Vista general del yacimiento.
Inicio del itinerario, desde el Centro de
Interpretación.,
El yacimiento de Los
Millares es sin duda el sitio arqueológico más importante de la
Edad del Cobre en Europa. Está ubicado en Santa Fe de Mondújar, término municipal de la provincia de Almería.
Depende de la Dirección General de Bienes Culturales de
la Junta de Andalucía y está incluido en la Red Andaluza
de Yacimientos Arqueológicos. Limita al Este con
la Sierra de Alhamilla, al Oeste con la Sierra de Gádor
y al Norte con la Sierra de los Filabres. Se localiza sobre
una plataforma amesetada, en la confluencia de la Rambla
del río Huéchar con el río Andarax, navegable en el
momento de vida del asentamiento.
Situado a 17 Km. de
la capital, se accede a través de la carretera nacional
N-340 en dirección a Banahadux. En esta localidad hay
que tomar el desvío de la comarcal C-332 hasta Santa Fe
de Mondújar hacia la llamada "Venta de Los
Millares".
(PULSAR para
ampliar imagen)
Línea
orográfica del yacimiento de "Los Millares"
1
2
3
4
PULSAR PARA AMPLIAR ESTAS IMÁGENES
1.- Vista del yacimiento.
Reconstrucción en dibujo
2.- Croquis del yacimiento
3.- Mapa topográfico de "Los
Millares"
4.- Localizaciones en la maqueta del yacimiento
EL CENTRO DE INTERPRETACIÓN
EXTERIOR
El Centro de
Interpretación consiste en una casa rehabilitada que
usaban antiguamente los peones camineros. En su interior
se alberga una exposición en la que se exhiben
reproducciones de la cultura material de Los Millares,
una maqueta del yacimiento, paneles explicativos sobre
las distintas campañas de excavación y su historia, así
como una pequeña tienda en la que se pueden adquirir
libros especializados.
1.- Centro de interpretación. 2.-
Carretera de acceso al yacimiento
3.- Topografía y vegetación
4- Yacimiento
INTERIOR
En el interior del
Centro de Interpretación podemos encontrar una gran
maqueta del yacimiento, varios paneles
explicativos así como la exposición de algunas
piezas de la cultura material. La cerámica más
representativa pertenecen a los grupos de la
llamada "simbólica" (con ojos oculados) y
a la campaniforme.
Maqueta y
dibujo del yacimiento, en el interior del Centro de
Interpretación
MAQUETA DE UN THOLOS
El tholos es un tipo
de sepultura característico de Los Millares. Consiste
en una tumba de planta circular con cubierta en cúpula
de piedra. Su estructura interior se compone de un
atrio de acceso , un corredor y una cámara circular en
la que se depositan los cadáveres. Las paredes están
recubiertas de piedras, a veces de grandes dimensiones.
Toda la estructura se cubre con un túmulo de tierra que
da cohesión al conjunto. Algunas teorías arqueológicas
los vinculan con la etapa protohistórica del Egeo.
Actualmente se les atribuye un carácter autóctono.
12
1.-Sección
de un tholos. 2.-Cámara
funeraria y corredor con nichos adosados
3.-Corredor con
piedras perforadas
CULTURA MATERIAL EN LA EXPOSICIÓN
1 - Panel explicativo
2.- Vaso tripodado con incisiones
oculadas 3.- Plato s con incisiones de carácter simbólico
1.
-Vaso campaniforme estilo "Marítimo" o
"Internacional
La necrópolis o
"ciudad de los muertos" consta de más de cien tumbas
colectivas. En ellas se enterraban a personas
pertenecientes a un mismo clan, con ajuares que se
depositaban junto al difunto durante los rituales
funerarios.
En Los Millares existen
varios tipos de sepulturas. Las más abundantes son las construidas siguiendo el
modelo de tholos.
Se trata de estructuras hechas con piedras de gran
tamaño que conforman distintos espacios en su interior.
Una vez terminadas se cubrían de tierra para dar
consistencia al conjunto, formando un paisaje de
pequeñas colinas. Se han encontrado
también otras excavadas
parcialmente en la roca
o en forma de cistas.
Algunas colectivas llegaron a albergar a más de cien
individuos. Sin embargo las hay en las que solo se ha
encontrado uno o dos cadáveres. Se
practicaba la inhumación y la incineración.
Los ajuares
depositados en ellas indicaban el estatus social de los
fallecidos, pero no desde el punto de vista jerárquico,
sino por su aportación funcional dentro del colectivo.
