BALTASAR LOBO CASUERO: UN ESCULTOR ANARQUISTA EN LAS CALLES DE ANDALUCÍA ALMERÍA - DEL 24 DE NOVIEMBRE DE 2009 AL 25 DE ENERO DE 2010
Artículo: Milagros Soler Reportaje fotográfico: Jesús Vílchez
INTRODUCCIÓN La obra del dibujante y escultor anarquista Baltasar Lobo ha sido expuesta recientemente en las calles de distintas ciudades andaluzas. Autor imprescindible para comprender la transición al informalismo escultórico, su universalidad conceptual traspasa las barreras del tiempo, vinculándose al compromiso social que caracterizó su vida y que ha dado carácter único a su creación. Fruto de su admiración por las formas cicládicas y del mundo ancestral ibérico, resultado de sus contactos con las vanguardias surrealistas y existencialistas del exilio, las criaturas estáticas llenan espacios de nuestros lugares cotidianos de paso, invitándonos a una reflexión sobre la participación popular en el arte que tanto se esforzara en propiciar desde su ideología libertaria.
Participará del movimiento escultórico que pretende innovar el asfixiante academicismo imperante a finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, como hicieron otros artistas vanguardistas entre los que citamos a Rodin, Brancusi, Medardo Rosso y Picasso, entre otros. Persigue las formas puras y plenas de vida, resultado de su curiosidad y amor por la biología. Las divinizaciones se transforman en metáforas laicas con aspectos totémicos que pretende explicar el origen primigenio de todas las naturalezas. Las "maternidades" adquieren la dimensión de figuras generadoras de la vida, asumiendo un contenido simbólico comparable al de la madre-tierra de las civilizaciones primitivas.
Recurriendo a una espiral de abstracción ilimitada, las voluptuosas formas dan protagonismo a figuras femeninas en las que destacan sus intemporales maternidades, su amor por la libertad inserta en la naturaleza o sus recorridos por un tiempo placentero, al que accedemos desde la belleza de las formas puras. Enredadas en la atmosfera del paisaje urbano, las esculturas de Baltasar Lobo alcanza la máxima expresión del sentimiento liberador con que el autor quiso regalarnos, exentas ya de aristas confrontadoras como las de sus dibujos belicistas de una época y una experiencia vital latente, pero ya superada.
BIOGRAFÍA
JUVENTUD
Baltasar Lobo nace el 22 de febrero de 1910 en un pueblo de la provincia de Zamora llamado Cerecinos de Campos. Su familia, de origen campesino, induce al muchacho a instruirse en el oficio de su padre, dedicado a la carpintería. Huérfano y dueño de un pequeño taller de carretería, Isaac Lobo comprará una casa casi en ruinas que rehabilitará para acoger en ella a sus hermanos. Según comentará años después su hija Visitación Lobo, realizaba trabajos muy duros aunque bien remunerados, que dejarían huella en su salud debido a las inhalaciones de los vapores resultantes de la fundición del hierro. Dotado de una reconocida inteligencia y siendo un trabajador ejemplar, en su local se celebraban reuniones de las gentes que tenían interés en debatir temas políticos y problemas cotidianos. A pesar de terminar exhausto, asistía a las clases nocturnas que impartía el maestro Rosendo Rosada. Siempre procuró rodearse de todos aquellos libros que estuvieran a su alcance. Nunca estuvo afiliado a ninguna asociación política, si bien llegó a ser alcalde del pueblo durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, participando en actividades en contra del gobierno autoritarista de este militar. Liberal y autodidacta, gustaba de leer en familia obras de autores clásicos como Zorrilla, Guimerá, Calderón, Tolstoy o Dostoievsky. Realizando un gran esfuerzo económico, consiguió dar estudios a todos sus hijos, a los que inculcó afán de superación y espíritu de lucha.
Baltasar ("Balta", como le llamaban familiarmente), aunque ayudaba en el negocio paterno, no le motivaba seguir la trayectoria profesional de su progenitor. Siendo niño manifiesta actitudes destacadas en el dibujo y la escultura, ingresando a la edad de doce años en la Escuela Cervantes de Benavente. Sus primeras obras personales las realizará en yeso y barro cocido (terracotas), sirviéndole amigos y familiares como modelos. Será en ella donde entra en contacto con los modelos griegos de las formas cicládicas que tanto habrán de influir en su obra. Su maestro recomienda que siga estudios en Valladolid, lo que consigue gracias a una beca e la Diputación Provincial de Zamora. En el año 1922 entrará como aprendiz en el taller de Ramón Núñez (Valladolid) donde trabaja tallando retablos y figuras en madera anónimas, que son expuestas en diferentes iglesias de la comarca. En 1923 entra en la Escuela de Artes y Oficios y asiste a las clases que se imparten en el Museo de Bellas de Valladolid, obteniendo un año después una beca para estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1927), cuando contaba sólo con diecisiete años. Apenas permanece en ella unos meses, abandonándola por resultarle excesivamente academicista, perdiendo la beca. Para ganarse la vida comienza a trabajar en el estudio del poeta anarquista Ángel Garzón que conoce en la escuela de modelado del Círculo de Bellas Artes.
