RECORRIDO POR LA CRONOLOGÍA DE
LAS OBRAS DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Fuente:
FUNDACIÓN FEDERICO GARCÍA LORCA
(www.garcia-lorca.org/)
El recorrido por la prosa comienza en
Impresiones y paisajes,
(1918), advierte sobre el valor de su
escritura epistolar y analiza las conferencias, donde
quedan huellas de su preferencia por la comunicación en
vivo (conferencias-recital sobre el
Romancero gitano
(1935) y sobre
Poeta en Nueva York
(1932) y por la música y el canto
(Cómo
canta una ciudad de noviembre a noviembre
(1933),
Canciones de cuna españolas
(1928), así como meditaciones
estéticas de interés para la comprensión de su obra
creativa, tanto si se apoyan en una ocasión externa,
caso de la charla sobre el
Cante Jondo (1922),
La imagen poética de don Luis de Góngora
(1926), la evocación del gongorista
granadino Soto de Rojas (1926)
y
Sketch
de la nueva pintura,(1928),
como las más especulativas:
Imaginación,
inspiración, evasión
(1928, 1929 y 1930) y
Juego y teoría del duende
(1933).
En
poesía, las posibilidades abiertas por
Libro de
poemas
(1921), se orientan en un primer momento
hacia el empleo de formas breves, radicalmente
condensadas pero abarcadoras de todo un universo de
gracia, ironía y tragedia, en
Poema del
cante jondo,
(escrito en 1921 y publicado en 1931),
Suites
(escritas entre 1921 y 1923),
Primeras
canciones
(1936),
Canciones
(1927) y
Seis poemas
galegos
(1935), para encaminarse luego a las
resonancias épicas y míticas del
Romancero
gitano
(1928), el "libro de poesía más sonado, más
triunfal, del siglo XX" (Pedro Salinas), tan popular
como experimental, "un libro antipintoresco,
antifloklórico, antiflamenco" (en palabras de su autor,
de la Conferencia-recital, 1933).
Casi simultáneamente medita sobre el dominio del arte
cubista sobre las fuerzas oscuras de la naturaleza en la
Oda a
Salvador Dalí
(1926), redacta las liras de la pesimista
Soledad,(1928)
y expresa una religiosidad agónica en la
Oda al
Santísimo Sacramento del Altar.
A pesar de la disciplina
métrica de estas composiciones, la libertad de las
imágenes se interna ya en lo que llamó su nueva "manera
espiritualista", igual que los
Poemas en prosa (1927-1928), cercanos al
surrealismo.
El cambio de manera acompaña a una crisis
sentimental, y sobre todo al encuentro con la
megalópolis. De su estancia en Norteamérica(1929-30)procede
Poeta en
Nueva York,
publicado póstumo en 1940.
Poeta en Nueva York
desplaza la mirada y la voz hacia dos terrenos: la gran
ciudad y el yo poético. La “geometría y angustia” de
Nueva York abre paso a un "nosotros" donde la voz del
poeta se identifica con la multitud de los oprimidos y
los explotados.
De vuelta a España produce dos obras
fundamentales,
Llanto por
Ignacio Sánchez Mejías y Diván del Tamarit,
y la interesante serie de los
Sonetos de amor oscuro
(la mayoría escritos en 1935
y publicados en su totalidad en
1983). En los tres
casos vuelve sobre formas y géneros clásicos con la
nueva libertad de su poética madura, ya habituada a las
formas de vanguardia.
Los sonetos, según Vicente Aleixandre, son un "prodigio
de pasión, de entusiasmo, de felicidad, de tormento,
puro y ardiente monumento al amor".
La elegía por la
muerte del torero amigo Ignacio Sánchez Mejías
(1891-1934) se escribe muy poco después de la cogida
mortal y se publica en 1935. Con ella culmina la
estirpe secular de poemas que cantan
una
muerte, la elegía funeral. Sus cuatro partes se
organizan como una sinfonía, cada una con un módulo
métrico diferente, cuyo final consagra el poder de la
palabra como único medio para conservar la memoria ante
la muerte irreparable: "yo canto para luego tu perfil y
tu gracia". En
Diván del
Tamarit
se inventa una tradición que quintaesencia y subvierte
al mismo tiempo el peso del "alhambrismo" que gravita
sobre la ciudad de Granada desde el primer asombro de
los románticos europeos y españoles, recreando
libremente la tradición arábigoandaluza de "casidas" y
"gacelas" para dar forma a su tema fundamental, que es
el deseo:
la rosa,
no buscaba la rosa.
Inmóvil por el cielo
buscaba otra cosa.
En Lorca lo teatral obedece a un impulso
primario. Tuvo una visión teatral del mundo: disfrutó y
sufrió la vida como un drama universal."El teatro es
poesía que se levanta del libro y se hace humana",
dijo en una ocasión, y nunca dejó de confiar en la
capacidad del teatro para enseñar y deleitar, según el
viejo modelo clásico.
Su producción estuvo siempre determinada
por la voluntad de innovar, en todas las ocasiones.