Las ofrendas mas abundantes eran de recipientes
cerámicos, estatuillas de marfil y objetos de uso
cotidiano. Se han hallado restos de comida
pertenecientes a banquetes funerarios.
Muchas de ellas fueron reutilizadas en etapas sucesivas.
VISTA GENERAL DE LA NECRÓPOLIS.
Estos enterramientos
colectivos sugieren una importante cohesión
social, en la
que los clanes tuvieron
importancia considerable.
La espiritualidad es
también un signo destacado,
pues con frecuencia se encuentran estatuillas de dioses
junto al difunto. No están vinculados a los de las
culturas del Mediterráneo Oriental, como propugnan las
teorías colonialistas o difusionistas, ya que estas
estructuras megalíticas no cuentan con patrones
precedentes. Actualmente ha quedado demostrado su carácter autóctono.
Aunque se habla de
más de mil sepulturas, dado que el proceso de
investigación sigue abierto, todavía no es posible
determinar con certeza el número de enterramientos que
puede albergar este espacio arqueológico. A pesar de que la
necrópolis presenta cierta homogeneidad,
no todas las sepulturas revestían la
monumentalidad de los tholoi. Algunos megalitos se
levantaron con recursos más modestos. Se siguieron
practicando los enterramientos
colectivos en cuevas,
semejantes a los del Neolítico.
VARIOS THOLOI
PLANTA DE THOLOS
Detalle del
interior de un tholos. Paredes de mampostería,
pasillo y cámara funaria de planta circular.
Hay quienes
encuentran en los tholoi paralelismos simbólicos
con las cabañas de planta circular del poblado en las
que habían vivido los fallecidos. Otros
interpretan que se trata de la reproducción de cuevas
usadas durante el Neolítico. Los cadáveres eran
depositados tanto en la planta circular como en su
corredor de acceso. Aunque se les buscó
un lugar extramuros, los difuntos compartían la unidad geográfica de los
vivos. Eso sugiere que seguían teniendo importancia
social después del óbito y que el vínculo interpersonal
y familiar no terminaba tras la muerte. Los antepasados
articulaban y reforzaban la identidad del grupo.
El carácter múltiple
de los enterramientos indican que se trató de una sociedad igualitaria
en la que el estatus se establecía en función del
linaje al que pertenecía el individuo y la función
social que desarrollaba en la sociedad. En los ajuares
no se encuentran diferencias significativas en cuanto a
niveles de riqueza, ni sugieren quien pudo ser un jefe
político (objetos de prestigio) o un guerrero (armas).
Las tumbas más
antiguas estarían situadas cerca del poblado (Almagro y
Arribas, Millares I)
cubiertas con falsa cúpula y corredores divididos por
losas de piedra. Los ajuares tendrían poca cerámica
campaniforme, ídolos de marfil y piedra, hachas y
algunos objetos de cobre como punzones. Siguiendo
la tipología establecida por estos investigadores, las
más distantes pertenecientes a la fase Millares II,
contendrían abundante cerámica campaniforme, cámaras
laterales para las cremaciones, así como mayor cantidad
de de escoplos y punzones de metal.
RECONSTRUCCIÓN DE DOS THOLOI
Tholos rodeado por círculos de
piedras. Puertas de acceso selladas con una laja
de piedra.
Entrada a un tholos. El acceso al interior
se hace a través de una laja de piedra horadada.
Interior de un tholos
reconstruido.
Corredor con paredes de mampostería y piedras
horadadas de acceso. Al fondo, cámara funeraria recubierta
con lajas de piedra.
Dibujo
del tholos VII de
Los Millares y tholos del Tesoro de Atreo (Micenas - Grecia)
Reconstrucción de un
enterramiento en tholos. Junto al cadáver se
depositan las ofrendas funerarias. Túmulo de un tholos .Pasar el cursor
por la imagen para ver el interior.
2 - LAS MURALLAS Y LOS FORTINES
· MURALLAS
Una de las
características de este yacimiento de la Edad del Cobre
es su potente sistema de
fortificación.
Se compone de
varias líneas de murallas
y un
conjunto de fortines distribuidos en las montañas próximas al yacimiento. Esto le permitía un control estratégico sobre el territorio,
tanto a nivel visual como defensivo. Las murallas
y los fortines se construyeron en
distintos periodos históricos. Hasta
la fecha, se han llegado a descubrir quince fortines
y
cuatro líneas de murallas.