1.- 2.- 3.- 1.- Escultura cicládica griega 2.- Escultura femenina de Baltasar Lobo 3.- Escultura ibérica
Como hiciera su padre, mientras trabaja para ganarse la vida asiste a clases nocturnas en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde colabora y participa en exposiciones colectivas con otros compañeros de clase. Parece ser que a partir del momento en que conoce a Madrigal y su libro "Arte y compromiso. España 1917-1936" cuando se posiciona abiertamente con las clases populares y marginales como mendigos y prostitutas. A los diez y seis años realiza en escayola su escultura "El esclavo" para la Diputación Provincial de Zamora, representando a una figura masculina en la acción de liberarse de sus ataduras. Este gusto por las formas clásicas se consolidará, pasado el tiempo, durante su viaje a Grecia en el año 1977, elaborando una serie de trabajos que agrupará bajo la denominación de "Los Centauros".
A través de Ángel Garzón, dueño de un taller de escultura en Madrid y militante libertario, Lobo empieza a integrarse en el movimiento anarquista en que participará activamente durante la guerra civil. En 1936 se integra en las filas libertarias desde la sección de Artes y Letra, dando lecciones en el frente a los milicianos que no sabían leer ni escribir. Armonizaba así la filosofía ácrata de hacer la revolución (crecimiento personal y humanista del individuo) al mismo tiempo que la guerra, combatiendo al fascismo.
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Pasará algún tiempo dedicado a esculpir trabajos por encargo, principalmente para panteones funerarios y lápidas mortuorias. Su estancia en Madrid le pone en contacto con el arte de los íberos al visitar el Museo Arqueológico de la capital. El esquematismo y la pureza de formas le impresionaran profundamente, constituyéndose a partir de ese momento, en uno de los objetivos espirituales y simbólicos en su creatividad. Importante será también, en el perfil artístico y estético del escultor, la relación que establecerá posteriormente con artistas como Picasso, Gargallo, Salvador Dalí y otros protagonistas del movimiento surrealista y existencialista de la época.
Al estallar la sublevación militar su familia deja Zamora instalándose en Madrid, donde vivía el artista, con la idea de permanecer unidos en tiempos que se auguraban difíciles. Allí adquieren una casa en las afueras, donde una vez más, Isaac Lobo construye un taller para su hijo. Taller que tendrán volver a abandonar por establecerse en esa zona de Usera la línea del frente en el Manzanares para la defensa de capital. Familia comprometida con la república y la causa de los trabajadores, todos sus miembros tomaron parte activa en el movimiento revolucionario que se vivía en esos momentos. Isaac Lobo perteneció a la 36ª Brigada Mixta formada el primero de enero de 1937 (BM), encargada de la defensa de la línea Usera- Villaverde, donde los enfrentamientos llegaron a recrudecerse hasta tal grado, que el barrio llegó a conocerse como el “campo de las calaveras” por la cantidad de cadáveres encontrados al terminar la guerra. Dará lugar a la leyenda del famoso “Túnel de la muerte”. Víctima de esos bombardeos, Isaac pierde la vida cuando visitaba el estudio que él mismo había creado (1938) y toda la obra de Baltasar quedará destruida. Apenas se salvan unas cuantas, que tendrán que malvender para poder sobrevivir.
