general español

confundido se humillara?

Dile a Muza, que lo espero

en el campo con mi espada,

brazo a brazo, cuerpo a cuerpo;

y le juro ver postradas

su cerviz y altanería

tan vana como su audacia.

  

 

EMBAJADOR MORO

 

…¡ Ay de si al campo sales!

¡Ay de si al campo marchas!

 

Vase en su caballo, a galope tendido

 

ESPÍA CRISTIANO

 

Señor, vamos a hacer cuentas:

si toda esa canalla

que se ha quedado en el campo,

tiene tan maldita cara

como el que ha venido aquí,

Cristo se me lleve el ánima,

si en viéndola no se muere

toda la tropa cristiana.

¿No será mejor, señor,

mientras que tú aquí embarazas

la entrada a esos morillos,

que San Antonio se vaya

a la gran Sagra de Huéscar,

que puede estar coronada,

de copos de blanca nieve

como el Santo tuvo el alma

yéndome yo de ermitaño,

llevándome por pitanza

ciento cincuenta jamones,

ochenta cabras saladas,

treinta quintales de pan,

y de vino cien tinajas? 

Me estaré cuatro o seis días

hasta ver si esto se acaba;

con cuya ración, señor,

discurro no tendré falta,

aunque tenga que privarme

de almorzar por las mañanas.

  

GENERAL CRISTIANO

 

Calla, calla impertinente

que otros cuidados me asaltan.

¡Jefes y bravos soldados:

corred, corred a las armas!

 

 

Ya veis que se levantan de Mahoma los sectários

y que llevarse intentan nuestro santon patrón;

ya veís que se levantan cual entes visionarios,

y aprestan a la guerra su alfange y su pendón.

 

Ya veis que nos provocan con desmedida saña,

y con altivo orgullo nos llaman a la lid.

¡Ay de ellos, si despierta el fiero león de España ¡

¡Ay de ellos, si provocan a la patria del Cid!

 

Sin duda se creyeron, en lánguido desmayo

al español valiente desprevenido hallar:

más ¡guai! canalla impura que el ínclito Pelayo

legó a sus bravos hijos, valor para triunfar.

 

Corred hijos de España, corred a la pelea;

aprestad presurosos el guerrero corcel,

y tinta y humeante hasta el asta se vea

vuestra potente lanza, en sangre del infiel.

 

Corred hijos de España, corred a la pelea

y esas errantes hordas acuchillad veloz:

roja y sangrienta charca el vasto campo sea,

donde espire del moro la atronadora voz.

 

Llevad como cristianos la cruz de Constantino;

enseña salvadora que al mundo redimió,

triunfante y santo emblema que puesto en su camino

cual rutilante estrella, luciendo apareció.

 

¡Valientes adalides! en nombre de Dios santo

al campo de la gloria impávidos corred,

y allí como en Clavijo, Covadonga y Lepanto,

las enemigas huestes arrollad y venced.

 

Allí los férreos cascos de los fieros corceles

ensucien y desgarren de Mahoma el pendón;

y con la sangre rojos los blancos alquiceles,

triunfal despojo sean del rey de la creación.

 

¡Volad! santa es la causa; volad a la batalla;

el africano espera; corramos a lidiar,

y alcemos vencedores en la agarena playa

la cruz de Jesucristo sobre triunfante altar.

 

  ¡Volad!, que nuestra madre la Virgen sin mancilla,

cual siempre, al cristiano segura protección.

¡Que doble ante esa imágen el moro la rodilla,

y la cerviz humilde la idólatra legión.

 

Id al campo guerreros, que su melena agita

y poderoso ruge el hispano león;

hagamos cruda guerra a esa raza maldita;

canalla miserable, sin fé y sin religión.

 

Las armas [empuñemos, y al campo de la gloria

Partamos nuestro Santo a salvar.

¡Soldados id a ellos ! que es nuestra la victoria:

¡atrás  viles esclavos! ¡Temblad hijos de Agar!

 

Heróicos españoles: la espada vencedora

que en vuestras manos brillas,  por el Patrón blandid

corra en raudales rojos la infame sangre mora;

¡guerra cristianos, guerra!¡ sin compasión herid!

 

Cortadles vencedores sangrientas las cabezas;

arrancad de su mano alfange y yagatan,

y al bárbaro africano asombren las proezas

ce los valientes hijos del bravo Capitan.

 

Y sepa el agareno que al insultar cobarde

esta imágen sagrada, tan limpia como el Sol,

la sangre de cien héroes en vuestras venas arde,

y vale por mil moros un soldado español.

 

 

ALFÉREZ CRISTIANO

 

Soldados, hermanos míos;

la ley de Dios, que grabada

está en nuestros corazones,

es la que a todos nos llama;

vayamos en su defensa;

salgamos a la campaña;

pues ya el enemigo ardiente

está en punto de batalla.

 

Salen al campo a dar la batalla, y luego se vienen en retirada por

la plaza a la puerta de la fortaleza, perdiendo terreno los cristianos;

cuando ambos campos se encuentran frente a frente, dice el

 

 

 GENERAL CRISTIANO

 

Muza atrevido y soberbio

que con tu vana arrogancia

quieres en país extraño

imponernos leyes falsas;

pronto mi espada verás,

que con vengadora saña

derriba tus medias lunas,

y por el suelo arrastradas

las ha de hollar mi caballo

como cosa despreciada.

mas si quieres ser mi amigo,

entrega pronto tus armas

y abraza seguidamente

la ley de Dios sacrosanta;

entonces puedes vencerme,

que de otro modo, te engañas.

 

   GENERAL MOROGeneral moro. Ataviado con uniforme militar de la época y complementos árabes (Principios del siglo XX) -> Pulsar imagen para AMPLIAR

 

Confuso en tu decir,

me he quedado como estátua.