Los bastiones tenían acceso desde
el interior del poblado . Además del uso defensivo, pudieron
servir como punto de referencia para el mercadeo de
productos. Apoyadas en sus muros se construyeron
cabañas, por lo que la vida cotidiana se desarrollaba en
sus inmediaciones. Los restos de armas
encontrados en las excavaciones no parecen demostrar
conflictos bélicos de envergadura. No obstante hay que
señalar la existencia de otros pueblos próximos,
dedicados al pastoreo con los que pudieron entrar en
conflicto.
Entre cada una de
sus líneas hay entre los ochenta y noventa metros de
distancia. La
Muralla I
tiene más de
310 m de
longitud, lo que la convierte en la más larga de
Europa durante la Edad del Cobre. Entre la Muralla I y
la II se ha constatado la existencia de una acequia de regadío.
Muralla IV
-La más interior y antigua.
Se localiza en el extremo del espolón que cae sobre la
confluencia del río Andarax y la rambla del Huéchar.
Datada en el período del Cobre Antiguo (3.200 a. C.), la
zona en la que se asienta fue la primera en ocuparse y
la última en ser abandonada.
Era de perímetro casi circular y rodeaba todo el poblado.
Muralla III
-En su interior las excavaciones han sacado a la luz
restos de un taller
metalúrgico
de planta rectangular con un horno en su
interior. Se ha constatado la existencia de un un silo
y los restos de otro
edificio también de planta rectangular,
parcialmente excavado y del que aún se desconoce la
función. De forma casi circular, esta muralla estuvo
poco tiempo en uso y fue derruida cuando se levantó la
Muralla I. Sobre ella se reedificaron cabañas.
Muralla II
-Encerró a la muralla I I I dentro de sus más de
80 m. de perímetro con muros de más de 2 m. de anchura.
Su altura pudo estar en torno a los cinco y siete metros. Tenía torreones
de planta circular
y aprovechando sus paredes interiores
construyeron distintas cabañas. Para su ubicación se
eligió una elevación del terreno que actuaba como un
foso natural.
Permaneció en uso durante todo el tiempo que estuvo
ocupado el asentamiento. Tenía torres adosadas que
actuaban como contrafuertes debido a los problemas que
planteaba la poca firmeza del suelo. La puerta de acceso
está entre dos torres, siendo su planta de una
complejidad que se desarrollará en la puerta principal
de la Muralla I y el Fortín 5.
Muralla I
-Es sin duda la que presenta mayor espectacularidad
en su construcción. Por ella se accedía a la zona de
cabañas, a través de una puerta
monumental,
abierta entre dos torreones equidistantes. Su longitud
es de unos trescientos diez metros
aproximadamente. Cruzaba transversalmente toda
meseta, desde la rambla del Huéchar hasta la del río
Andarax. Sus bastiones son de mayor tamaño que los de
las otras murallas y contaba con un foso
defensivo
en
su tramo central. Es
el lienzo de muralla más grande de Europa de ese periodo
y se empezó a edificar hacia el año 2.600 -2.
400 a. C.,
debido a una expansión del poblado por el aumento de
sus habitantes. Sus muros tienen aproximadamente dos
metros de grosor y adoptan la técnica constructiva
típica de Los Millares consistente en parámetros de
mampostería con su interior relleno de barro y cascajos.
Su altura pudo alcanzar entre cinco o seis metros.
Las
puertas
principales de los distintos recintos amurallados
(muralla I I y I) se situaban en la parte central de la
meseta. Las referencias cronológicas de las
murallas seguiría el siguiente esquema:
FASES DE CONSTRUCCIÓN DE LAS MURALLAS
A -
Cobre Antiguo (3.200 - 2.900 a. C.)
B -
Cobre Pleno (2.900
- 2.600 a. C.)
C -
Cobre Tardío (2.600 -
2.400 a. C.)
D -
Cobre Final
(2.400 - 2.200 a. C.)
PUERTA PRINCIPAL
Inicialmente
era una entrada estrecha simple, situada entre
dos grandes bastiones.
Estaba flanqueada por lajas de
piedras colocadas en posición vertical. Se
construyó en el tramo central de la muralla y
fue ganando progresivamente complejidad y
monumentalidad.
Al final del periodo se le adosaron dos
barbacanas que se adelantaban varios metros hacia la
necrópolis, con una anchura de trece
metros aproximadamente.