Baltasar Lobo en su taller, según un óleo de Dayez. Fuente: Revista "Solidario" n º. 13
MADUREZ Y EXILIO Las dos hermanas de Baltasar Lobo también prestaron militancia en las filas anarquistas. Visitación Lobo, la menor de ellas, fue una de las fundadoras de la organización "Mujeres Libres", asociación feminista de las mujeres de la Confederación Nacional del Trabajo (C. N. T.) y estuvo unida sentimentalmente a Gregorio Gallego, miembro destacado del Comité de Defensa del frente de Madrid. Durante todo el tiempo que dura el enfrentamiento bélico, Baltasar abandona sus actividades escultóricas para dedicarse a ilustrar revistas libertarias y hacer carteles de propaganda para el Frente Popular. En ellos dejará constancia de su preocupación por la emancipación del campesinado, realizando dibujos de gran valor artístico como el hecho a carboncillo del dirigente anarcosindicalista Buenaventura Durruti (1937). En esos días realiza también con la misma técnica de lápiz-carbón su obra "Asesinos", editada el primero de mayo de 1937, describiendo con gravedad los horrores de la guerra. Seguramente bajo la influencia de la serie negra de Goya, para muchos estudiosos de Arte, el dibujo en cuestión serviría de inspiración al famoso "Guernica" de Pablo Picasso. Otros, sin embargo, afirman que dicha composición escénica era típica en aquellos momentos en los carteles de propaganda.
Lobo participará abiertamente en la guerra civil alineado en las filas del Frente Popular republicano. En plena juventud formará parte del Comité de la Federación Ibérica de las Juventudes Libertarias (F.I.J.J.) surgida en Madrid en el año 1932 y que continuó activo en París tras la caída de la Segunda República española. En todas sus creaciones de este momento deja constancia de su preocupación por la emancipación del campesinado en el que tenía insertas sus raíces familiares, colaborando en publicaciones como "Campo Libre". También quiere contribuir a la concienciación de los trabajadores y en la propagación de la ideología anarquista ilustrando textos anarcosindicalistas en "Tierra y Libertad", órgano oficial de propaganda de la Federación Anarquista Ibérica (F. A. I.). Su participación en la liberación de la mujer lo hace a través de aportaciones a la revista "Mujeres Libres", en cuya fundación como ya hemos dicho antes, participaría su hermana Visitación Lobo y la que habría de ser su compañera sentimental, Mercedes Camaposada Guillen.
Visitación Lobo y su marido Gregorio Gallego, hermana y cuñado de Baltasar Lobo. Fotografía realizada para la entrevista para la revista "Solidario" n º 13 (Octubre de 2007)
Baltasar Lobo conoce a Mercedes Camaposada Guillen a la edad de veinte y tres años. Abogada y escritora, ejerció como pedagoga en las empresas sociales de las organizaciones anarquistas. Nacida en Barcelona el 14 de agosto de 1901, fue hija de un zapatero autodidacta socialista. Comenzó a trabajar como montadora de películas cinematográficas y estuvo afiliada al Sindicato de Espectáculos Públicos de la Federación Catalana de la C. N. T. Viajó a Madrid para terminar sus estudios, teniendo como maestros al poeta Antonio Machado y José Castillejo. Licenciada en Derecho, intentó crear escuela de adultos para obreros que no sabían leer ni escribir. Le apoyaba en esta empresa el ideólogo anarquista Valeriano Orobón Fernández. La iniciativa no tuvo mucho éxito, dadas las circunstancias político-sociales del momento y la resistencia de los hombres a ser instruidos por las mujeres.
Valeriano Orobón Fernández fue sin duda uno de los ideólogos anarquistas con mayor formación intelectual de la época. Hijo de un militante del Partido Socialista Obrero Español (P. S. O. E.) se afilió a la C. N. T. a la edad de catorce años y a los dieciocho representa a esta organización por Valladolid en el Congreso de la Comedia, celebrado en 1919. Perseguido y encarcelado, expulsado de Asturias, inicia el exilio hacia París en 1924, donde continúa con sus actividades políticas. En 1926 es expulsado de Francia por su participación en un mitin contra la dictadura de Primo de Rivera. En Alemania se instala en Berlín, asumiendo la secretaría de la Asociación Internacional de Trabajadores (A. I. T.). Cuando se declara la República vuelve a España, donde intenta propiciar la unión con la U. G.T. (Unión General de Trabajadores, sindicato con afinidades ideológicas con el P. S. O. E. Cuando se inicia la campaña de represión de la huelga de La Canadiense, Valeriano Orobón es encarcelado en la cárcel Modelo de Barcelona, en la que contraerá una grave enfermedad que le acompañará toda su vida. A su salida de la prisión, se aloja en la casa de Mercedes Camaposada, compañera de Baltasar Lobo.