Nunca quiso hacer la comedia burguesa que dominaba en su
tiempo, sino acceder a los grandes temas: el amor, la
muerte, el paso del tiempo, la opresión y la rebeldía,
la fuerza del destino.
El fracaso de su primera obra estrenada,
El maleficio de la mariposa (1920)
quizá se debió a un exceso de transgresión, de modo que
la siguiente, Mariana Pineda
(1927), se ciñó al diálogo con el "teatro
poético" modernista, para subvertir sutilmente sus
códigos, hasta fundir el amor (privado) con la Libertad
(pública).
Al mismo tiempo su laboratorio teatral
explora el registro del teatro de muñecos, desde que
proyecta un "Teatro Cachiporra
Andaluz" (1921) hasta que presenta
Retablillo de don Cristóbal y doña
Rosita en el Teatro Avenida de Buenos Aires, en 1934.
De 1922 data la Tragicomedia de
don Cristóbal y la señá Rosita, conocida
también como Títeres de
Cachiporra. No es una distracción colateral,
sino el modelo del teatro futuro, de acuerdo con otras
iniciativas europeas modernas, que abordan desde ahí la
transgresión y la subversión de las convenciones del
teatro "oficial". Sobre esa base se construye la “farsa
violenta” de La zapatera
prodigiosa (1923-1930 y 1933),donde el saber
de los muñecos se proyecta sobre personajes humanos para
reflejar, en la tradición cervantina, el poder del deseo
y la imaginación. Siempre con el patrón secular del
matrimonio desigual del viejo y la niña,
Amor de don Perlimplín con Belisa
en su jardín (escrito entre 1922 y 1926, estrenado en
1933) es una obra maestra que parte de la
farsa y culmina en tragedia, mezcla de lo lírico y lo
grotesco.
De Nueva York, donde ha visto mucho
teatro, trae un bloque de obras más decididamente
vanguardistas, que considera “imposibles” de representar
por el momento, Así que pasen
cinco años y El
público, junto con la incompleta
Comedia sin título (en
realidad, El sueño de la vida,
1936). No son incompatibles con su apertura
al teatro comercial, pues toda su producción de los años
treinta forma un proyecto único de renovación múltiple
del teatro de su tiempo. No es ocioso que el tema de
El público y
la Comedia sin título
sea precisamente el de los límites del teatro y el de la
exposición pública de la verdad oculta (respectivamente
la homosexualidad y la revolución).
Así que pasen cinco años,
explicó el autor, "es la leyenda del tiempo,
cuyo tema es ése: el tiempo que pasa", es decir la
espera, la decepción, la soledad, lo que hubiera podido
ser. Sobre El público
sostiene en 1933 que no puede representarse "porque es
el espejo del público" que no soportaría verse reflejado
en una función donde aparece la homosexualidad,
escándalo para unos, liberación para otros y drama
íntimo para todos.
Durante la II República, además de
comprometerse con el teatro itinerante de "La Barraca"
hace teatro comercial, sin renunciar a sus propósitos
renovadores. El triunfo le llega con el estreno de de
Bodas de sangre
(1933),primer
batiente de una "trilogía de la
tierra española" a la que seguiría
Yerma. La tercera obra
no pasó de proyecto, pues no cabe en el plan
La casa de Bernarda Alba,
que no es una tragedia. Bodas de sangre es una tragedia
en la que el destino domina la voluntad de los
personajes y donde la acción se concentra en las
ceremonias de la boda y la muerte. Yerma es la tragedia
de la mujer estéril.”Es[…]del contraste de lo estéril y
lo vivificante, de donde extraigo el perfil trágico de
la obra", dijo el autor en 1934.
El destino ciego recae sobre el
matrimonio sin amor y sobre el motivo de la honra,
puesto al servicio de la fatalidad. El desenlace ("¡Yo
misma he matado a mi hijo!") implica la autodestrucción
y un acto supremo de libertad.
Con Doña Rosita
la soltera, o el lenguaje de las flores,(1935)
se iniciaba un ciclo orientado hacia la comedia.
Pero la historia de la solterona granadina que espera la
vuelta del novio hasta la vejez dista de responder a
parámetros convencionales. A pesar del tratamiento
irónico de lo cursi, la tonalidad de la pieza muda hasta
convertirse en amarga meditación sobre el deseo
incumplido.
La casa de
Bernarda Alba se representó por primera vez
en 1945. Terminada
el 19 de junio de 1936, está escrita en clave de
"ultrarrealismo" (Francisco García Lorca). Subtitulada
"Drama de mujeres en los
pueblos de España", su fatalidad trágica no
deriva de la naturaleza, sino de los agentes sociales.
La casa de Bernarda Alba es la casa de la ley y de la
rebelión. El luto decretado en su interior va segregando
su violencia en las hijas de Bernarda Alba hasta la
rebeldía y el suicidio de la menor.
A pesar de haber quedado trunca en plena
madurez, como puede percibirse al leer el fragmento
conservado de Los sueños de mi prima Aurelia, la obra de
Federico García Lorca sigue produciendo un interés
sostenido en todo el mundo.
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