¿Cómo es que tienes valor

de prorrumpir amenazas,

a quien, aunque reportado,

si esgrime su cimitarra

a tus débiles secuaces

hará trofeo de la Parca?

Sabes, que mis medias lunas

a los leones de España

dominan, siendo notorio

que no le sirven sus garras;

porque Alá por su Profeta

todo lo rige y lo manda,

y en su Alcorán lo predijo

sin que haya la menor falta.

¿Me dices que sea cristiano,

pensando no valer nada

mi secta? pues te equivocas,

mi secta, es secta sagrada;

así, vengamos a paces,

entregándome esa estátua

a quien tú llamas Antonio,

y quedarán terminadas,

todas nuestras disenciones.

¿Qué me respondes? ¿Qué aguardas?

Tengo hecho juramento,

de no volver a mi pátria

sin llevar a San Antonio.Batalla entre moros y cristianos.

 

GENERAL CRISTIANO

 

En los filos de mi espada

Has de ver hoy la respuesta

 

GENERAL MORO

 

¡Toca al arma!

 

GENERAL CRISTIANO

 

¡Toca al arma!

 

 

 (Se separan ambos generales y dice el

 

GENERAL MORO

 

Soldados los más valientes

Que el África ha producido,

Cuyas gloriosas proezas

Son la admiración del siglo:

Vosotros que con valor

Rayante en el heroismo,

Os habéis hecho temer

De tan fuertes enemigos,

Vosotros, cuyos alfanjes

De acero, tan bien bruñido,

Han humillado las torres

De los más firmes recintos,

Vosotros en cuyas manos

Los fulgurantes cuchillos

Son guadaña de la muerte

Y terror de los impíos:

¡Africanos valerosos!

Ya del cristiano enemigo

Se han avistado las tropas;

Las almenas del castillo

Con gruesa artillería

Hacen fuerte laberinto;

Nadie desmaye, que el fuego

Que sale de nuestro brío

Arrollará la canalla

Logrando nuestro designio.

¡Pronto a las armas soldados!

Y no hoya cristiano impío

Que al choque de nuestros hierros

Escape del campo vivo.

 

Embistense los dos campos haciéndose fuego; a poco hacen alto

Y batallando entonces ambos generales con las espadas, dice el

  

GENERAL CRISTIANO

 

Ríndete a mi fuerte brazo

o morirás ahora mismo.

 

GENERAL MORO

 

Hazlo tú, si es que no quieres

caer a mis pies tendido.

 

 GENERAL CRISTIANO

 

Primero daré la vida.

 

GENERAL MORO

 

Yo abriré por donde salga

el alma de tu vil pecho.

 

Le da una estocada.

 

 GENERAL CRISTIANO

 

Mis fuerzas debilitadas

se rinden a tu valor;

No puedo más ¡Dios me valga!

Si hemos ofendido al cielo

es castigo a nuestras faltas.

Más moro: yo te suplico,

que no sea maltratada,

ni ofendida en mi presencia

de San Antonio la estátua.

 

GENERAL MORO

 

 Eso te concederé

 y la vida;  por que vayas

de mi hidalguía satisfecho;

pero sabrás que mañana

embarcaré a San Antonio

en  esa arenosa playa

con toda mi comitiva.

para retornar a África.

Tu jente, la dejo libre,

y permito que se vaya,

porque si bien son leones

no son temibles sus garras.

  

ESPÍA MOROEspía moro. Caracterizado con traje árabe.-> Pulsar imagen para AMPLIAR

 

                Dirigiéndose al Espía Cristiano.

 

¿Y qué jacer cristianillo

tú solo en aquesta plaza?

Ahora serás mi criado

y llevarte  a la Moraima

para tú comer allí

higos, alcuzcuz y pasas;

y besarme el zancarrón

por debajo de las ancas;

y ponerme las chinelas;

que jacerme mucha falta,

un cristianillo mocoso

que me peine aquestas barbas.

Arrodillate a tu amo

y  bésale las sandalias,

por Santa Jalaila bella

y Majorma soberana.

 

 

ESPÍA CRISTIANO

 

Si yo a esta hora estuviese

de Huéscar, allá en la Sagra,

me ahorraría todo esto;

pero paciencia. (Canalla

que me tienes a tus pies:

¡quien te abriera por la panza! )

 

ESPÍA MORO

 

Mira yo darte consejo:

cuando a visitarme vayas,

yo estar en mi gabinete;

tú me dar esta embajada:

- ¡Oh, señor; zalamelé !

Yo te diré :- Muchas gracias.

Tu decir : - ¿Estar malejo?

y yo fincharme la panza.

 

ESPÍA CRISTIANO

 

Ya entiendo lo que me dices,

y puedes por la mañana

echarme cuarenta galgos,

que quizás esté en Navarra.

 

 

GENERAL MORO

 

Adalides mahometanos:

pues  ganamos la jornada

y destrozamos los viles

que nos llamaban canallas,

es preciso festejar

esta victoriosa hazaña,

y llevar a nuestra tierra

veinte y cinco hermosas damas,

para recreo del Sultán

y ornamento de su alcázar.

Más descansemos ahora,

aunque estando siempre en guardia;

y tú, Edecan, marcha pronto

para reforzar la plaza

del castillo; allí vigila

hasta que llegue mañana,

en que habremos de partir

con toda la presa a Africa.

¡Bendito Alá que nos guía,

Y Mohamed que nos guarda!

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Arrebatan los moros el Santo, y en solemne procesión lo

Conducen a la Iglesia.

 

 

 

 Los moros, una vez ganada la primera batalla, conducen a San Antonio a su iglesia.Carboneras, 2007

 

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