Unidos en el proyecto de formar a la clase trabajadora, Valeriano Orobón apoyó a Mercedes en un nuevo intento de divulgar la cultura entre las clases populares cuando esta se propuso dar clases a las mujeres que estaban sufriendo la represión del machismo imperante. En Abril de 1936 funda el movimiento feminista ácrata "Mujeres Libres", en cuya revista publicará sus dibujos su compañero sentimental Agustín Lobo. En el exilio trabajará como secretaria del pintor malagueño Pablo Picasso. Publicará artículos de carácter ideológico y político en distintas revistas y escribirá varios libros, entre los que encontramos títulos como "Esquemas" y "Las mujeres de nuestra revolución" (1937), "La Ciencia en la mochila" (1938), "Conversaciones con los artistas españoles de la Escuela de París" (1960) que firma como Mercedes Guillén, suprimiendo su apellido paterno, y una historia sobre la organización "Mujeres Libres".
En este contexto de militancia y lucha, Baltasar Lobo pasó la primera parte de su vida. Al terminar la guerra, con la derrota del Frente Popular y la caída de la Segunda Republica, se ve obligado a exiliarse a Francia. Se instala en París donde fija su residencia gracias a la solidaridad de otros artistas españoles con mejor posición económica. Poco después, Mercedes se unirá a su destierro llevando consigo parte de la obra que había quedado en España. Instalados en el barrio de Montarnos, ocupa un taller que había pertenecido a otro célebre escultor: Naum Gabo (1939). Establece amistad con Henri Laurens y comienza a realizar una serie de exposiciones, siendo la primera en la Galerie Vendôme compartida con otros grandes del mundo de la cultura. Su primera exposición individual tiene lugar en Estocolmo (Galerie Blanche, 1941). Su primera gran obra de relieve internacional la realiza por encargo del arquitecto Carlos Raúl Villanueva para la Universidad Central de Venezuela (1951), con el título "Maternité". El vínculo con la nación venezolana se mantendrá a lo largo de toda su vida.
Al terminar la guerra Baltasar Lobo tiene que exiliarse a Francia, donde logra librarse de la suerte de otros compatriotas que eran hacinados en playas, fábricas abandonadas y auténticos campos de concentración. La amistad con un periodista sueco que había conocido en Barcelona le permiten contactar con otros españoles que habían corrido la misma suerte, con los que establece lazos de solidaridad y de ayuda mutua. Se instala en Montparnase, barrio ocupado por artistas pobres, a diferencia de otros más adinerados como Pablo Picasso, que tendrá su residencia en la zona de los Campos Elíseos. Mercedes Camaposada no tendrá tanta suerte ya que será hecha prisionera y retenida contra su voluntad durante varios meses y en condiciones de insalubridad difícilmente soportables. Durante ese internamiento contraerá una enfermedad crónica que padecerá hasta el momento de su muerte.
En Francia, Baltasar continúa trabajando como pintor y escultor. Para sobrevivir venden algunos dibujos que Mercedes había conseguido traer con ella desde España. Ante la situación económica que ambos compartían, deciden visitar a Picasso que, conocido por su solidaridad con las gentes del exilio, les ayudará a sobrellevar esos días en la capital francesa. En París, Lobo se presentará en el estudio del pintor malagueño llevando consigo una carpeta en la que contenía algunos de sus mejores dibujos. Pablo le anima a seguir adelante, infundiéndole ánimos que resultan decisivos en ese momento de la carrera del anarquista zamorano. Obtiene el permiso de residencia y gana algún dinero con el que pone un pequeño taller en una calle en la que también vivían Gabo y Henri Laurent. El encuentro con esta último en la Galería Zarvos (1939) fue también decisivo en la trayectoria artística de Baltasar Lobo. La amistad que inicia con Laurens, en cuyo taller trabajará durante algún tiempo, durará toda la vida y de é adoptará su gusto por las formas curvilíneas así como la concepción de las percepciones cubistas.
La fama de Baltasar empieza a tener connotaciones internacionales y a desvincularse del movimiento anarquista, incorporándose de manera más aséptica a las creaciones abstractas. Un viaje a la Unión Soviética le produce un fuerte desencanto que le alejará definitivamente de su relación con el socialismo comunista, con el que mantenía cierta relación por su contacto con otros intelectuales y exiliados españoles huidos de la represión franquista. Influido por el espíritu de fraternidad universalista contribuirá, junto a otros artistas franceses y españoles a la elaboración de un gran mural para el Hospital Psiquiátrico de Sainte Anne que acogía a la población marginal de París (1945). Durante los años cuarenta vinculará las formas populares a la esquematización de las figuras. De ese momento tenemos ejemplos como "Ídolo" (1941) y "Campesina" (1942), así como diferentes estudios sobre el denudo femenino y las "maternidades". Aunque inicia un recorrido experimental con piezas más abstractas, sigue bajo la influencia el mundo clásico como se demuestra en sus cabezas de toro con paralelismo en el Mediterráneo minóico centauros que nos sugieren un retorno a los sempiternos modelos griegos.