En los muros
de estas barbacanas hay pequeñas vanos de luz,
cuya función no está bien determinada. Se ha
interpretado que pudieron servir para observar a
través de ellos al enemigo o utilizarse como
saeteras. También contenía un pequeño habitáculo
rectangular adosado al interior de una de la
barbacanas.
Toda el espacio que encerraba fue cubierto por
una techumbre, posiblemente de vigas de madera y
entramado vegetal.
Próxima a esta puerta se encuentra la única
tumba localizada dentro del poblado.
Seguramente ya existía cuando se construyó esa
parte de la muro, por lo que éste pudo rodearla,
dejándola en el interior. A varios
metros de esta puerta, se abría otra con una
pequeña estructura semicircular adosada.
Dibujo. Reconstrucción
de la puerta principal de la primera muralla (Muralla I)
BARBACANAS
MURALLA I
Restos arqueológicos de la entrada
de la puerta principal en la muralla
I. Sobre la línea de muralla se
adelantan dos barbacanas. A poca
distancia del suelo pueden
observarse los huecos de las
llamadas saeteras.
Muralla I - Perfil de
los bastiones de la puerta principal. Al fondo,
rambla del Huéchar
MURALLA I - ZONA NORTE
Desde la Puerta de las Barbacanas hacia el río
Andarax
Línea de muralla hacia el río
Andarax. Los bastiones tenían plantas
diferentes.
Detalle de las estructuras junto a la muralla (
A ).
Muralla I - Bastiones y detalle del relleno de
sus muros.
MURALLA I - ZONA SUR
Desde la Puerta de las Barbacanas hacia el río
Huéchar
Muralla I - Desde la puerta principal
hacia la rambla del Huéchar.
Muralla I - Desde la puerta principal hacia la
rambla del Huéchar. Fondo de cabaña.
· FORTINES
Los fortines cerraban una línea de vigilancia y
defensa alrededor del poblado y la necrópolis.
Fortín 1 - Planta, foto
aérea y dibujo de la reconstrucción
RESTOS DE FAUNA ENCONTRADOS EN LAS
MURALLAS Y LOS FORTINES
Pulsar imágenes para ampliar contenido.
3 - EL POBLADO
El poblado se
construyó dentro del recinto amurallado, intercalándose
los edificios entre las diferentes murallas. Solamente
una sepultura, de forma excepcional, permaneció dentro
de él. Además de los fondos de cabaña se han encontrado
edificios de planta rectangular, silos y una
cisterna
para almacenar agua. Entre la primera y la segunda
muralla hay una acequia de regadío. Existían lugares para la
realización de tareas comunales, como el taller de
metalurgia. Otras estructuras se crearon para uso
colectivo. Tal es el caso de la acequia, ya documentada
por el ingeniero belga Luis Siret, y el aljibe de la
ciudadela. La acequia iba desde la primera muralla hasta
la ciudadela, en el extremo opuesto del asentamiento,
abasteciendo de agua a todo el poblado.
Reconstrucción del poblado
en una zona del yacimiento.
· ENTORNO DEL YACIMIENTO
Cauce del río Andarax a su paso por el
yacimiento de "Los Millares"
Cauce del río Andarax próximo a la
ciudadela
Bancales en el lecho del río Andarax al pie de
la ciudadela.
Estructuras en la vertiente del Andarax,
vistas desde la ciudadela.
La riqueza de los
habitantes de Los Millares se fundamentaba en la
explotación de los recursos del terreno. La abundancia
de agua en un clima semiárido permitió sembrados en aterrazamientos naturales próximos al habitat. Es
posible que conocieran el cultivo del olivo.
En el Sureste
peninsular se dieron diferentes áreas ambientales, en
las que cada comunidad planteó soluciones distintas para
resolver el problema de la subsistencia. En las zonas
áridas era frecuente el pastoreo intensivo de rebaños de
ovejas. En la zona en la que los pastos eran abundantes
se potenciaron los rebaños de ganado vacuno. No
obstante, toda la región comparte elementos comunes,
adquiriendo protagonismo el cultivo de cereales y la
cría de vacas, cabras, cerdos y ovejas. El
resultado de la explotación ganadera era la obtención de
carne, leche, lana y pieles. La caza no dejó de tener
importancia, prefiriéndose especies como los jabalíes,
los ciervos, gamos, conejos y distintas clases de
aves.