Paris, Praga, Estocolmo, Frankfurt, Zürich, Luxemburgo, Bruselas, Tokio, Osaka, Caracas…La obra de Baltasar Lobo recorrerá todas las galerías de las ciudades más importantes del mundo. A partir de los años setenta ya estará absolutamente consagrado en Europa como artista imprescindible para comprender el arte contemporáneo. En los años ochenta empieza a exponer en su tierra, celebrando su primera exposición en Zamora (1984) y siendo homenajeado en la VIII Bienal que se celebra de esta ciudad (1986).
SU OBRA Durante la década de los años cuarenta sus esculturas figurativas como "Ídolo" (1941), "Campesina" (1942) y sus alegorías a la maternidad empiezan tomar formas abstractas. Ninfas, centauros con torsos femeninos, tauromaquias y toda clase de formas le sirven para consolidad su propio estilo que en los años cincuenta se manifiesta perfectamente consolidado. La tosquedad de sus texturas va perdiendo protagonismo en aras de una mayor abstracción, resultado de la influencia de Constantin Brancusin. Inicia una fase de investigación del desnudo femenino que refleja en estudios de maternidades y bañistas, ninfas y centauros. A partir de los años cincuenta ya ha elaborado un lenguaje propio con absoluto dominio de los volúmenes que trabaja en bronce y mármol con un depurado pulido en los que la refracción de la luz adquiere importancia. La monumentalidad de sus creaciones alcanzan su máxima expresión en las esculturas urbanas, principalmente en las conocidas como "A los españoles muertos por la Libertad" (Annecy, 1948) y "El homenaje a León Felipe" (Zamora, 19839).
La mujer será un referente inequívoco del escultor- La representa en posiciones sedentes y reclinadas de gran serenidad, o bien con erguida majestuosidad y gesto orgulloso de su condición femenina. Es la mítica "Magna Mater", principio de las diosas femeninas de las religiones ancestrales y a la vez, la idealización de los primeros recuerdos de la infancia. Siendo un tema recurrente en los artistas tras la Segunda Guerra Mundial, Baltasar Lobo sabe darle una identidad propia con volúmenes de curvas sensuales, interpretadas por muchos especialistas en arte como una reacción al cubismo comunistoide picassiano. Las maternidades del escultor anarquista emanan alegría y naturalidad asociada a la libertad del vuelo de los pájaros. En algunas de sus creaciones es fácil identificar el pequeño cuerpo recién llegado al mundo con un ave cuyo vuelo es sostenido por los brazos de la madre.
Sus esculturas llevan igualmente implícitos sueños de melancolía por una madre que apenas pudo disfrutar, ya que quedó huérfano siendo aún un niño. Tenía un sentido religioso de la escultura y entre sus proyecciones artísticas tenía como objetivo conseguir el efecto de ingravidez en el pesado mármol: "Siempre he soñado con una escultura de mármol que sea como un vuelo que se eleve desde el suelo, que se eleve desde el suelo para brillar en medio de la luz y nos haga olvidar la pesadez y la penalidad de la tierra".
Reconocido a nivel internacional antes que en su propio país, recibió toda suerte de galardones y premios, entre los que mencionaremos:
- PREMIO ANDRÉ SUSSE DE ESCULTURA. 1958 - PREMIO JACQUES LENCHENER. 1974 - PREMIO OFICIAL DE LAS ARTES Y LAS LETRAS DE FRANCIA.1981 - PREMIO NACIONAL DE LAS ARTES PLÁSTICAS DE ESPAÑA. 1984. - PREMIO DE CASTILLA Y LEÓN DE LAS ARTES.1985, - ORDEN ANDRÉS BELLO DEL GOBIERNO DE VENEZUELA.1989
Baltasar Lobo falleció en París a la edad de 83 años, sorprendiéndole la muerte cuando estaba inmerso en numerosos proyectos creativos y museísticos que habrían de ubicarse en tierras zamoranas.
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ENLACES
ENTREVISTA A VISITACIÓN LOBO Y GREGORIO GALLEGO
Memoria Libertaria - El Solidario nº 13
BALTASAR LOBO, MILITANTE ANARQUISTA
Artículo: Iván Nistal Calzón - CULTURA Y ANARQUISMO.
En la Web "Aqualium":
BALTASAR LOBO. - Ana Vázquez Parga
LEANDRO NAVARRO, GALERÍA DE ARTE