Durante la Edad del Cobre, en Almería predominaban la
vegetación tipo garriga, con arbustos de gran tamaño
(coscojo, lentisco y acebuche) que compartían el nicho
ecológico con matorrales (romero) y árboles
como el pino carrasco, tayares, fresnos, álamos y
sauces. Según estudios antrocológicos, en la posterior
Edad del Bronce (Cultura del Argar) aumentarían la
aridez en la región, disminuyendo el caudal de los
cauces de agua.
· ECONOMÍA Y ESTRUCTURA SOCIAL
Fondos de cabañas y
reconstrucción de las mismas.
Aunque las hipótesis
actuales defienden una economía colectivista, no se sabe
muy bien como estaba organizada la producción y
redistribución de bienes. Los espacios para el
almacenaje de cereales y el encierro de ganado se han
encontrado junto a las cabañas, por lo que se ignora si
las tareas agrícolas y ganaderas eran asumidas de forma
individual o colectiva, ni si las tierras y los animales
eran propiedad comunales o individual. No
obstante, es posible deducir que debieron existir
trabajos especializados como los dedicados a la
metalurgia o a la elaboración de items de prestigio (cerámica, tallas en marfil y piedra) y otros
objetos de lujo.
Los excedentes
alimentarios y artesanales fueron objeto de intercambio
entre las poblaciones vecinas, menos evolucionadas. El
comercio se extendió por toda Andalucía, llegando hasta
zonas del Levante peninsular. Se han encontrado huevos
de avestruz que implican contactos, directos o
indirectos, con el Norte de África.
Al final del
periodo, en el yacimiento de Los Millares es posible
detectar indicios de transición de una economía
igualitaria y colectiva a otra individualista y
con propiedad privada, en la que se produciría un
proceso de jerarquización incipiente, pero que se
desarrollaría a lo largo de la Edad del Bronce en
culturas como la de El Argar.
Antonio Ramos Millán
habla de "Big Man" (grandes hombres) o personajes con
reconocimiento social, encargados de la
organización de las tareas comunales y la redistribución
de la riqueza, que serán precedente de los jefes
argáricos.
· HABITAT Y EDIFICIOS DESTACADOS
Dibujo del interior de una cabaña.
Los habitantes de Los Millares vivían en cabañas de
planta circular, de un radio que oscilaba entre los
tres y siete metros. Tenían un zócalo de
mampostería de aproximadamente dos metros de alto sobre
el que se levantaban paredes de barro. Es probable que
la techumbre adoptara forma cónica formada con vigas de
madera que se cubrirían con entramados de vegetales
y pieles por el que se abriría una salida para
humos.
No tenían en su interior compartimentaciones
diferenciadas, aunque se ha podido comprobar que había
zonas dedicadas a tareas específicas, ya fuera la
fundición del cobre, la molienda del grano o el trabajo
de la cerámica. Para las piedras de molino
edificaban pequeñas plataformas de mampostería que
evitaban tener que hacer esa tarea de rodillas. Los
hogares estaban en el suelo y se rodeaban de un
círculo de barro endurecido. En algunos casos se han
encontrado silos de almacenaje excavados en el suelo.
FONDOS DE CABAÑA
1
2
1 - Fondos de cabaña junto a la
muralla 2- Silo excavado e el suelo
3
3- Detalles del silo excavado
en el suelo y horno con poyete para piedra de
molino del Fortín 5
La distribución espacial de las cabañas dentro del
poblado presentan agrupaciones que pudieron
deberse a vínculos de parentesco, la topografía del
suelo o bien a causas aún no determinadas. En el
exterior de las mismas, e ocasiones adosados a
ellas, hay hornos para distintos usos y corrales
para encerrar el ganado.
Dentro
de la zona del poblado han sido descubiertos
edificios que debieron ser de uso
colectivo. Destacan los talleres de metalurgia,
tanto de planta circular como con forma de
rectángulo. Uno de ellos, seguramente el más
espectacular, mide 8 m. de largo por
6.50 m. de ancho. En su interior se encontró un
horno redondo excavado en el suelo y rodeado de
una anillo de barro cocido (1.20 m. de diámetro)
. Tenía el centro algo más hundido, para
permitir acomodar en él las vasijas de
fundición.
Abundaban los restos de escorias y tenía solamente una
puerta de entrada. No se han encontrado restos de hoyos
para postes en su interior, por lo que se deduce que el
techo pudo ser plano con vigas que lo cubrían en
transversal, o bien carecía de él para evitando
así la acumulación de humos.
TALLER DE METALURGIA
Nuestra gratitud a
Carlos Úbeda y a
Carmen Soler, que han
colaborado en la documentación fotográfica de este
artículo.